La herencia colonial y los estereotipos de superioridad que influyen en el dominio de los más poderosos

La herencia colonial y los estereotipos de superioridad que influyen en el dominio de los más poderosos.

Para nadie es un secreto que los países americanos, en especial aquellos descubiertos y “colonizados” por los españoles, fueron víctimas de atropellos, injusticias y crímenes, que hoy por hoy retumban en la memoria colectiva de todos sus pobladores. Muchos de estos abusos se realizaron justificados en argumentos tan ilógicos como los comportamientos de los colonizadores, quienes se basaban en la falta de “conocimiento” de los indígenas o el rechazo de sus creencias para cometer todo tipo de exabruptos contra los nativos. Una muestra de esta conducta es la extinción de muchos grupos indígenas a causa de los asesinatos y malos tratos recibidos por los españoles en territorio neogranadino. Sin embargo, lo inquietante de toda esta situación es cómo el ideario de superioridad de los españoles logró perdurar durante siglos, incluso cómo logró permear en la mente de los criollos que poblaron nuestras tierras. Es sorprendente ver que hoy, en pleno siglo XXI quienes están a la cabeza del sistema son descendientes de criollos, bastaría con hacer un análisis de los apellidos que han gobernado por siglos nuestro país para confirmarlo, gobernantes que se idearon tretas para atornillarse en el poder y seguir abusando de los menos favorecidos, creando leyes que favorezcan a un pequeño grupo y que, por el contrario, agudicen los problemas de los más pobres.

Tal como se mencionó en el párrafo anterior, en la época de la colonia, el instinto de superioridad de los colonos españoles y los criollos era tanto que se creían con derecho de maltratar a los miembros de los grupos aborígenes, a quienes menospreciaban. En muchas ocasiones amparándose en el desconocimiento que estos tenían de la religión católica o por no manejar la misma lengua, el español. En otras palabras, los españoles y criollos los consideraban inferiores. Además, afirmaban tener la verdad absoluta, todo aquel que no fuese europeo, era inferior, por lo tanto, merecía ser su subordinado. Los españoles de la época colonial se suponían seres superiores y poderosos dignos de gobernar nuestro territorio.

Ahora bien, la situación con los criollos va mucho más allá de solo deseo de poder, autores como Castro, S (2015) establecen que, para los españoles y criollos, el desconocimiento de los indígenas, africanos e incluso asiáticos como sus iguales va mucho más allá, afirmando que para la “alta sociedad” de la Nueva Granada, los conocimientos procedentes de personas no europeas siempre serán inferior a los producidos por los europeos. “Resulta claro que la sociología espontánea de la elite neogranadina construía una representación en la que todo conocimiento proveniente de Europa era visto como esencialmente superior al conocimiento producido y transmitido empíricamente por los nativos de América y África” (Castro, S, 2005, p 193). De igual forma, esta autora afirma que ese sentir de superioridad de los europeos sobre los nativos se refleja en el rechazo hacia el lenguaje de los nativos, sus costumbres, sus prácticas medicinales, la botánica y hasta en sus creencias religiosas, a tal punto de llegar a creer que la sangre de los indígenas al ser “impura” es merecedora de todo tipo de castigos, justificando así los malos tratos que recibían por parte de sus amos.

Para la mentalidad de los criollos, aunque el conocimiento médico de los indios carecía de validez por sí mismo, quedaba sin embargo “redimido de su mancha” cuando entraba en contacto con la tradición de la medicina occidental y era formulado por médicos “blancos”. (Castro, S, 2005, P 192)

Los argumentos y citas anteriores dan muestra del instinto de superioridad de los criollos sobre los indígenas y esclavos traídos a territorio neogranadino por los españoles durante la época de la colonización. No obstante, es de anotar que dicho sentimiento ha logrado permear en la conciencia de sus sucesores, quienes se han planteado continuar en el poder y seguir al mando. A partir de esto nace una duda ¿persistirá este sentimiento de superioridad en las elites colombianas en la actualidad? ¿cómo ha cambiado el comportamiento de estas elites hacia el pueblo colombiano que hoy por hoy sigue siendo subyugado? ¿qué puede hacer el pueblo colombiano para romper con estos estereotipos del blanco poderoso?  

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