La vida de Tina Modotti en Berlín
Enviado por inoveita • 3 de Junio de 2014 • 6.465 Palabras (26 Páginas) • 304 Visitas
Entre 1931 y 1936 cuando hacía tiempo que Tina había abandonado Berlín. El 3 de junio de 1930, la embajada recibió por primera vez la orden de buscarla en Berlín. Lo cual no tuvo éxito, solo a mediados de 1931, la embajada averiguo datos concretos acerca de su dirección en Berlín, suponiendo, erróneamente, que todavía seguía vigente. Mientras tanto, la policía de Trieste la había arrancado a Valentina Modotti algunos datos acerca del físico de su hermana, y así, el nuevo espía de la embajada, busco a “una mujer esbelta, de unos 1,60 metros de altura, con ojos color castaño y pelo ondulado, color castaño”. Este espía implacable su primer “éxito” lo tuvo en marzo de 1932:
De las investigaciones realizadas resulta que la comunista Saltarini Modotti Assunta no vive en la TauentzienstraBe 5. Dicha mujer vivió allá, en la pensión Schulz, que fue clausurada en octubre del año pasado. La portera de dicha casa me informo de que desde hace dos meses no llega más correspondencia para los clientes de la pensión Schulz y que ella no recuerda a la Saltarini.
La Sra. Schulz, propietaria de la pensión del mismo nombre y residente, en la actualidad, en Zehlendorf, Hegewinkelstr. 26, me demostró, por medio del registro de clientes extranjeros, que la Modotti abandono la pensión a fines de octubre de 1930, sin dejar una nueva dirección. Desde aquel entonces, no se supo nada más de la Modotti, y tampoco ha llegado a correspondencia para ella.
Tampoco pude obtener mayores informaciones en el estudio fotográfico Jakobi, donde la Modotti trabajo durante algunos meses en el verano de 1930. En todo caso, dicha mujer no figura en el fichero de la policía local.
Confidencialmente se me informo que dicha comunista se encuentra actualmente en Ámsterdam, donde podría tener relaciones con cierto William Nathan Kweit, agente comunista del servicio de información para Inglaterra y los Estados Unidos. Tendría también relaciones con el servicio comunista de informaciones de Berlín.
Tina tuvo suerte ya que cuando estas investigaciones iniciaron, ella ya había partido de Berlín, ya que este espía no solo fue activo, sino también muy ingenioso. En mayo de 1932 entrego un nuevo informe:
Basado en la declaración de la hermana de la Saltarini en la Prefectura de Trieste y según la cual dicha mujer todavía se hace enviar la correspondencia a la dirección de la Tauentzienstr. 5, pensé si esto no podía ser cierto y si, debido a la ausencia de la persona, la correspondencia no podía ser enviada, por la oficina de correos, a una dirección depositada. Logre ver, en las oficinas de los correos correspondientes, la lista con las direcciones de aquellas personas que abandonaron Berlín, dejando su nueva dirección. Pero en esta lista no hay huellas del nombre Saltarini. El cartero del barrio me aseguro una vez más que no recuerda a la Saltarini, y que desde hace dos años, es decir, desde que la mujer salió de la pensión, no ha llegado correspondencia de ella.
En este nivel de las investigaciones y debido a las declaraciones, solo queda por examinar una posibilidad, y es la de averiguar si la hermana de la Saltarini realmente no conoce la dirección de esta o si la conoce y no está dispuesta a dársela a las autoridades.
Así las investigaciones continuaron y en otoño de 1936, la GESTAPO (Policía Secreta del Estado) intervino en las investigaciones en Berlín y mando, el 8 de octubre, la siguiente información a las autoridades italianas:
En la oficina del “Socorro Rojo” trabajo en el pasado un empleado de nombre Dittbender, nació en Sttetin el 21.11.91, estuvo registrado hasta el 18.5.34 en Berlín-Schoneberg, Alberstr. 8. Según los documentos en nuestro poder, se encuentra ahora en Moscú. Fue miembro del “Socorro Rojo” así como Jefe Provisional del PCA para Berlín-Brandenburg; fue además diputado provisional del PCA para la novena región administrativa de Wilmersdorf y trabajo, con el seudónimo de “Walter” en el Comité Central del Socorro Rojo Alemán.
De este mismo Dittbender debe tratarse en el caso de Walter Dittbender, mencionado en su información, quien habría tenido correspondencia con la comunista italiana Saltarini Modotti Assunta, nacida en Udine el 17.8.97. Pero de nuestras averiguaciones resulta que -como se dijo anteriormente- Dittbender no se encuentra en Berlín, sino que vive, probablemente, en Moscú, y que en los últimos años no ha llegado ninguna correspondencia para la dirección de Walter Dittbender, Berlín. Dorotheenstr. 17 o 77. La comunista italiana Saltarina Modotti Assunta, cuya actividad se habría investigado antaño en Berlín, no es conocida aquí. Anotaciones de cualquier índole acerca de ella no existen. Sería recomendable examinar la fuente confidencial de allá para constar si los antecedentes bastan para continuar las investigaciones en Berlín con alguna posibilidad de éxito.
Se nos hace impresionante que seis años después de que tina abandono Berlín, la OVBRA renuncio a mayores investigaciones en esta ciudad, ahora centrando su investigación en parís aunque con un gran atraso, esto es interesante ya que Tina y Vidali fueron muy astutos, al no dejase encontrar y que a pesar de la investigaciones eran profundas eran muy tardadas.
Doce años más tarde, cuando Tina había muerto, el periodista checo de habla alemana, Egon Erwin Kisch, redacto, en su exilio el siguiente pequeño folleto publicado en memoria de Tina:
Hace quince años desde que la famosa fotógrafa Lotte Jakobi realizo, en su estudio en Berlín, una exposición de fotografías que no fueron las suyas y que, como bien sabia, superaba a su propia obra. La creadora de las nuevas fotografías se llamaba Tina Modotti, y ninguno de los que vieron estas fotos olvido jamás su nombre, aunque la autora abandono la escena berlinesa para desaparecer en lejanías exóticas. Aunque ha sido el cielo de México el que le brindo su luz a las fotografías de Tina Modotti, no se le puede achacar a esta luz el que de sus cámaras salieran cuadros perfectos, el sector de sus obras reside en que estas, con la mirada de la bondad, hagan más visibles el mundo. Esta mirada quiso que no se viera el rostro de la ansia, sino el hecho de que el cesto que ella cargaba estuviera cubierto de sangre y de sudor. Esta mirada quiso que detrás de desamparo o del harapiento o del desesperado, se viera la propaganda comercial de un salón de moda para señores, o que, en la mesa donde un hambriento pide trabajo, este colocado, visiblemente, el código del trabajo. Esta mirada que quiso que los ojos de un niño pobre fuesen más bellos que los ojos de una reina de baile, hechos a brillar con medios artificiales; que los pasajes del trabajo, los productos del trabajo y los medios de producción, las plantaciones de azúcar, la hoz mexicana,
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