La historia de los misioneros en la Nueva España
Enviado por cattaa • 19 de Mayo de 2013 • Informe • 667 Palabras (3 Páginas) • 580 Visitas
La historia de los misioneros en la Nueva España, comenzó obviamente con la llegada de los europeos a la Nueva España. En el sentido estricto, el término de misión alude a la labor que debían de realizar como parte de un compromiso o tarea asignada.
En el vasto escenario mexicano, la misión de los frailes era bastante compleja: la conversión al cristianismo de miles de indígenas por vía de catequización, dentro de un gran programa que inicialmente permitió a las recién llegadas órdenes religiosas de cristianos repartiese en las regiones donde era más urgente efectuar la tarea de evangelización. Para los frailes el territorio era extenso, desconocido y en muchos casos agreste e inhóspito, amén de la resistencia de los grupos indígenas que se negaban a aceptarlos a ellos, a su doctrina y a los conquistadores por igual. A esto hay que agregar la enorme dificultad que tuvieron los sacerdotes para aprender la lengua de las diferentes regiones en las que debieron trabajar.
La magna obra de evangelización fue iniciada por los franciscanos, les siguieron los dominicos, agustinos y jesuitas. Los primeros llegaron a tierras mexicanos en 1524, y en pocos años lograron la fundación de templos y conventos, consecuencia lógica del establecimiento de las primeras misiones en casi toda la parte central y porciones del sureste de la República, aunque luego debieron compartir parte de su territorio con los dominicos, quienes llegaron a la Nueva España en 1526, iniciando su actividad religiosa en Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán y Morelos.
Por su parte, los agustinos arribaron en 1533 y sus misiones abarcaron porciones de los actuales estados de México, Hidalgo, Guerrero y algunas zonas de la huasteca.
La Compañía de Jesús hizo su aparición hacia fines de 1572; aunque desde un principio sus tareas se dedicaron a la educación, sobre todo de la niñez, no descuidaron la labor apostólica en los lugares donde apenas se iniciaba y que no habían sido cubiertos por las otras órdenes religiosas. Así llegaron con relativa rapidez a Guanajuato, San Luis Potosí y Coahuila, para después extenderse al norte llegando hasta Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango.
Hacia fines del siglo XVII los franciscanos, con autorización de la Santa Sede, fundaron los colegios apostólicos de misioneros de Propaganda de Fide(o propagación de la fe), pretendiendo con ello dar un nuevo impulso a la evangelización y preparando misioneros para redoblar esfuerzos en todo el territorio de la Nueva España. Así se abrieron los colegios de Querétaro, Zacatecas, México, Orizaba y Pachuca, junto con otros dos más tardíos en Zapopan y Cholula.
Posteriormente, a la expulsión de los jesuitas del territorio nacional en 1767, permitió que los franciscanos se hicieran cargo de sus fundaciones establecidas en el norte, y ocuparon la Alta California,
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