La prostitución en Colombia.
Enviado por Paozulu • 15 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.429 Palabras (10 Páginas) • 503 Visitas
El proceso de búsqueda de información sobre las formas de control sobre la práctica de la prostitución femenina en Cali 1950-1960 arrojo dos tipos de resultados, el primero consta de la información encontrada para la ciudad de Cali en las épocas anteriores a 1950 y el segundo, está constituido por el contexto colombiano en general para la misma temporalidad.
Para La ciudad de Cali se sostiene que el paso del discurso oficial a la práctica del control del oficio de la prostitución a principios del siglo XX fue acogido por las mujeres públicas y por los establecimientos en donde se daban sus servicios gracias al control ejercido por el discurso oficial. El dispensario Antivenéreo tenía las herramientas materiales del discurso oficial lo que permitía un correcto funcionamiento del mismo y facilitaba a los agentes de policía el control sobre el examen y el registro semanal.
Las mujeres públicas debían portar una patente firmada por el médico del dispensario para demostrar que estaban asistiendo a los exámenes y que no padecían de alguna enfermedad venérea, los agentes de policía fueron los encargados de multar y arrestar a las mujeres y a los establecimientos que no cumplieran con las normas del Concejo Municipal de Cali. El discurso oficial suponía que con estas medidas de control las mujeres públicas retornarían a la conducta moralmente aceptada. Las medidas tomadas por la municipalidad, el control médico y policial mostraron concurrencia ya que se presentaron de 1924 a 1930 10.234 casos en donde las mujeres públicas acudían al examen semanal.
De igual forma , el control al oficio de la prostitución a partir de las políticas que buscaban contrarrestar el peligro del contagio antivenéreo implementadas por la administración municipal de Cali, se dio porque esta práctica atentaba contra el orden establecido al perjudicar la salud de los hombres por lo que el estado debía proteger la salud y tomar medidas tanto políticas, como médicas para salvaguardar el bienestar de la sociedad.
La propagación de la prostitución por varios municipios como Cali, Buga, Palmira, Buenaventura y Cartago puso por primera vez en evidencia la necesidad de un control oficial, por lo que instalan dispensarios gratuitos para el tratamiento de las enfermedades venéreas y las sifilíticas. Las enfermedades se combatían desde los medios morales, médicos y administrativos, los primeros se encargaban del orden social y de la intelectualización moral de las costumbres y hábitos sociales; los segundos giraban en torno a la atención de las personas contagiadas del mal venéreo, los tratamientos y las medicinas en torno al problema sanitario; los últimos se encargaban de la reglamentación.
La mejor forma de control fue la profilaxis practicada por el dispensario antivenéreo desde el libro de matrículas y el libro de inscripción o registro, en el primero se consignaba la dirección, el domicilio y el estado de salud; en el segundo la anotaban aquellas mujeres enfermas.
Para la temporalidad de 1945-1950 Joan Manuel Largo analiza cómo las elites de Cali enfrentaron el problema de la higiene a mediados del siglo XX, en un contexto de renovación de la política pública, la cual estaba signada por la redefinición del lugar del "pueblo"; por los procesos de industrialización, urbanización y crecimiento demográfico y por la consolidación de una medicalización de la sociedad. Para ello se parte del supuesto de que las prácticas e instituciones alrededor de la higiene en Cali se apoyaron esencialmente en el imaginario de la defensa del pueblo.
La industrialización y el proceso de urbanización impulsaron un deterioro de las condiciones de vida de los caleños en 1940, y paralelo a esto se desarrollaba el ideal del progreso y modernidad, lo que ocasiono la construcción de un proyecto higienista que conllevaba a cambiar hábitos y costumbres por nuevas actitudes de acuerdo a la vida moderna.
El proyecto estaba a cargo de la “comisión permanente de higiene, policía y beneficencia” delegada por el Concejo Municipal de Cali y consistía en el mejoramiento de la raza y el pueblo por medio de la higiene, en donde el prototipo de pueblo ideal no contenía enfermos, mendigos ni analfabetos. Pero en la práctica el proyecto higienista no tomo las medidas suficientes pare el control de la higiene en el pueblo caleño pues seguían presentando enfermedades venéreas, epidemias de enfermedades, condiciones insalubres de vida, plagas de zancudos y moscas.
Para la temporalidad de 1915-1934 en Cali Laura Avila analiza el control al oficio de la prostitución a partir de las políticas que buscaban contrarrestar el peligro del contagio antivenéreo implementadas por la administración municipal de Cali, en donde la prostitución atentaba contra el orden establecido al perjudicar la salud de los hombres por lo que el estado debía proteger la salud y tomar medidas tanto políticas, como médicas para salvaguardar el bienestar de la sociedad.
La propagación de la prostitución por varios municipios como Cali, Buga, Palmira, Buenaventura y Cartago puso por primera vez en evidencia la necesidad de un control oficial, por lo que instalan dispensarios gratuitos para el tratamiento de las enfermedades venéreas y las sifilíticas. El paso del discurso oficial a la práctica del control del oficio de la prostitución en Cali a principios del siglo XX fue acogido por las mujeres públicas y por los establecimientos en donde se daban sus servicios gracias al control ejercido por el discurso oficial que permitía un correcto funcionamiento del mismo y facilitaba a los agentes de policía el control sobre el examen y el registro semanal.
Las mujeres públicas debían portar una patente firmada por el médico del dispensario para demostrar que estaban asistiendo a los exámenes y que no padecían de alguna enfermedad venérea, los agentes de policía fueron los encargados de multar y arrestar a las mujeres y a los establecimientos que no cumplieran con las normas del Concejo Municipal de Cali. Las enfermedades se combatían desde los medios morales, médicos y administrativos, los primeros se encargaban del orden social y de la intelectualización moral de las costumbres y hábitos sociales; los segundos giraban en torno a la atención de las personas contagiadas del mal venéreo, los tratamientos y las medicinas en torno al problema sanitario; los últimos se encargaban de la reglamentación.
La mejor forma de control fue la profilaxis practicada por el dispensario antivenéreo desde el libro de matrículas y el libro de inscripción o registro, en el primero se consignaba la dirección, el domicilio y el estado de salud; en el segundo se anotaban aquellas mujeres enfermas. El discurso oficial suponía que con estas medidas de control las mujeres
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