La independencia del Estado Nacional Americano se basó en el desarrollo económico, social y político de Europa

La independencia del Estado Nacional Americano se basó en el desarrollo económico, social y político de Europa.

El éxito de la autoafirmación de los colonos en el seno del imperio comercial británico hizo que los europeos desarrollasen en América, como consecuencia de las inversiones europeas, una sociedad que pronto creó un Estado-Nacional duradero. La base de su creciente prosperidad fue la necesidad continua de los productos americanos en toda Europa. Las rivalidades entre las grandes potencias europeas hicieron posible la afirmación militar y diplomática de la independencia.

La resistencia contra la Ley de Timbre y los impuestos sobre el azúcar, demostró que gran parte de los comerciantes, políticos y de la población no estaban dispuestos a seguir siendo sometidos a los intereses económicos de la metrópoli. La revolución americana fue una revolución burguesa por excelencia, una lucha por la independencia que no condujo a un derrumbamiento del orden social y una transformación social.

Las colonias y territorios británicos en el territorio americano se desarrollaron con rapidez, en el siglo XVIII, la población, la exportación crecieron.

Las trece colonias estaban divididas regionalmente, subdivididas entre las cuatro colonias de Nueva Inglaterra, cuatro colonias centrales y cinco colonias del sur.

En Nueva Inglaterra la población vivía en el campo y del campo. La finca era explotada para cubrir las necesidades de sus propietarios. El cultivo del suelo, fomentaba un método basado en la mano de obra intensiva y una explotación primitiva, disponible gracias a la mano de obra esclava.

En las colonias centrales y en Nueva Inglaterra la cosecha mal codiciada era la del trigo, el maíz, el centeno, y la avena. Las haciendas compuestas de bosques, servían de para el pastoreo de vacas, caballos y cerdos.

Las colonias del sur se caracterizaban por las haciendas familiares y las grandes plantaciones dirigidas al mercado europeo.

La definición de “revolución” americana no fue consecuencia de la opresión política por parte de Europa, ni fue la ruina económica, provocado por las leyes relativas al comercio, lo que impulsó a los americanos a la “libertad” y la “república”, fueron dos tipos de desarrollo que se excluían: la creciente autonomía económica y política de la sociedad colonial y la política imperialista que se implementó a partir de 1763. La nueva política colonial se orientaba menos hacia el viejo principio mercantilista.

La ley de timbre imponía un puro impuesto sobre el consumo sin ninguna participación de la asamblea de colonos. Declararon la ley anticonstitucional y exigieron para sí el derecho de todo ciudadano inglés a ser sometido a contribución mediante una ley en cuya promulgación había participado a través de representantes electos.

Después de una serie de fuertes propuestas y violentas manifestaciones el parlamento anuló en 1776 la ley del timbre.

Entre septiembre y octubre de 1774 en Filadelfia se reunió el Primer Congreso Continental, se encontraban representadas todas las colonias, excepto las provincias de Canadá que no participaron. La asamblea dirigió declaraciones al rey, al parlamento, y al pueblo de Gran Bretaña.

El Congreso llamó a los colonos a aplicar estrictamente el boicot a todas las mercancías inglesas justificando la resistencia en contra de las leyes anticonstitucionales: el parlamento estaba autorizado a regular el comercio en el imperio, pero no podía imponerle tributo directamente a los colonos.

La mayoría parlamentaria y la administración se convirtieron en una cuestión de principios, el conflicto sobre los derechos que debían tener los colonos a gobernarse a sí mismos en el imperio, los miembros de los consejos de gobernación, los jueces supremos y otros titulares de cargos bien remunerados de la corona, formaban una aristocracia nativa de funcionarios.

En 1775 se llevó a cabo, en Filadelfia el segundo Congreso Continental de los delegados de doce colonias, en el se proclamó la existencia de un ejército continental. Se eligió a George Washington como comandante en jefe, y en 1775 Jorge III declaró a las colonias en estado de rebelión. En 1776, Thomas Paine exhortaba a los colonos a que luchasen abiertamente por la independencia y se manifestasen a favor de un gobierno republicano. Mientras la facción de los whigs moderados confiaba a que se llegaría a un acuerdo, oponiéndose en el Congreso Continental y en algunas asambleas, a la proclamación de la independencia.

En mayo de 1776, los defensores de la propuesta más radical obtuvieron la mayoría en el congreso, el dos de julio de 1776, el congreso continental estableció por unanimidad: “estas colonias unidas son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes”. Dos días más tarde se llevo a cabo la declaración de la independencia.

A la ruptura del tratado de soberanía, el Congreso añadió una lista de cosas en que el monarca no había cumplido con sus deberes; el mismo rey se había destituido de su cargo. Thomas Jefferson, autor del borrador, antepuso a la lista los preámbulos, en los que se utilizaban categorías de derecho constitucional y se recurrió a la libre posibilidad de desarrollo del individuo para justificar el fin, la forma y la legitimación del poder político.

La necesidad de justificar la independencia de un nuevo Estado ante la frente potencia de Europa fue lo que condujo a esa proclamación de nuevos principios del poder legítimo

Sólo una guerra que se proclamó por seis años en los bosques americanos y en el Atlántico a lo que se le agregó la oposición de comerciantes y políticos en Inglaterra llevaron al gobierno británico a reconocer la independencia del nuevo Estado.

En 1778 se firmó un tratado de amistad y de relaciones comerciales. En éste el gobierno francés acordó con los representantes del Congreso Continental la protección mutua de sus buques mercantes y el sistema preferencial. A su vez se prometía asegurar la soberanía y la independencia de los Estados Unidos. Pero sin embargo se produjeron ataques a embarcaciones francesas en el Océano Atlántico y la guerra civil se transformó en una guerra naval internacional.

El nuevo orden político se expresó en las nuevas constituciones de los diversos estados y en los artículos de la confederación. Principalmente se basaban en los conceptos de la democracia representativa.

Se conformaron convenciones para la preparación de la Constitución y así como también se presento un proyecto de Constitución para que fuese aprobado en las asambleas de ciudadanos de los diversos municipios. Éstas trataron de asegurar la libertad de desarrollo para los ciudadanos del nuevo Estado.

En las constituciones el derecho

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