La dominación tradicional
Enviado por Heidy Mieles • 27 de Enero de 2016 • Ensayo • 1.474 Palabras (6 Páginas) • 339 Visitas
Rafael Correa, para la gran mayoría, un populista, que esconde en un discurso político, su verdadera forma de control de gobierno, un hombre cuya presidencia ha sido un cumulo de contradicciones, tanto en sus políticas públicas, como en su ya citado discurso político, la primera y más grande contracción, que es observable, se refleja en el hecho de venir de una tradición liberal por haber nacido en Guayaquil, centro económico del Ecuador, pero actúa aparentemente bajo el ala socialista o como el mismo lo llama “Socialismo del siglo XXI”, bajo este presupuesto, podemos decir que su forma de dominio no es tradicional, sino que muy por el contraria, busca el cambio estructural, y romper con la tradición liberal impuesta en el país.
Ciertamente ha habido un cambio en el país, “Tantos años de un Gobierno que ha contado con los mayores ingresos fiscales de toda la historia republicana, y que está en funciones el mayor período registrado hasta ahora, respaldado con un amplio agrado político, no podían pasar desapercibidos.” (Acosta, 2014, pág. 12), pero esto no necesariamente indica que sea o no sea una dominación tradicional, son las características esenciales que plantea Weber, las que ayudan a definir si el correismo es una dominación legítima tradicional o no.
Partiendo de la idea base o fundamental para entender la dominación tradicional, propuesta por Max Weber, en la que nos indica cual es forma más pura de dominación tradicional, es si existe una dominación patriarcal, a lo que Max Weber entiende como “toda clase de “superioridad” que con éxito asume autoridad legítima en virtud simplemente de habituación inveterada pertenece a la misma categoría, aunque no presente una característica tan clara” (Webe, 2002, pág. 710). Aquí podemos ver una doble, análisis, pues en su campaña electoral se vendió, contrario a la tradición, pues a pesar de ser representante de la burguesía guayaquileña, se opuso por completo al liberalismo, pero una vez dentro del poder se ha vuelto una dominación patriarcal, porque reproduce los mismo intereses oligárquicos, escondido en un discurso de revolución social. “El Estado ecuatoriano, al cabo de este largo período de gobierno, sigue siendo capitalista, con sus pilares coloniales y patriarcales intocados.” (Acosta, 2014, pág. 16). Además de esto Rafael Correa ha logrado, ganar las elecciones, y ser reelegido dos veces seguidas, cosa que nunca antes se ha visto en el país, y hoy en día se encuentra buscando cambiar la constitución mediante una enmienda constitucional, para volver a ocupar cuatro años más de administración correísta, Alberto Acosta señala que “Con el correísmo se ha impuesto en la conducta política una línea regresiva. Podríamos concluir, entonces, que las agujas de la brújula gubernamental que, el año 2007, apuntaban hacia una transformación estructural y radical, cuyos principios se plasmaron en la Constitución de Montecristi, hoy apuntan en dirección inversa.” (Acosta, 2014, pág. 16), por lo cual podemos, decir que inició un cambio, pero que hoy en día, ha vuelto a mantenerse dentro de la misma línea tradicional de gobierno.
Otro aspecto que es común en la dominación tradicional, es el reparto del poder entre el señor y su cuerpo administrativo, Max Weber dice “El poder señorial se halla, pues, repartido entre el señor y el cuerpo administrativo con título de propiedad”, haciendo una comparación con el gobierno correísta, es completamente aplicable, debido a que el cuerpo político, ecuatoriano, en todas sus instituciones, como la Asamblea, la Corte Constitucional, Consejo Nacional Electoral, Municipios entre otras están administrados por partidarios de gobiernos, o adeptos al movimiento Alianza País, del cual Rafael Correa forma parte. “Por un lado está la subordinación de todos los poderes al Ejecutivo encarnado en la figura de un líder carismático como el representante de toda la nación y como árbitro imparcial frente a intereses contrapuestos de las clases sociales en conflicto. “, las mayorías representativas en la asamblea constituyente son del oficialismo, por lo cual de una u otra forma, el presidente es quien dictamina las decisiones.
Aquí se presenta una contradicción muy grande porque mientras como ya hemos dicho el poder del señor es incuestionable, el gobierno correísta, destaca por el continuo cambió de constituciones, o reformas constitucionales, en este caso en concreto no se lo vería como una dominación legítima tradicional, pues Max Weber caracteriza diciendo “el contenido de las ordenes está ligado por la tradición, cuya violación desconsiderada por parte del señor pondría en entredicho la legitimidad de su propio dominio” (Webe, 2002, pág. 709), en el correismo se ha abierto una discusión muy extensa, pues en su inicio se veía como una cambio radical utilizando a las masas más desfavorecidas, y marginadas, para dar este salto, tanto llegó a ser la acogida del cambió desde el pueblo, donde la propuesta era que el pueblo escoja quien lo representa, y que leyes acepta fue mal utilizado, entonces era la apertura para una democracia participativa. El problema surge que una vez materializado, se lo utilizo como una herramienta más de legitimación, Alberto Acosta opina acerca del proyecto constituyente, diciendo “La Asamblea Constituyente, un espacio de amplia participación democrática, se sentaron las bases para una gran transformación del Ecuador, pero que no fueron asumidas por el régimen de Correa como un verdadero compromiso histórico.”
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