La influencia de la Revolución Francesa en la cultura y la moda

A raíz de la llegada de la revolución francesa, la burguesía se hizo con el poder provocando la disolución del proyecto de progreso y humanismo que aspiraba a que el hombre fuera pleno en todas sus potencialidades, lo que dio como resultado que en vez de centrarse en la elevación espiritual del hombre, la sociedad se centraba básicamente en el poder del dinero y el consumo exacerbado de mercancías.

A este tipo de sociedad se le conoce como una sociedad de consumo al estilo MADAME BOVARY en el entendido de que en la acumulación de cosas se llega a la felicidad, pero esto sólo muestra que se han perdido los valores auténticos al buscar la satisfacción en las cosas y no en la articulación de sentirse bien con uno mismo.

Lo que da como resultado que comience un proceso de degradación de la cultura, y una crítica al animal racional degradado por poner un mayor enfásis en el progreso material, descuidando el progreso interior del hombre que se olvida de si mismo bajo la máscara de un proyecto de modernidad que busca alcanzar una identidad nacional frente al resto del mundo.

Lipovetzki, ubicado en la lógica del capitalismo tardío, nos hace la siguiente pregunta: ¿Cómo es que en las sociedades nuestra existencia vive seducida por las cosas materiales?

La respuesta es que la sociedad de consumo, vista como un desarrollo de nuestra existencia, dentro de la seducción de las cosas como una suerte de enajenación que provoca una pérdida de lo esencial que hay en el ser humano, como su capacidad de ser y de pensar críticamente, provoca que ya no se vean a sujetos como miembros de una sociedad sino como meros consumidores dentro de una sociedad basada en las apariencias y en el eterno lema "Soy lo que tengo".

Dentro de la sociedad de consumo comienza el fin de la permanencia, de lo eterno para darle la bienvenida al reino de lo novedoso, efimero, es decir, de la moda.

Con esto, comienza una nueva lógica cultural basada en el juego de las apariencias, donde ya no hay profundidad, por lo que se vive en la superficialidad que causa la seducción de las cosas sobre el hombre que de ser sujeto se convierte en un mero consumidor del mercado.

Al referirnos a la moda, debemos decir que ésta se origina en un sistema de producción y circulación determinados, es decir que forman parte de una economía de mercado.

Es una manifestación colectiva y al mismo tiempo individual, además de que constituyen parte de una cultura estética respecto a la apariencia.

También es un vehículo por medio del cual se reflejan las ideas morales de épocas y grupos sociales. Un brazo desnudo, un vestido que muestra parte de la pierna o una cadera amplía despiertan la admiración o la censura.

La coquetería, la seducción y el exhibicionismo revelan la imagen que las personas

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