La historia del pueblo mexicano

Es sabido, por medio de investigaciones, que la raza humana empezó a surgir al mismo tiempo en todas partes del mundo. Obviamente en algunos sectores evolucionaron más rápido que otros, hablando sobre las sociedades, por diversas causas principalmente por la ubicación geográfica en que se encontraban los continentes y los ecosistemas que los rodeaban.

La historia de la gente de nuestro país empieza en la que es llamada la “Etapa Lítica”, que fue anterior a la agricultura, alrededor del año 35.000 a.C. que fue principalmente en la era glaciar cuando los grandes mamuts habitaban la tierra. Se habla de que las sociedades se iban separando en grupos de decenas, que se situaban en una cueva o en un refugio en el invierno cuando no había mucho que cazar o recolectar, y cuando llegaba el verano, los grupos de decenas se unían formando macrogrupos de cientos de individuos que se juntaban para intercambiar mujeres o para cazar y recolectar juntos.

Se cree que entre el 7.000 a.C. y el 5.000 a.C. los individuos aprendieron a plantar el chile, el aguacate y la calabaza por accidente, siendo éstas las primeras hierbas que fueron domesticadas por el hombre en nuestro territorio. Pero hay una gran diferencia entre aprender a domesticar unas cuantas plantas y ser un pueblo agrícola. Existió un periodo que se le llama “Horizonte Protoneolítico”, entre el 5.000 a.C. y el 2.500 a.C. en el que se aprendió a domesticar el maíz como lo conocemos actualmente y en el que surgieron los pueblos agricultores y como no podían alejarse de sus cultivos, se formaron aldeas permanentes.

Hacia el año 1.200 a.C. domesticaron un buen número de plantas y para el 500 a.C. transcurre el periodo preclásico que es caracterizado por el surgimiento de la especialización laboral y la estratificación social. Ésta fue la época en la que surgieron los primeros reinos en diferentes zonas a lo largo de Mesoamérica.

Entre el año 100 a.C. y el 200 d.C. se dio una época llamada “Protoclásico”, en la que Teotihuacán se convirtió en el centro político y religioso indiscutible de ésa región. Desde ahí hasta el año 650, Teotihuacán se convirtió en algo que realmente se le puede llamar una ciudad, con las pirámides del Sol y la Luna, el templo de Quetzalcóatl, el suelo pavimentado que ocupaba la mayor parte de la superficie, casas de mampostería, etc. Dentro de la sociedad de ésta ciudad, se empezaron a formal clanes de las familias, unas más ricas que otras, y empezaron a formarse las distintas clases sociales.

Entre los años 650 y 900, etapa conocida como Epiclásico, se dio la caída de ésta gran ciudad, y al mismo tiempo la cultura maya alcanzó su momento más próspero. En el recorrido hacia el año 700, fue desapareciendo todo rastro de los teotihuacanos. Primero dejaron de tener influencias sobre los demás pueblos, luego la ciudad dejó de ser el centro religioso tan grande que era, luego fue desapareciendo la mercancía teotihuacana de los mercados hasta que fue olvidada. Mientras tanto, muchas ciudades mayas iban prosperando poco a poco con la caída de Teotihuacán con sus técnicas de arquitectura, escultura y manufactura.

Con el tiempo, un gran número de ciudades que iban prosperando fueron abandonadas alrededor del año 900; incluso la gran ciudad de Teotihuacán quedó desierta en el periodo conocido como Posclásico. En ésta época, muchos pueblos que vivían en el Bajío, en los Altos de Jalisco y en la Sierra Madre Occidental migraron hacia los valles de Puebla, México y Toluca. A estos pueblos se les conoce como los chichimecas. Eran grandes guerreros, por lo que los mejores guerreros tenían el mayor estatus social en su cultura.

La ciudad más importante del Posclásico, fue Tula pues ahí se mezclaron los grandes guerreros chichimecas con algunos nahuas herederos de Teotihuacán. En la ciudad se usaba el juego de pelota, los sacrificios humanos y el “tzompantli”, que era un tipo de ábaco gigante con cabezas humanas ensartadas. Se hicieron rutas comerciales de intercambio que llegaban hasta Centroamérica del sur y al menos hasta Sinaloa por el norte.

En visperas de la conquista española, se había formado una Triple Alianza entre los reinos más fuertes y prósperos de ese tiempo: Tlacopan, Tetzcoco y México-Tenochtitlan con éste último a la cabeza. Para ese entonces, habían logrado expandirse hasta territorios de ambas costas. Las grandes ciudades totonacas recibían a menudo visitas de los recaudadores

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