La mujer en la segunda república

Contexto histórico

        La mujer en la segunda república

Durante la Segunda República la mujer consiguió llegar a los más lejos que había llegado hasta ahora, donde se le reconocieron muchos de los derechos que hasta ahora les habían sido vetados, aunque eso sea muy positivo para la sociedad, es necesario saber los motivos por los cuales el estado reconoció y aprobó esos derechos.

Para eso nos reflejamos desde el año 1897 hacia adelante, donde las estadísticas indicaban que más de la mitad de la población española eran mujeres, donde la mayoría eran solteras, después estaban las casadas y por último las viudas. Ese dato fue uno de los condicionantes de las mujeres en aquellos tiempos, ya que ser soltera suponía problemas considerando que la sociedad las limitaba a hacer de madre y de esposa, por tanto, les era complicado hacer una vida sin tener un hombre y una familia a su lado.

Con las elecciones del 12 de abril de 1931 tras dos días se proclama el nuevo régimen republicano a sorpresa de muchos, ya que cuando acabó el recuento de votos el bando monárquico fue el vencedor, pero ya era tarde debido a la pronta instauración de la república y el gobierno no tenía suficientes fuerzas como para enfrentarse a esa situación, con lo que supuso la marcha del rey Alfonso XII de España. Por tanto, el 14 de abril la república es proclamada con lo que a largo plazo tendrá grandes consecuencias para la historia de la mujer en España. Con la constitución de 1876 se restauró la alianza de la corona y se restableció el catolicismo como la religión de Estado para mantener a las mujeres en dependencia de la Iglesia y de la ley.

A partir del 1931 las mujeres consiguieron el derecho al sufragio, este régimen fue el primero el cual fue favorable respecto a la igualdad de sexos.

Diversas mujeres en conferencias y mítines explicaban que el voto era una urgencia, pero que tendrían que esperar hasta el 1 de octubre y a la aprobación del artículo 34 de la Constitución. Si las mujeres votaran constituirían más de la mitad del cuerpo electoral.

El siguiente paso a hacer no estaba claro, así que la mayoría de los gobernantes republicanos se viesen sometidos a un dilema continuo entre el respeto a los ideales liberales y los derechos de las minorías.

La cuestión del voto femenino es un claro ejemplo de los momentos turbios que estaban ocurriendo en los que se tenia que optar por uno de los dos principios sin contradecir la naturaleza democrática del régimen para que evitase el peligro de la supervivencia del Estado, donde sería decisivo el enfrentamiento de las dos mujeres diputadas: la abogada radical-socialista Victoria Kent y la abogada radical Clara Campoamor.

La implantación del sufragio dos meses después de la proclamación de la República no fue tarea fácil debido a que la mayoría de partidos de izquierdas no se mostraba muy ilusionada con la aprobación de esta medida por temor a la pérdida de votos, cabe mencionar a la diputada Clara Campoamor por la insistencia de lograr el propósito de muchas mujeres.

También hubo mujeres de renombre como Victoria Kent que tampoco le parecía bien conceder el voto a las mujeres ya que consideraba que no estaban lo suficientemente preparadas como para asumir un rol de tanta responsabilidad en una nación atrasada que apenas había experimentado mejoras en el primer tercio de siglo XX.

El régimen republicano comenzó siendo liberal en muchas facetas y trajo un halo de esperanza para un colectivo femenino que se sentía discriminado en muchos aspectos, aunque no supo estar a la altura de los acontecimientos abordando temas como el sufragio femenino desde una orientación al bien común y al reencuentro de todos los españoles sino desde una perspectiva donde lo pasional se impuso a la razón y a la lógica, lo cual reportó consecuencias para la nación, degenerando en larga guerra de más de tres años que rompió los deseos e ilusiones creados en el régimen republicano.

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