La Llorona
Enviado por erickrean • 24 de Septiembre de 2013 • 335 Palabras (2 Páginas) • 263 Visitas
Tú la mataste.
Eso me dijeron en el pueblo. Y me llamaron la Llorona.
No porque derramara lágrimas sin ton ni son. Nunca regalé el llanto, ni de
pequeña. Hoy era calladito. Hasta mis gritos se ahogaban como si me
atravesaran la garganta con una herramienta afilada de las que se encuentran
en el potrero. Media garganta grita también a medias. Me llamaron así por la
leyenda, por el alma en pena de una madre que asesinó a sus hijos ahogándolos
en el río. Dicen que vaga por las noches en los lugares cercanos llorando y
lamentando sus muertes. Dicen también que las noches de tormenta se abren
ante ella sin descanso y el corazón se le escapa del cuerpo junto a sus sollozos.
Es la Llorona.
Hubiese sido yo la asesina. Miraría escarbar a los perros, tocaría los nudos,
nombraría las cosas, todo lo caído sería sólo lo caído. Pero cuando mis vecinas
me vieron volver con las manos vacías, no me creyeron. Que cómo, que ayer la
niña estaba bien, que dónde el cadáver, que qué funeral, que nada. Me fui hacia
el río como la asesina de la leyenda y lloré.
Lloraba por sus manos calentitas. No tenían ruido esos recuerdos. Había
caminado y caminado hiriendo mis pies sin poder creer que hubiese muerto.
Las vecinas tenían razón, mejoraba ese viernes cuando la vi por última vez en la
hora de visitas. El sábado me la perdí porque estaba en rayos. Hasta el polvo
del camino se helaba el domingo cuando llegué al hospital; pensaba en esas
manos chiquitas y tibias que me quitarían el frío mío, las que podría besar
cuantas veces se me antojara. Se lo cuento a ustedes, de esta forma me lo
dijeron: Señora, su hija ha muerto. Nada más. Que fuera a hablar al primer piso.
No podía moverme, sentía mi cuerpo aún más entumecido que al llegar, ya no
sólo las manos sino toda entera, la cabeza, el corazón. Nadie me compadecía.
Inerte, tomé el teléfono público y llamé al padrino. Seguro que él hizo los
trámites, el marido estaba en la construcción y la obra no tenía teléfono. El
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