La Primer Guerra Mundial-causas Inmediatas

¿Fue inevitable el estallido de la Gran Guerra en 1914 tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando?

Es probable que todo país busque siempre su crecimiento, desarrollo y estar siempre en una mejor situación que la de sus vecinos. Pero es también probable que en este afán de mejorar la imagen nacional y otorgar bienestar a la población, ciertos países jueguen de una manera “sucia”. Específicamente este fue el caso de las potencias europeas que a mediados del siglo XIX, fijaron como meta posicionarse en la cúspide de la hegemonía europea y arriesgaron con dicho deseo de crecimiento y mejora nacional, sus relaciones diplomáticas con el resto de Europa. Se dieron entonces competencias entre los países europeos por ver quién era una verdadera máquina de guerra, quien explotaba mejor sus colonias y quién podría hacerse del control total de la economía. Sus relaciones de amistad se vieron pronto mortalmente peligradas y no tardaría mucho en encenderse la chispa que desataría una interminable secuencia de carnicería humana, mejor llamada por sus beligerantes como “La Gran Guerra”.

El propósito de este ensayo es analizar el contexto histórico previo al estallido del conflicto, para así determinar si el inicio de la conflagración mundial era para el año 1914 verdaderamente inevitable.

Los antecedentes políticos serán los que guiarán de manera definitiva los sucesos posteriores y son probablemente los auténticos responsables del estallido de la Gran Guerra.

El primer malestar político surgió a consecuencia de la Guerra franco prusiana de 1870, en la cual Francia había perdido a Alsacia y Lorena, territorios bajo la nueva posesión alemana. Ello significó una completa humillación nacional para Francia, tras declarase Alemania vencedor nada más y nada menos que en el mismo Palacio de Versalles. Sin embargo no todo deseo de revancha germinó en los franceses. Tras la Guerra de Independencia italiana en 1871, Italia reclamó sus territorios ubicados al norte y que Austria aún seguía dominando, lo cual impedía su completa unificación. Pero, ¿porqué las tierras ocupaban prioridad en las mentes europeas? Resulta que el imperialismo había alcanzado su auge durante la segunda mitad del s. XIX. Muchos países europeos se habían prácticamente repartido el mundo, siendo Gran Bretaña el país con mayor número de colonias. Sin embargo Alemania y Austria-Hungría fueron las menos afortunadas, mientras que la primera quedó con limitados territorios en África y por ello hubo reclamos territoriales durante la Crisis Marroquí en 1904, Austria sufrió para 1912 un conflicto en los Estados Balcanes, quienes al reclamar su independencia, ponían en peligro el dominio imperial austrohúngaro.

A parte de las competencias por ver quién poseía el pedazo más grande de tierra, el canciller alemán Bismarck a partir de 1882 había empezado ya las negociaciones de alianzas militares con Austria e Italia, mientras que recién en 1906, Francia, Rusia y Gran Bretaña hicieron alianzas en la cual prometían defenderse ante Alemania. Aunque se juraban protección mutua y aislaban a sus enemigos “prioritarios”, la unión entre estos países fue verdaderamente irónica e inesperada. Alemania y Austria entraron en conflicto ya que durante la Unificación alemana, Austria no fue incluida. De igual modo Gran Bretaña y Francia eran dos rivales económicos que competían por obtener la primacía en mar o en tierra, de los cuales era totalmente inesperada una alianza secreta. Sin embargo estos países sabían que aunque tengan rivales, habría siempre un rival mayor, un enemigo prioritario. Es así como para 1914 la Triple Alianza y la Triple Entente estaban finalmente conformadas.

Por otro lado se da inicio a la “paz armada”, que consistió desde 1870 en una carrera armamentística sin paros. Era evidente que los países daban mucha importancia a la industria bélica destinando abundante dinero a la reclutación de soldados, mantenimiento del armamento, investigaciones científicas y mejora de flota y artillería. Estaba motivada por el gobierno, quienes aducían que el peligro de guerra era inminente y por ello redoblaban las fuerzas militares, sin duda un honesto esfuerzo por “mantener la paz”.

En lo referido a la sociedad, esta se vio influenciada por la propaganda excesiva que recibió del gobierno. No sólo era

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