La Vida Diaria En Teotihuacan

Vida diaria la ciudad de Teotihuacán

Teotihuacán era la ciudad más influyente dentro del altiplano central en el periodo clásico. El crecimiento de la población dentro de dicha ciudad, se debe a un factor de atracción muy importante, el cual fue un episodio histórico de gran trascendencia: la edificación de las pirámides del Sol y la Luna.

Con dichas construcciones, la elite de Teotihuacán consigue nutridos contingentes de mano de obra, para la extracción de obsidiana, como comerciantes de cerámica y trabajadores en los campos agrícolas que representa un cuarto de la población total de Teotihuacán y que durante la época baja de trabajo prestabas su fuerza a otros sectores, como las tareas de construcción de la ciudad. Otro vocación que vale la pena destacar son las artesanías, que van desde los alfareros en cualquier de sus especialidades (moldes con ciertas masas, en ciertos tipos de objetos como “tapaderas” o “candeleros”) hasta las personas que trabajaban la cesterías, la pintura, la lapidaria y actividades relacionadas con pieles.

En sus tiempos libres, así como en las reuniones se piensa que inhalaban el humo del tabaco que se consumía en largas cañas; y al estar en una de las principales zonas productoras de agave se piensa que pudieron haber aprovechado el jugo de esta planta y degustar el pulque.

El agave que entre otros de sus usos -al igual que le algodón- era vestir a las personas, con las fibras que se desprendían de él, donde además se utilizaban para la elaboración de hilos y cordajes.

Los teotihuacano en su vida diaria utilizaban: el petate de tule para dormir, el guaje le proporcionaba una cantimplora para almacenar agua y llevarla a cuestas en las travesías, de las maderas del pino, el encino, huizache y quizás el fresno obtenían los morillos de construcción, postes, trojes al aire libre e instrumentos de labranza (más llamado coa). Las pieles como las de conejo y venado se usaban como prendas abrigadoras, cobijas, incluso para parchar los tambores; E incluso con las pieles exóticas, como las del jaguar, y la del oso, pueden haber servido como abrigos para los chamanes o jefes.

Cihuacalli, que literalmente significa “cuarto de las mujeres” hace alusión al sitio de fuego, donde se preparaban e ingerían alimentos. La dieta de esta tribu consistía por un lado en maíz, frijoles, calabaza, chile, amaranto, nopal, verdolaga, aguacate, tomate, guaje, y usaban hierbas de olor como el epazote y el orégano. Entre las frutas que disponían se sabe a ciencia cierta que se alimentaban: del tejocote, el capulín, la ciruela y el zapote blanco, muchos de estos productos no eran de la región lo que hace pensar que tenían cierto comercio con rancherías aledañas al valle de México. La fauna comestible era muy variada e incluía especies como: perro, guajolote, venado, armadillo, liebre, conejo, rana, diferentes roedores, zorrillo, jabalí,

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