La generación del 80 fue la principal responsable de que el evolucionismo y el positivismo se instalaran como discursos analíticos en la Argentina.
Enviado por soficonti15 • 25 de Abril de 2016 • Informe • 1.665 Palabras (7 Páginas) • 368 Visitas
Los ideales de la generación
La generación del 80 fue la principal responsable de que el evolucionismo y el positivismo se instalaran como discursos analíticos en la Argentina.
Ambas filosofías aportaban nuevas ideas para interpretar el mundo en el que esos hombres vivían. En particular, podían ser útiles para explicar los cambios que la sociedad atravesaba en un momento en el que sus antiguas características se diluían ante la gran masa de inmigrantes que llegaba.
En los años 80, las intervenciones de estos intelectuales circularon en medio de un clima de gran optimismo avalado por la confianza que es generación tenía en el progreso nacional, al que consideraban indefinido.
En el terreno político fueron muy conservadores, ya que defendieron los avances del gobierno nacional sobre las provincias y entendieron que el manejo de los asuntos políticos debía quedar reservado a una élite, dueña del saber y la riqueza. Al respecto, Eduardo Wilde, ministro de Instrucción Pública de Roca, opinaba acerca del sufragio universal: “Es el triunfo de la ignorancia universal”. Estos hombres querían trasformar el país, pero desde arriba, sin permitir que el resto de la sociedad interfiera en su proyecto de nación. De hecho, se concebía a la sociedad como un organismo, y a la crisis social como una enfermedad que había que curar y, si era posible, extirpar de raíz. El concepto que se tenía de las masas y multitudes era el de la fuerza fenomenal, pero carente de inteligencia y raciocinio. Esta concepción domino en gran medida el discurso y acción oficial.
Política y Estado
Cuando Julio A. Rosa alcanzó la presidencia en 1880, las fuerzas políticas del interior del país que lo espaldarón asumieron que el triunfo representaba el establecimiento de una nueva hegemonía políticas capaz de resguardar algunos intereses provinciales. Estas ideas tenían su sustento en el hecho de que había sido la alianza conformaba por la llamada Liga de Gobernadores, aunada en torno al Partido Autonomista Nacional, lo que había permitido derrotar a los porteños.
El PAN, nacido del seno de un grupo reducido de personas poderosas del Interior, fue la alianza política entre los gobernadores y políticos influyentes. Desde este partido, los hombres del Interior impulsaron el resguardo de ciertos intereses regionales a nivel nacional. En la práctica, esto significaba superar los conflictos entre la nación y las provincias que habían dominado la escena política en el pasado.
Desde entonces, y hasta 1910, Roca y los que sucedieron establecieron un complejo sistema de cooptación, acuerdos y alianzas entre las diferentes provincias para mantener y reforzar el régimen político conservador. De esta forma, los hombres del PAN se aseguraron la sucesión del poder, práctica denominada por los contemporáneos como la política del acuerdo. Esta implicaba arduas negociaciones que incluían recompensas y sanciones entre quienes se consideraban capacitados para ejercer el poder.
Las ideas políticas de los hombres del PAN permearon al Estado: fue desde su seno, y en nombre de la Constitución, que llevaron a cabo la tarea de recompensar a las provincias leales o disciplinar a las díscolas. Así, tal como había hecho Mitre, Sarmiento y Avellaneda, la intervención federal y el estado de sitio, fueron los dos instrumentos constitucionales que emplearon para tal fin.
Por otro lado, durante este periodo, El estado nacional era una realidad más tangible que contaba con diversas instituciones y empleados que podían hacer afectivas las acciones del gobierno nacional. También era notable su rol en la definición de proyectos de envergadura, lo que se hizo evidente en obras públicas de infraestructura y en el sistema de trasporte.
Durante el gobierno de Roca en particular, se llevaron a cabo medidas que marcarían la presencia del Estado en todo el territorio. Por ejemplo, Rosa impulsó una reforma monetaria, que eliminó la emisión y circulación de monedas provinciales, estableciendo una moneda común en todo el territorio nacional. También promovió la organización de asuntos impositivos y fiscales, buscando obtener los recursos necesarios para su funcionamiento.
En 1884 se sancionó la Ley de Territorios Nacionales con el objetivo de organizar las antiguar tierras indígenas, incorporadas al resto del territorio luego de campañas militares. Nacieron, así, los Territorios nacionales de La Pampa, Río Negro, Neuquén y, poco después, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Chaco, Formosa y Misiones. El Estado nacional tomó a su cargo esos territorios recientemente constituidos, fundando ciudades, estableciendo comunicaciones, vendiendo las tierras públicas y propiciando el asentamiento de colonos.
El Estado nacional también hizo sentir su presencia en aspectos relacionados con la educación, un rubro fundamental para difundir y afianzar los símbolos, las creencias y las tradiciones en torno a la nación; en la asunción de nuevas funciones administrativas que antes tenía a su cargo la Iglesia, y en la creación de ciertas instituciones sanitarias con el objetivo de evitar la difusión de epidemias y enfermedades.
Asimismo, la capacidad represiva del Estado adquirió una nueva dimensión al sancionar, a comienzos del siglo XX, un nuevo marco legal que posibilitaba la expulsión de los extranjeros indeseables.
La dinámica electoral
Una de las características del régimen conservador fue la de adscribir formalmente a los procedimientos democráticos, pero a romperlos en la práctica. Muchos historiadores han señalado que, hacia fines del siglo XIX, las elecciones eran actos puramente formales. Los acuerdos entre los políticos notables definían las candidaturas, en tanto que en las prácticas electorales predominaba el fraude. No obstante, las elecciones funcionaban como actos legitimadores, por lo que los comicios eran fundamentales.
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