La edad media y renacimiento

Profesora, compañeros, esta mañana me es grato estar con ustedes para hablarles sobre la literatura medieval y renacentista, pero, ¿Cuál es mi finalidad al hablarles sobre estas dos corrientes literarias? Bueno, ambas representan y nos transmiten las experiencias, pensamientos y el actuar de las personas de esas épocas.

En la edad media, pues, reinaban las guerras, la inseguridad, la desigualdad social, asi como la aparición del feudalimo, y como dejar de lado el gran dominio de la iglesia sobre el hombre medieval, convirtiéndolo, sobre todo en un hombre cegado y completamente religioso, el cual obedecía a la Iglesia y a sus representantes sin dudar y sin sentir curiosidad por el mundo que lo rodeaba.

Asi fue hasta que en los siglos XV y XVI surgio el renacimiento. La larga y oscura noche de la Edad Media dio paso a una de las épocas más luminosas de la historia. El destino del hombre medieval, condenado a vivir en un “valle de lágrimas”, conoció un nuevo camino de esperanza. La vida florecía, dejaba atrás los temores, se liberaba de los miedos que esclavizaron los cuerpos y las mentes. Se asistió a una eclosión del arte, la cultura y sobre todo la literatura. Dios ya no era el centro del mundo. El hombre se había hecho con las riendas de su propio destino.

El principal descubrimiento del hombre renacentista será, sin duda alguna, el de sí mismo como ser humano. El hombre medieval creía en una versión errónea de lo que es la religión y lo que representa Dios. En cambio, el hombre renacentista, sin dejar de creer en Dios, va a adquirir conciencia de sí mismo como una criatura con un enorme potencial. Esta idea le llevó a plasmar la asombrosa obra artística y literaria que conocemos e influencio en nosotros, hombres modernos y de supuesta capacidad superior, que intentamos evadir la realidad y así evitarnos problemas y conflictos, que solo aplazamos y agrandamos cada vez más, y para cuando nos queramos hacer responsables de nuestros actos, será sumamente difícil enfrentar lo que siempre evadimos y para lo cual no nos preparamos.

El hombre renacentista en cambio, es artista, es místico, es constructor, es inventor, es científico, es pensador político, es integrador de las diferencias, es joven y viejo a la vez, pues a su juventud une la sabiduría de la Antigüedad, y en definitiva, es un filósofo, pues ama esa sabiduría, la busca y se esfuerza por alcanzarla.
Sin duda alguna, el pensamiento renacentista es lo que cada uno de nosotros debe aspirar conseguir para que asi, al igual que aquellos hombres de hace siglos, trabajemos por un mundo nuevo y mejor, porque el Renacimiento es posible si cada ser humano renace en su interior.

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