La historia económica de México, desde su irrupción mundial como colonia española hasta la actualidad
Enviado por LMiguelAFG • 12 de Marzo de 2013 • Trabajo • 1.875 Palabras (8 Páginas) • 559 Visitas
La historia económica de México, desde su irrupción mundial como colonia española hasta la actualidad, ha estado caracterizada por su permanente contradicción entre el desarrollo económico y el atraso. El desenvolvimiento de un país conquistado que en calidad de colonia irrumpió en la economía internacional, evidentemente implicó la articulación violenta de los sistemas productivos antecedentes a otro sistema productivo dominante caracterizado por nuevas formas de producción y apropiación de los excedentes, sistema que era exógeno a la forma productiva interna y que la determinó.
Dentro de esta dinámica desarrollo-atraso las relaciones económicas de México con respecto al exterior, ocupan un lugar preponderante la dinámica histórica que vayan tomando estas relaciones y que delimitará los espacios de desarrollo económico autónomo o dependiente del país atrasado con respecto a los países desarrollados.
Por ejemplo, dentro de un análisis histórico superficial podría parecer que los tres siglos de colonialismo español se encontraron caracterizados sólo por el desarrollo de una economía “hacia fuera”, casi monoexportadora y por un proceso de continuidad casi simétrica de esta tendencia a lo largo del siglo XIX. Sin embargo, a la par que se desarrolla esta tendencia histórica que, si bien es dominante, también se desarrollan procesos de integración económica regionales y nacionales que tienden hacia el desarrollo productivo nacional.
el desarrollo de los polos económicos exportadores precisa de insumos materiales necesarios para llevar a cabo sus procesos productivos; esta situación motiva la tendencia hacia una articulación económica nacional a través de los polos productivos de exportación. A este fenómeno se viene a insertar un segundo fenómeno histórico: el flujo de las importaciones no es uniforme, además de que el encarecimiento de los productos importados impide que las importaciones sean consumidas por amplias capas de la población, hecho que estimula la producción interna de ciertos bienes necesarios para la reproducción de la sociedad; incluso se estimulan procesos sustitutivos de cierto tipo de importaciones puesto que el lento flujo o encarecimiento de algunos bienes de consumo o de producción afectan de manera tan determinante el desenvolvimiento de la producción económica nacional, que necesariamente se buscan las salidas para intentar producirlos nacionalmente con objeto de evitar trastornos dentro del proceso productivo.
A través de la anterior ejemplificación, queremos remarcar que el elemento más importante a ser considerado dentro del análisis del comercio exterior y sus efectos en el proceso de desarrollo económico mexicano son las consecuencias que en la integración económica nacional producen el desarrollo de cierto tipo de polos económicos de exportaciones en la conformación de los sectores productivos nacionales, así como los efectos que producen el flujo de cierto tipo de importaciones y los momentos históricos de disminución o parálisis de estos flujos. Históricamente, el desarrollo productivo interno no enfocado hacia la exportación se irá desenvolviendo dentro de los márgenes de procesos contradictorios en la expresión de una economía exportadora además altamente dependiente de cierto tipo de importaciones. En algunos momentos históricos los procesos de desarrollo de la economía mexicana tenderán a una disminución en la evolución económica integrada sólo a una economía hacia afuera, como consecuencia de las contradicciones exógenas que repercuten en el desenvolvimiento del comercio exterior y que modifican los procesos de articulación económica, o que sirven para llevar a cabo políticas económicas más próximas al desenvolvimiento económico autónomo. En otras ocasiones, esta economía nacional limitada por las relaciones económicas con el exterior y por la incidencia de elementos internos económicos, políticos y sociales, que impiden la integración económica regional y la conformación nacional del mercado interno, influirán negativamente en el desarrollo económico de corte autónomo.
El atraso en las formas productivas agrícolas en muchas regiones del país -especialmente en la zona sur- impidió un desarrollo agrícola capitalista en el campo, sujetando la mano de obra a diversas formas productivas no capitalistas.[ 3 ] Este fenómeno histórico no sólo impidió la afluencia de mano de obra para la producción artesanal manufacturera-artesanal, o fabril, sino que además impidió la articulación del mercado interno, puesto que en amplias capas de la población no existía capacidad de concurrencia y demanda, desestimulándose con ello la producción industrial y consecuentemente el desarrollo del sistema capitalista como eje de la articulación de la economía nacional.
Antecedentes históricos inmediatos al periodo analizado
Hasta el último cuarto del siglo XIX, México se había caracterizado, dentro del contorno mundial, por ser un país básicamente monoexportador de plata e importador de manufacturas, fundamentalmente textiles.[ 5 ] A partir del Porfiriato, la época de un imperialismo económico agresivo, de los países más desarrollados, exportador de bienes de capital e inversionista en las industrias nacientes de los países atrasados, comenzaba a perfilarse; la carrera competitiva por monopolizar financiamientos, producciones económicas, servicios, mercados, etcétera, se iniciaba como una fuerte tendencia mundial que se evidenciaba en la articulación económica porfirista.
A la agresiva expansión de la economía mundial manejada por los países más desarrollados, se tenía que ligar un país básicamente agrícola, poco integrado en su economía interna y con un escaso desarrollo industrial. México tenía que insertarse a una determinada división internacional de las actividades productivas dentro de la cual, el país sería considerado como un exportador de productos primarios y un seguro comprador de productos industrializados. Dentro de este contorno, el país se verá obligado a desarrollarse en los límites de una economía internacional caracterizada por un inevitable intervencionismo económico de los países desarrollados sobre los que no lo eran; intervencionismo que estrechó las posibilidades de desarrollo económico capitalista autónomo para el país débil. El proceso de industrialización debió desarrollarse dentro de estos márgenes impuestos por la profunda internacionalización del capital financiero.
Si bien durante todo el siglo XIX el comercio
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