La Reina Del Pacifico
Enviado por saradei • 18 de Noviembre de 2013 • 897 Palabras (4 Páginas) • 284 Visitas
Es Julio Scherer García. Describe a Sandra Ávila Beltrán, detenida en septiembre de 2007 por fuerzas federales y considerada, desde Los Pinos, una de las cabezas más poderosas del narcotráfico en México y, debido a sus supuestas relaciones en Colombia, posiblemente en América Latina. Los dos acordaron una serie de entrevistas que culminó en un libro: La Reina del Pacífico / Es la hora de contar.
Se trata de un documento imprescindible por la pesadilla que vive hoy el país; por la calidad del autor, uno de los consagrados del periodismo mexicano, y por la importancia de la entrevistada. No debe verse como un abecé del narco, aunque todos los que importan están aquí. Es más bien una especie de mea culpa cargada de datos cifrados, un viaje guiado por el inframundo, un mapa que permite atar cabos. “Yo no soy turista en el mundo del narco”, confiesa ella, y aclara: “He estado allí y no tendría sentido que negara la realidad. Pero eso no me hace delincuente.”
La Reina del Pacífico confirma la indignante relación cotidiana entre los capos de la droga, los policías y los militares; duda de que los muertos y el dinero invertidos por la sociedad y el Estado mexicanos durante los últimos meses sirvan de algo para contener a la Hidra de Lena; y demuestra que la corrupción es el origen de ese monstruo ingobernable. Sin hacerlo explícito, cada una de las historias que teje la dama hacen ver qué tan ridículas, demagógicas e ingenuas son las acciones del gobierno de Felipe Calderón: la militarización sin labor de inteligencia, la persecución que no hurga en el sistema financiero. No es este un libro de denuncia, a pesar del enorme poder de su contenido (con menos información, redactores sin escrúpulos lanzan dos, tres libros al año en los que “redescubren” la “realidad” de temas que venden en las mesas de novedades: que si las muertas de Juárez, las mataviejitas o los caníbales). Si conduce a sacar conclusiones, no se permite señalar dónde está Heracles: la misma mujer que habla de la despenalización de las drogas exhibe la colusión de las autoridades (incluyendo a su propio esposo, un comandante narco muerto en una vendetta).
Sandra Ávila podría no ser la Reina del Pacífico; qué va: podría ser inocente de los delitos por los que el gobierno federal, en su campaña de espots, ya la condenó sin juicio. Pero Sandra Ávila es, y aquí se confirma, parte importante de lo que ella misma define como la “sociedad narca”. El libro de Scherer García es virtuoso al describir este aspecto: pocas veces ha quedado tan claro que el tráfico de drogas es el negocio oficial en buena parte del territorio nacional; que el dinero que genera, y el tiempo que ha durado, ha permitido “formar” a miles de mexicanos; que los herederos van tomando, de manera natural, las riendas de la policía, los cárteles o la administración pública como si fueran (y en muchas regiones
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