La Transición Española
Enviado por adolfosuarez • 1 de Junio de 2021 • Ensayo • 2.643 Palabras (11 Páginas) • 118 Visitas
: El consenso durante la transición española: Pactos de la Moncloa y Constitución
de 1978.
INTRODUCCIÓN:
Una empresa que situó a España en el orden internacional y a la vanguardia democrática europea,
Se pasó de un régimen a otro sin que hubiera ninguna ruptura de la legalidad. Todo esto fue la
Transición Política Española. Pero de ilusiones no se vive, si no de obras y hechos. Por eso, cobra
vital importancia el impulso que se dio desde la Jefatura del Estado -El Rey-, no hay que olvidar
que en ese momento S.M. tiene poderes casi omnímodos como Jefe del Estado, pero él es
consciente de la ínfima legitimidad de la que goza en la escena política española, la oposición lo ve
como un continuista de la labor de Franco, los monárquicos seguían la legitimad de la dinastía de
los borbones, la cual recaía sobre su padre Don Juan de Borbón, y muchos sectores del régimen
ridiculizaban su figura. Por todo ello, sabía que su legitimidad estaba inexorablemente ligada a la
legitimidad política democrática y a un referéndum, el cual su profesor Torcuato FernándezMiranda le había hecho ver que era posible sin traicionar los principios Fundamentales del
Movimiento, a través de su famosa fórmula “de la ley a la ley”. La Transición Política es un
proceso de transformación de todos los resortes del régimen de la dictadura en unos de un Sistema
democrático, y transcurre desde 1976, tras la muerte de Franco a 1978 con la promulgación de la
Constitución.
DESARROLLO:
En la práctica, la Transición empezó antes de la muerte del General Franco, por lo menos en las
conversaciones del Príncipe de España -Don Juan Carlos- y su profesor- Torcuato Fdez-Miranda- a
la postre Presidente del Consejo del Reino y de las Cortes. Concretamente, en las eternas tardes que
pasaban en la Zarzuela dando clases de Derecho Político y la intención de conseguir una Monarquía
legitimada en Europa. El 18 de Julio de 1969, el General Franco obliga al príncipe a jurar los
Principios Fundamentales, y ahí Torcuato le tranquiliza: “Al jurar las Leyes Fundamentales, las
juráis en su totalidad. Por lo tanto, también juráis el artículo diez de la Ley de Sucesión, que dice
que las leyes pueden ser derogadas y reformadas” (Juan Fdez-Miranda, citado en El Guionista de
la Transición,2015, página 109). Tras la muerte de Franco S.M. el Rey sabe que ha llegado el
momento de abrir el “nudo” que Franco había dejado “atado y bien atado”, pero se encuentra con2
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que Arias Navarro es Presidente del Gobierno por un mandato de cinco años. Durante los primeros
seis meses de Reinado, Carlos Arias Navarro ha hecho ver al Tándem Miranda- Juan Carlos que no
es el hombre adecuado para llevar a cabo la reforma. El 1 de Julio de 1976 el Rey lo cita en la
Zarzuela para exigirle su dimisión, la elección de esta fecha no es cuestión baladí, FernándezMiranda la hace coincidir con las reuniones cada quince días del Consejo del Reino -del que es
Presidente- para preparar la terna que se le presentaría al Rey tras la dimisión de Arias Navarro, y
así dejar al “Búnker” en fuera de juego. Es ahí, cuando entra en acción un jovencísimo y
desconocido Adolfo Suárez, hasta entonces Ministro-Secretario General del Movimiento. El rey y
Miranda ven en él a la persona propicia para encarnar el papel de Presidente del Gobierno, la
oposición no lo conocía y para los franquistas no encarnaba ningún peligro al haber sido en
palabras suyas, “un chusquero de la política” que había hecho vida en el régimen. Este debía estar
en la terna de tres que el Consejo del Reino le presentara al Rey, en ese momento, Torcuato
Fernández-Miranda lleva a cabo un complicado sistema de votación enmascarada con una simple
apariencia de improvisación: “Si la elección se hace agrupando los candidatos por tres familias
ideológicas, el resultado será otro que si cada consejero proponga un nombre” ( Juan FdezMiranda, citado en El Guionista de la Transición,2015, página 262). Así, consigue de una manera
espectacular que Adolfo Suárez entre en la Terna. Fue una operación maravillosa, en palabras de
Torcuato “estoy en disposición de presentar al Rey lo que me ha pedido”, doce palabras, una frase
que revela una intención, la de no desvelar el nombre del candidato. La razón es obvia: es el Rey el
que tiene que elegir entre los tres candidatos, aunque Torcuato sabe quién será el elegido.
Conseguido que el Presidente del Gobierno fuese dócil y con vocaciones democráticas, llega el
momento de mayor tensión de la Transición, la presentación de la Ley para la Reforma Política, que
en la práctica era un harakiri, ya que suponía la derogación de todas las leyes fundamentales y el
inicio de la democracia. Torcuato la redacta y se la da al Presidente Suárez para que la defienda en
el pleno, eran necesarios 332 votos afirmativos y sobre el papel era difícil convencerlos para que
votaran la disolución del régimen franquista para el que trabajaban y apoyaban. Pero, en mi opinión,
la razón por la que la propuesta prosperó y se desmanteló el régimen, fue porque las Cortes pecaron
de lo que siempre habían sido, una cámara que se dedicaba a hacer las loas del Jefe del Estado y del
Gobierno, y no una verdadera cámara de representación y deliberación. El resultado de la votación
es incontestable. Torcuato acaba de consumar su gran obra política: el paso de un régimen político a
otro sin vulnerar la legalidad, sin violencia, sin rupturas. Un plan elaborado por él y defendido con
enorme brillantez por el Gobierno de Suárez. El equipo formado por las dos personas que S.M. el 3
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Rey ha designado Presidentes de las Cortes y del Gobierno ha funcionado como un reloj. Después,
el pueblo español ratificaría en referéndum la Ley para la Reforma Política. El Rey estaba
consiguiendo que su plan fuera sobre ruedas.
El Rey autorizó a Suárez establecer contactos con la oposición, Felipe González y el profesor
Tierno Galván hablan asiduamente con Adolfo Suárez. Tarde o temprano debía iniciarse
conversaciones con el PCE de Santiago Carrillo para proceder a la legalización. Creo que la
legalización del PCE fue un gran acierto por parte del Gobierno y un impulso democrático. Si el
PCE no tenía apoyos dentro de la sociedad española, ¿qué problema había en
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