La Simpatía y el egoísmo

La Simpatía y el egoísmo, dos principios y tendencias contradictorias pero que en algunos casos compatibles por un autor de la escuela clásica: Adam Smith.

“Por más egoísta que se pueda suponer al hombre, existen evidentemente en su naturaleza algunos principios que le hacen interesarse por la suerte de otros, y hacen que la felicidad de éstos le resulte necesaria, aunque no derive de ella nada más que el placer de contemplarla” (Adam Smith 1759. Teoría de los sentimientos morales, Pág. 49, párr. 1).

“No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos Procura el alimento, sino la consideración de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas” (Adam Smith 1776. Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las Naciones 1776, Cap. II, pág. 17).

La simpatía que puede ser algo cotidiano entre las personas el sentir lo que ellos sienten e interesarse por la otra persona, en cuanto a una organización es el ejemplo fundaciones que con su simpatía ofrecen bienestar a las personas, un caso es la Teletón; esta quien hace un bien necesario para la sociedad ayudando a personas con dificultad móvil aportando a la salud publica ya que el gobierno es ineficiente entregando presupuesto a otros estamento. Entre las funciones que más agradece el país es ayudar, capacitar e insertar a jóvenes al mundo laboral ya que por sí solos no podrían debido a su propia discapacidad.

Por otro lado es el caso del egoísmo más bien es el interés propio en contra del otro, que es nefasto para nuestra sociedad y al bien común. Según A. Smith “se hallan estimulados por el egoísmo conducido a la división del trabajo” (Adam Smith 1776. Riquezas de las naciones, Tomo I, Cap. 2, pág.7). La división del trabajo para el capitalista que es conducido por “la mano invisible” es excelente así puede agrandar su fortuna, su interés propio y mal para la sociedad, pero el proletariado quien trabaja más y remunera menos de lo que produce, dedica solo a una especialidad sin poder crecer como persona y menos técnicamente en el trabajo. Así surgen la ambición, codicia y competencia para poder subsistir con mejor calidad de vida.

Suele a veces que la simpatía y el egoísmo pueden ser compatibles en sus interese por eso mismo acogeré el ejemplo de la Teletón y las empresas, estas que dan el impulso a una nueva meta. La simpatía de la primera lleva al egoísmo o benevolencia pero no de la misma sino de quienes son sus máximos aportadores a dicha causa. Las empresas que aportan de igual manera se enriquecerán ya sea porque son expuestas a publicidad a un día entero en la televisión, ayuda y compra de sus productos, pero más importante aún su utilidad aumenta de igual manera si hubiesen colaborado o no con la causa, estos hacen trabajar sus subordinados de igual manera y sus aportes a dicha causa benéfica es la simpatía del egoísta para bien propio y para la sociedad.

Como se ha podido apreciar, a pesar de sus significados diferentes de la simpatía y el egoísmo, al hombre no solo lo motiva el interés propio en contra del otro para poder ganar una utilidad, sino que también requiere de su opuesto que es la simpatía siendo un sentimiento en favor a los demás para lograr su objetivo en la sociedad.

Nombre: Luis Felipe Figueroa Muñoz.

Profesores: Felipe Alberto Abbott Boehme. Jorge Flavio Moreno Pinaud.

Sección: 3. Tema: 2.

...