La casa Rivas Mercado, o de cómo nos reflejamos en la arquitectura
Enviado por Jatss Romero • 11 de Junio de 2021 • Documentos de Investigación • 737 Palabras (3 Páginas) • 146 Visitas
LA CASA RIVAS MERCADO, O DE CÓMO NOS REFLEJAMOS EN LA ARQUITECTURA.
La Niña de las Flores Rosas
¿Conoces la Casa Rivas Mercado? Ubicada desde finales del siglo XVIII en el número 45 de la calle Héroes, en la colonia Guerrero de la CDMX, esta casa tiene una historia que es mejor desvelar de manera individual, porque, creo, que a cada persona le cuenta una versión muy distinta de lo que ha sucedido en ella. Sí, la habitó la familia Rivas Mercado: el arquitecto Antonio la diseñó y construyó según los cánones de su época, él fue un arquitecto del régimen porfirista: nada menos que quien diseñó la ahora tan polémica Columna de la Independencia, pero ese es otro tema.
Esta casa es famosa también, porque Antonieta Rivas Mercado, la segunda hija del arquitecto, la convirtió en un centro de reunión de la élite cultural posrevolucionaria. Por ahí pasaron poetas, literatos, artistas, intelectuales… toda clase de personas. Después de muchos años, y al paso de los terremotos del siglo XX, la casa quedó abandonada por mucho tiempo, hasta que fue recuperada y restaurada por una fundación, y después abierta al público, de nuevo, como un espacio de cultura.
Yo la conocí en un libro, en la preparatoria. Leyendo A la sombra del ángel, de Kathryn Blair, encontré un plano, algunos bocetos y fotografías de la casa y me fascinó. Investigué un poco y me di cuenta de que estaba muy cerca de uno de los sitios donde crecí; quise ir a verla con mis propios ojos. Era el año de 2014, si mal no recuerdo, y la casa aun estaba en ruinas. No supe que sentir. Pregunté con los vecinos e indagué un poco sobre la construcción y sobre la -triste- fortuna de la casa. Iba cada que podía a verla, aunque siempre viera las mismas ruinas, intentaba identificar los espacios que se describían en los textos, imaginaba la vida doméstica de la familia y las reuniones que sucedían en los salones. Entre más iba y leía, las escenas en mi cabeza eran más vividas…
II.
Paulatinamente, el tiempo me consumió y no pude regresar hasta que la abrieron, después de la gran restauración, a finales del 2017. En mi imaginación, la casa era un espacio brillante, lleno de detalles y de magia. La recorrí como en un sueño. Los detalles que pensó el arquitecto Rivas Mercado para su casa son infinitos y hermosos: los mosaicos, la madera, la cantera y la forma en que se conjugan en cada espacio son impresionantes.
Saber acerca de la casa y de sus habitantes le dio un toque especial al encuentro. Mi mente, ayudada de los pasajes novelísticos que había leído y de la información que tenía, podía casi materializar -de manera muy romántica-, la convivencia, el espacio familiar, social e histórico que representa en mi cabeza ese lugar.
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