La historia del automóvil
Enviado por marco_boss302 • 24 de Diciembre de 2014 • Trabajo • 1.471 Palabras (6 Páginas) • 305 Visitas
La historia del automóvil
Pensar en un mundo moderno sin autos ni ningún tipo de vehículo motorizado resulta casi imposible. El auto es un elemento básico de la vida cotidiana: se encuentra tan incorporado a ella que uno, casi, ni se percata de la magnitud de dicho invento. En lugar de tener que hacer cola bajo la lluvia esperando el colectivo, podemos ir de puerta a puerta sin mojarnos y sin pasar frío; pueden llevar a cinco personas o a una sola indistintamente; ofrecen independencia a los discapacitados y seguridad a los más vulnerables. Los automóviles son maravillas cotidianas. Años de investigaciones, fracasos e innovaciones dieron como fruto una de las creaciones más importantes del hombre: el automóvil
Los antepasados del coche moderno
La historia del automóvil recorre las tres fases de los grandes medios de propulsión: vapor, electricidad y gasolina. El primer vehículo a vapor es el "carromato" de Nicolás Gugnot, demasiado pesado, ruidoso y temible. El segundo es el triciclo de William Murdoch, movido por una máquina de Watt, que data del año 1784; con sus delgadas ruedas y su pequeña chimenea en la parte posterior, parece mucho más delicado que el anterior. El tercer vehículo a vapor fue presentado en 1804 por Oliver Evans; era un enorme barco anfibio que había sido construido para dragar el río Schuykill y estaba provisto por una parte, de cuatro ruedas para caminar por tierra, y por otra, de una rueda de paletas que le impulsaba por el agua. Animados por estas creaciones, muchos otros inventores construyeron diversos vehículos impulsados con vapor.
Etienne Lenoir, un ingeniero francés, construyó en 1883 una máquina que era impulsada con gas de carbón común: llegó a colocarla sobre ruedas y viajaba en ella. Siegfried Marcus, un inventor vienés, utilizó por primera vez en 1875 gas de petróleo para mover un pequeño coche por las calles de Viena.
En 1884, el inglés Edward Butler equipó en Londres un pequeño triciclo con un motor de nafta de dos cilindros, gasificador y encendido eléctrico. Era uno de los inventos más adelantados para esa época, pero no tuvo demasiado éxito por la ley de la bandera roja.
En Alemania, entre tanto, se produjo un progreso permanente. Empezó en 1872 con el motor de gas de Nicolaus Otto. Si bien esta máquina dependía del gas de la cañería común, significó un gran adelanto. Otto utilizó el sistema de émbolo-cilíndrico de la máquina de vapor; pero en su motor -y desde entonces en todos los motores de explosión- la combustión tenía lugar en el interior y no en una caldera especial, como en las máquinas de vapor.
El primer vehículo de Karl Benz alimentado con gasolina fue un triciclo con motor de cuatro tiempos, basado en el principio de Otto. Benz inventó su propio sistema de encendido eléctrico y rodeó al motor de una envoltura por la cual circulaba agua fría como medio refrigerante. La fuerza del motor era transmitida a las ruedas posteriores por dos cadenas y un simple embrague intercalado en ellas. Para superar las dificultades de las curvas -la rueda exterior tenía que moverse más rápidamente que el interior-, Benz adoptó un invento inglés, el diferencial, patentado por J. K. Starley en 1877.
El vehículo se conducía con ayuda de un pequeño volante, ubicado sobre una delgada barra dispuesta delante de un banquito que servía de asiento al conductor. Todos los detalles de este coche fueron construidos personalmente por Karl Benz, y se convirtió así, en 1885 en el primer automóvil.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se manifestó la necesidad cada vez mayor de un vehículo mecánico que pudiese transitar por las calles. La invención del coche de vapor fracasó por ser una máquina muy pesada y de difícil conducción.
El nacimiento del automóvil llegó gracias al invento de Dunlop, las llantas neumáticas, pero también se necesitaba de un motor. Esta exigencia se cumplió con la aparición del motor eléctrico, una vez solucionados los problemas de la generación de corriente y su distribución. La idea de crear un vehículo que permitiese la optimización del tiempo y el menor esfuerzo posible para el traslado del hombre ha estado presente a lo largo de la historia. Es así como en el siglo XV libros como “De Re Militare” mencionan la posibilidad de construir un vehículo capaz de moverse por obra de una serie de poleas y la fuerza del viento. Hacia fines de la centuria, Leonardo Da Vinci diseñó un vehículo de cuatro ruedas que podía moverse algunos metros con ayuda de dos personas.
Los diseños comenzaron a ser cada vez más sofisticados y, si bien la gran mayoría no se llevó a cabo, es innegable
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