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La Promesa y los Peligros del Trabajo en las Ciudades


Enviado por   •  14 de Julio de 2016  •  Trabajo  •  1.300 Palabras (6 Páginas)  •  246 Visitas

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La Promesa y los Peligros del Trabajo en las Ciudades

La industria ejerció la mayor influencia y atrajo el nuevo comercio para dar lugar a una nueva gama de necesidades de consumido servicio. Las mujeres iban a las fábricas textiles, pero eran más las que eran empleadas para el trabajo doméstico. Muchas llegaban a la ciudad y buscaban cualquier trabajo, esperando quizás poder enviar parte de su pago y ahorrar lo suficiente para comenzar una nueva vida. Los negocios de construcción atrajeron muchos hombres que en muchas ocasiones dejaban a sus esposas e hijos en el campo. Muchos de ellos volvían al campo periódicamente en invierno cuando la construcción menguaba o solo para el tiempo de siembra y cosecha.

La Vida al Ritmo del Crecimiento Urbano

La industrialización y la urbanización alteraron los paisajes ya que los bosques disminuían porque la gente cortaba los árboles para construir ciudades, minas, fábricas y ferrocarriles. Esto ocasionó que los ríos que en algún momento fueron lugares buenos para la pesca y para tomar el agua, se contaminaran con desperdicios industriales y humanos. Cuando los viajeros iban a la ciudad podían ver el humo negro de las chimeneas de carbón. El aire en las ciudades expedía un olor fétido ya que no había alcantarillados modernos y las instalaciones sanitarias eran inadecuadas y el agua no era suficientemente limpia. La basura y los desperdicios de animales se acumulaban en las calles de las ciudades. En Manchester, sólo dos tercios de las casas tenían inodoro y la mayoría estaban conectados a pozos inadecuados. Los desechos de animales y de humanos se mezclaban en los ríos que la gente usaba para beber agua. Los recién llegados a las ciudades se establecieron en zonas donde conocían a alguien y así nacieron barrios y poblados. Los barrios no se planificaban y cada vez que las ciudades se expandían se volvían incontrolables. Este crecimiento ocasionó más problemas para la clase trabajadora que para ninguna otra. La clase media vivía en apartamentos de pisos bajos en las zonas de mayor categoría en la ciudad, disfrutaban del beneficio del agua potable y se daban lujos de emplear a sirvientas. Era en las zonas de la clase trabajadora y las áreas de pobreza donde las enfermedades sociales y la miseria alcanzaban los peores niveles. El fabricante y socialista inglés Frederich Engels (1820-1895), lo describió así: “las casas están atestadas desde el sótano hasta el ático y están sucias tanto por dentro como por fuera.

Preocupaciones Sobre la Sociedad Urbana: El Crimen Aumenta

Una de las preocupaciones sociales era el comportamiento criminal. Las personas de las clases altas se quejaban del delito y del desorden social. Algunos decía que las ciudades se habían convertido en semilleros del delito. Durante las primeras etapas de la industrialización, los asaltos y los hurtos aumentaron en las ciudades. En las tabernas y en los salones, los hombres en ocasiones armaban peleas en su mayoría por mujeres. La amplia brecha entre ricos y pobres y la desesperanza por vivir en tiempos difíciles también hacían irritable a las personas. El desorden y el aumento de crímenes en las ciudades dieron lugar a que se hicieran esfuerzos para incrementar el cumplimiento de la ley. Para el 1828, el parlamento, bajo el liderato de Robert Peel, se aprobó una ley que establecía la primera fuerza policial en Londres. Los “bobbies” como se llamaban los policías hacían patrullajes regulares de policías uniformados como una forma de detener el crimen y ofrecer seguridad. A comienzos del 1830, ya había unos 3000 oficiales uniformados en la fuerza policial. Las consecuencias de la rápida urbanización se hicieron mas patentes. Año tras año, las ciudades crecían más densamente y parecían más peligrosas. En épocas malas se atestaban de gente desesperada a la espera de encontrar trabajo. En épocas buenas atraían a más gente ansiosa por aprovechar el trabajo disponible y otras oportunidades. Las ciudades eran comparadas con una clase trabajadora hacinada, sucia, delictiva, moralmente degenerada y sin reglas. “ellos viven exactamente

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