Las venas abiertas de America Latina
Enviado por m_camila_g • 2 de Abril de 2015 • 280 Palabras (2 Páginas) • 617 Visitas
Nació el mito de Eldorado, el monarca bañado en oro que los
indígenas inventaron para alejar a los intrusos: desde Gonzalo Piza-
rro hasta Walter Raleigh, muchos lo persiguieron en vano por las
selvas y las aguas del Amazonas y el Orinoco. El espejismo del «cerro
que manaba plata» se hizo realidad en 1545, con el descubrimiento
de Potosí, pero antes habían muerto, vencidos por el hambre y por la
enfermedad o atravesados a flechazos por los indígenas, muchos de
los expedicionarios que intentaron, infructuosamente, dar alcance al
manantial de la plata remontando el río Paraná.
Había, sí, oro y plata en grandes cantidades, acumulados en la
meseta de México y en el altiplano andino. Hernán Cortés reveló para
España, en 1519, la fabulosa magnitud del tesoro azteca de
Moctezuma, y quince años después llegó a Sevilla el gigantesco res-
cate, un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Pizarro
hizo pagar al inca Atahualpa antes de estrangularlo. Años antes, con
el oro arrancado de las Antillas había pagado la Corona los servicios
de los marinos que habían acompañado a Colón en su primer viaje
6
.
Finalmente, la población de las islas del Caribe dejó de pagar tributos,
porque desapareció: los indígenas fueron completamente extermi-
nados en los lavaderos de oro, en la terrible tarea de revolver las
arenas auríferas con el cuerpo a medias sumergido en el agua, o
roturando los campos hasta más allá de la extenuación, con la espalda
doblada sobre los pesados instrumentos de labranza traídos desde
España. Muchos indígenas de la Dominicana se anticipaban al desti-
no impuesto por sus nuevos opresores blancos: mataban a sus hijos y
se suicidaban en masa. El cronista oficial Fernández de Oviedo inter-
pretaba así, a mediados del siglo
XVI
, el holocausto de los antillanos:
«Muchos dellos, por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por
...