La competitividad en el Ecuador y su efecto en el crecimiento económico y en el empleo en los años 2015 y 2016
Enviado por joseffinam • 30 de Julio de 2017 • Apuntes • 1.847 Palabras (8 Páginas) • 383 Visitas
La competitividad en el Ecuador y su efecto en el crecimiento económico y en el empleo en los años 2015 y 2016
Introducción
Realizar estudios sobre la competitividad resulta ser de vital importancia porque ella condiciona el desempeño económico de un país. La competitividad incide en las diversas variables económicas tanto a nivel macro como a nivel micro. Precisamente, uno de los problemas del país está relacionado con nuestra capacidad competitiva frente a otros países, principalmente de la región.
Los diversos análisis económicos siempre mencionan que la falta de una moneda propia y la poca inversión en innovación nos perjudica enormemente, pero también es importante señalar que las políticas tributarias y arancelarias tienen cierta incidencia en el grado de competitividad. Así como también la dependencia de las exportaciones petroleras y la falta de diversificación de los mercados
Por esta razón, en el presente ensayo se pretende explicar cuáles son los efectos de la competitividad en el crecimiento económico y empleo durante el 2015 y el 2016 en nuestro país. Por ello es importante partir de dos preguntas básicas: ¿qué es la competitividad? y ¿cuáles son los elementos que la determinan?
Esto permitirá seguir una línea de investigación que apoyada en los informes de entidades gubernamentales e internacionales nos conducirá a un análisis que abordará tópicos más específicos para explicar esos efectos.
Marco Teórico
Analizar la competitividad en el Ecuador y su efecto en el crecimiento económico y en el empleo en los años 2015 y 2016 implica como punto de partida, definir qué significa competitividad y determinar qué elementos la componen. Entre las definiciones tenemos las siguientes:
Para Michael Porter, la competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria para innovar y mejorar, las compañías a su vez ganan ventajas sobre los mejores competidores del mundo debido a la presión y al reto. De acuerdo a Sharon Oster, la competitividad de una empresa es la capacidad que tiene para producir bienes con patrones de calidad específicos, utilizando más eficientemente sus recurso, en comparación con empresas semejantes en el resto del mundo durante un cierto periodo de tiempo. (García, 2015; Párr. 4).
Por lo tanto, la competitividad se puede definir como la capacidad de ser eficientes en el uso de los recursos para la producción de bienes y la capacidad de adaptarse a las condiciones del mercado para ganar una parte del mismo. En este contexto es importante conocer cuáles son los elementos que hacen que un país sea competitivo, así tenemos que:
Para el Informe de Competitividad Mundial publicado por el Foro Económico Mundial, la competitividad de un país se compone de cuatro elementos: la eficiencia de los negocios, que mide el grado en que las empresas se desempeñan en forma innovadora, eficiente y responsable; el desempeño económico, que calcula la evaluación macroeconómica de la economía; la eficiencia del gobierno, que evalúa el grado en que las políticas de gobierno favorecen la competitividad; y, la infraestructura, que mide el grado en que los recursos básicos, tecnológicos, científicos y humanos cumplen las necesidades de los negocios, este elemento es el que crea valor en la economía porque da: calidad de vida; desarrollo sustentable; disminución de la pobreza, entre otros. (Fonseca, 2013; Párr. 1).
Estas precisiones nos permiten enfocarnos en el caso específico de nuestro país para conocer cuáles son esos efectos en el crecimiento económico y en el empleo en los dos últimos años que han estado marcados por la caída de los precios del petróleo, situación que ha afectado severamente a la administración central, la misma que se ha visto en la necesidad de recortar la inversión en infraestructura y para financiar el déficit fiscal ha recurrido a nuevos ajustes tributarios y a la búsqueda de nuevos créditos, principalmente en China. Además, la falta de acuerdos comerciales con economías de vital importancia para nuestro país perjudica al sector exportador.
Según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), la economía del país creció tan solo un 0,3% en 2015 y los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) estiman un decrecimiento del 4% para este 2016, precisamente por la presión que genera la caída del precio del petróleo y la apreciación del dólar. La apreciación del dólar encarece nuestras exportaciones y debilita nuestra competitividad frente a los países vecinos.
A esta situación se debe agregar el impacto de las salvaguardas que el gobierno impuso a los bienes importados. El gobierno justifica la decisión basándose en el argumento de proteger la industria local y equilibrar la balanza comercial, sin embargo, tanto los bienes de la industria nacional como los importados son más caros que en los países vecinos, razón por la cual, los ecuatorianos prefieren viajar a Colombia o a Perú para adquirir esos bienes a menor precio.
Esta situación genera una pérdida de ingresos para el comercio local y por ende hay disminución de empleos ya que algunos negocios se han visto obligados a cerrar sus puertas por las bajas ventas, un ejemplo de eso sería el sector de la Bahía en Guayaquil. Para explicar esto, debemos remitirnos a:
Las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a septiembre de 2016, permiten observar que el desempleo continúa creciendo: de 4,3% registrado en septiembre de 2015 a 5,2% en septiembre de 2016. En valores absolutos, en septiembre de 2016 existen en el país 419.173 desempleados, esto quiere decir más de cuatrocientos diecinueve mil ecuatorianos y ecuatorianas que estando en capacidad de trabajar no encuentran empleo, no reciben salarios para sostener a sus familias. La cantidad de personas desempleadas en el último año ha crecido en 93.677. (Guerrero, 2016; Párr. 4).
De acuerdo al último informe sobre competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), este año 2016, Ecuador se sitúa en el puesto 91, mientras que en el 2015 se ubicó en el 76. Esto nos indica que el país debe prestar atención a ciertos componentes que nos han vuelto menos competitivos.
A pesar del esfuerzo por cambiar la matriz productiva, el país le sigue apostando a la exportación petrolera, pues este ha sido siempre el principal rubro que ha sostenido al Estado. Al disminuir los ingresos petroleros por los bajos precios se crearon desequilibrios macroeconómicos. El déficit del Presupuesto del Estado ha tenido que ser financiado mediante adquisición de deuda y ajustes tributarios. Y es aquí donde encontramos la primera condición negativa que afecta a las empresas ecuatorianas.
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