La ‘Restauración Conservadora’ en Jujuy, 1930-1943: formas del juego político en tiempos de crisis económica y social”
Enviado por Caro Aparicio • 27 de Noviembre de 2021 • Apuntes • 2.529 Palabras (11 Páginas) • 114 Visitas
La ‘Restauración Conservadora’ en Jujuy, 1930-1943: formas del juego político en
tiempos de crisis económica y social” Adriana Kindgard
RESUMEN
El golpe militar de 1930 allanó el camino para el regreso de los conservadores al poder. El fraude fue su herramienta para asegurar su supervivencia. Las precarias condiciones de los estratos mas bajos los hizo mas vulnerables. La desocupación reinante asistió a la configuracion de la maquinaria electoral del conservadurismo.
Contexto: La gran crisis económica y la segunda guerra mundial.
Si la política es, en un sentido acotado, el conjunto de prácticas y procedimientos tendientes a obtener o conservar el poder, la comprensión de las mismas reclama la referencia al marco socio-histórico particular en el que se despliegan. En el caso que nos ocupa dato esencial de ese contexto era tanto la gravitación de intereses sectoriales en el seno del Estado, como la rigidez de las relaciones y el nivel notoriamente alto de confrontación entre partidos, esperable en un espacio donde los antagonismos políticos tenían un hondo trasfondo social. Junto a estos rasgos más permanentes del escenario provincial, otros propiamente coyunturales -la acrecentada vulnerabilidad de los estratos sociales bajos, efecto del peculiar momento económico- brindan claves para indagar en torno a las formas que asumió en Jujuy el juego político en momentos en que, a lo largo del país, éste "había alcanzado un virtuosismo comparable con el de las horas más brillantes de la experiencia conservadora anterior a 1916”.
Lineamientos de la dinámica política en Jujuy
Un rasgo central del escenario político jujeño hacia la época en la que se sitúa nuestro análisis era la particular simbiosis entre poder político y económico, cristalizada en la directa y apabullante injerencia de los intereses vinculados a la industria azucarera en las estructuras del Estado provincial.3 Las fuerzas conservadoras habían sido desde un principio las aliadas naturales de los propietarios de ingenios. En Jujuy, los radicales obtuvieron el gobierno en 1918 y, aunque a partir de entonces se impusieron límites legales al poder de los industriales azucareros, éstos lograron mantener una importante influencia en los ámbitos legislativo, judicial y aun policial. El golpe militar del 6 de setiembre de 1930 derrocó del gobierno provincial al líder del yrigoyenismo jujeño, Miguel Tanco, allanando el camino para el regreso de losconservadores al poder. Así, dos meses más tarde quedaba formado el “Partido Popular” . A dos semanas de los comicios el Comité Central de la UCR de Jujuy, presidido por Tanco, decretaba la abstención del partido en la provincia, adelantándose a idéntica decisión del Comité Nacional, que lo haría recién el 31 de octubre de 1931. Mientras las controvertidas elecciones de noviembre llevaban a Agustín P. Justo a ocupar la primera magistratura nacional, en Jujuy el triunfo del Partido Popular posicionaba firmemente al conservadurismo en las estructuras estatales. A lo largo de 1932, el gobierno del general Justo se vería enfrentado al fantasma de la conspiración radical. Organizado por Atilio Cattáneo, un nuevo plan golpista con epicentro en la Capital Federal y con supuestas ramificaciones a lo largo del país, se preparaba para estallar hacia finales del año. Descubierta la conspiración, el gobierno realizó una redada de dirigentes radicales que tendría el efecto de obstaculizar la reorganización partidaria en ciernes. Entre los detenidos se encontraba Miguel Tanco. como señala Halperín Donghi, el radicalismo del país terminaría participando de la experiencia restauradora transformándose, en última instancia, en cómplice de la situación,11 en Jujuy el partido presidido por Tanco permanecería intransigente en su postura abstencionista, decidiendo prolongarla más allá de la resolución de Alvear de concurrir a partir de 1935 a comicios nacionales y provinciales. 1934 la escena política jujeña aparecía indiscutiblemente hegemonizada por los representantes de los intereses azucareros y, más específicamente, por la figura de Hermino Arrieta, el principal accionista de Ledesma Sugar Estates. En general, los grupos económicamente dominantes no encontrarían mayores obstáculos para apelar a argumentos de índole partidista a la hora de promover intereses sectoriales. Firmes en su postura abstencionista, los radicales jujeños no participaron en las elecciones de principios de 1936, que llevaron al conservador Pedro Buitrago a la gobernación de la provincia.17 Un año más tarde, en medio de la agitación suscitada por los próximos comicios presidenciales, el Partido Radical Antipersonalista –escindido ya del Partido Popular- era la única agrupación dispuesta a enfrentarse al oficialismo local. 1937, Raúl Bertrés, otro avezado dirigente del yrigoyenismo jujeño residente por entonces en la Capital Federal, escribía desde ésta a Miguel Tanco, haciéndole saber la resolución del Comité Nacional de concertar una entrevista entre Alvear y Justo, a fin de definir la situación del partido. El 4 de setiembre -un día antes de la fecha fijada para las elecciones de electores a presidente y vice de la Nación- la Convención Provincial de la UCR decidía la abstención del partido en los comicios “(...) después de considerar las graves persecuciones contra nuestros afiliados que han llegado al crimen mismo (...) más aún cuando es pública la proclama oficialista que no se permitirá cuarto oscuro, imponiendo el voto cantado (practicas politicas). entre los objetivos de los partidos que conformaban la “Concordancia” –nombre dado a lo largo del país a la alianza entre conservadores y radicales antipersonalistas- no era prioritario el de competir electoralmente con el Radicalismo sino, en todo caso, obtener cierta legitimidad que hiciera el fraude menos ostensible. 1937 se reunía el Colegio Electoral, consagrando la fórmula Ortiz-Castillo para ocupar la primera magistratura de la República. Aunque el nuevo presidente lograría imprimir un giro importante en lo que se ha dado en llamar “la República del fraude”,22 por lo menos en Jujuy los cambios tardarían en notarse. En fin, desde la ciudad capital a los Valles del oriente, y de éstos a las tierras altas de Quebrada y Puna, el fraude seguía marcando la escena política jujeña. Recién hacia finales de la década, al presentarse Ortiz como árbitro menos obsecuente del juego político, los sectores tanquistas se dispondrían a entrar de lleno en la lucha electoral de la cual saldrían, al cabo, triunfantes. Así, a comienzos de 1940, después de una década de gobiernos conservadores, el radicalismo accedía nuevamente al poder político de la provincia, llevando a Raúl Bertrés a la primera magistratura.
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