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La contrarrevolución de 1954 - 1963


Enviado por   •  15 de Octubre de 2014  •  5.321 Palabras (22 Páginas)  •  386 Visitas

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La contrarrevolución de 1954 - 1963

La Contrarrevolución de 1954 -también llamada Contrarrevolución del 54- fue un movimiento político y militar, orquestado por Estados Unidos, la United Fruit Company (UFCO) y algunos terratenientes guatemaltecos, que provocó la renuncia el 27 de junio de 1954 del presidente de Guatemala en aquel momento, Jacobo Árbenz, a quien acusaban de comunista. La verdadera razón por la cual buscaron la salida de Árbenz era para preservar sus intereses económicos en el país.

La Contrarrevolución de 1954 derrocó del poder al presidente Jacobo Árbenz, elegido en elecciones generales el 15 de marzo de 1951.

En 1953, las posiciones en Guatemala estaban definidas en una alineación de fuerzas contrarias al gobierno de Árbenz. Estas estaban compuestas, en primer lugar, por el gobierno estadounidense del presidente Dwight Eisenhower y, en especial, su Secretario de Estado, John Foster Dulles, así como el hermano de este, Allen Dulles, director de la Agencia Central de Inteligencia -CIA- del país norteamericano.

En segundo lugar, siempre en contra del gobierno guatemalteco de turno, se encontraba la United Fruit Company (UFCO), propietaria principal de tierras en el país y entre cuyos accionistas se encontraban los hermanos Dulles.

A la vez, le acompañaban la alta jerarquía de la Iglesia Católica, encabezada por el arzobispo Mariano Rosell Arellano, quien había suscrito y divulgado la Carta Pastoral Contra los Peligros del Comunismo en Guatemala y había impulsado el Congreso Eucarístico Nacional en 1950, como una demostración de fuerza. El Arzobispo Mariano Rosell Arellano había puesto en marcha una cruzada de peregrinación del Cristo de Esquipulas para rogarle que terminara con el comunismo en Guatemala.

También se encontraban en contra de Árbenz la mayor parte de los terratenientes del país, algunos de ellos agrupados en la Asociación Guatemalteca de Agricultores -AGA-, quienes veían el proceso de reforma agraria como una amenaza contra sus intereses. Por último, ciertos regímenes extranjeros, tales como el gobierno de Nicaragua, de la República Dominicana y Honduras, fuertemente comprometidos con los intereses de la compañía bananera, no se encontraban a gusto con el mandatario guatemalteco.

A favor de Árbenz se encontraban varios partidos políticos de distinta ideología -algunos de ellos con cierta reticencia y diferencia de opinión-. Entre los que apoyaban al gobierno guatemalteco decididamente se encontraba el Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT-.

También lo respaldaban los sindicatos, ligas campesinas y comités de reforma agraria que, juntos, conformaban los Comités de Defensa de la Revolución. A su vez se encontraba implícito el apoyo del Ejército de Guatemala.

Por último, en apariencia, Árbenz y Guatemala contaban con el apoyo político formal de algunos gobiernos de América Latina y de Europa Oriental. Estos, sin embargo y como se verá durante el transcurso de los acontecimientos, no eran reales y terminaron siendo factores en contra del propio gobierno de Árbenz.

Esta confrontación se daba en el marco de la Guerra Fría, que se hacía cada vez más áspera, en cuanto al nivel ideológico. Era, asimismo, el momento de la Guerra de Corea, y dentro de los Estados Unidos se daba el fenómeno del macartismo como persecución contra intelectuales y artistas acusados de comunistas.

La primera confrontación seria con Estados Unidos se dio en el marco de la X Conferencia Interamericana, realizada en Caracas durante marzo de 1954. En esta actividad diplomática, a pesar del valiente discurso del canciller de la República de Guatemala -Ministro de Relaciones Exteriores-, Guillermo Toriello, se adoptó una resolución en contra de Guatemala, condenándola, y de hecho aislándola internacionalmente. Ya en esos momentos Estados Unidos trabajaba en la organización de la Operación Éxito, que no era más que la planificación del derrocamiento del segundo y último gobierno de la Revolución de 1944.

La Operación Éxito tuvo la característica de ser predominantemente política y propagandística. Con sus auspicios se organiza al Ejército de la Liberación, bajo la jefatura del teniente coronel Carlos Castillo Armas, que finalmente llegaría a romper con la revolución y lo dejaría en el poder tras la renuncia de Árbenz.

Es así como su conjunción de guatemaltecos desafectos al régimen, un grupo de agentes de la CIA, y grupos de aventureros pagado por el gobierno del presidente hondureño, Anastasio Somoza conspiraron en tierras catracahas para preparar la invasión de Guatemala, precedida por insistentes ataques aéreos. Contrariamente a lo que pueda pensarse, este grupo no sobrepasó los mil hombres.

El 7 de junio de 1954, el Ejército de Guatemala presentó al presidente Árbenz un pliego de veinte preguntas que evidenciaban, en primer lugar, la inquietud de la institución sobre las posiciones políticas y el liderazgo gubernamental de los integrantes del Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT- y, sobre todo, el nivel de influencia ideológica comunista ejercida en el mandatario.

El segundo tema del cuestionamiento era la posibilidad de dar armas a las milicias populares creadas para defender a la Revolución de 1944. Desde principios de año, cuando el régimen, sintiéndose amenazado, quiso comprar armas previniendo un ataque militar, se encontró con la negativa de varios gobiernos. Ello lo forzaría a adquirir algún armamento checoslovaco, lo cual provocó temores en el Ejército ante la posibilidad de que estos fueran distribuidos entre la población y quedaran fuera de su control.

Árbenz afirmó que la influencia del PGT no era crucial para su gobierno y negó que tuviese intención de formar milicias populares. El Presidente cometió, no obstante, el error de no apreciar el significado político que tenía el cuestionamiento del Ejército, que también había sido sometido a una intensa campaña ideológica sobre los peligros del comunismo. A pesar de las respuestas del Presidente, la duda y el temor quedaron sembrados entre los miembros de la institución armada.

Durante el mes de junio de 1954 se vivía en Guatemala un clima de confrontación irremediable. En el campo, las invasiones de tierra sucedían una tras otra, en tanto que, los mítines y las manifestaciones de apoyo al régimen iban siendo cada vez menos. Los sermones y advertencias de la Iglesia arreciaban. No tardaron en surgir las transmisiones de Radio Liberación, una emisora establecida por los opositores de Árbenz, que divulgaban los pormenores de una invasión inminente, por parte de un ejército con mucho armamento y un contingente de soldados superior al de las fuerzas armadas nacionales.

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