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Lazarillo De Tormes


Enviado por   •  15 de Febrero de 2014  •  1.618 Palabras (7 Páginas)  •  292 Visitas

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TRATADOPRIMERO

El primer tratado comienza con Lázaro de Tormes contando la historia de su infancia. Su sobrenombre proviene del lugar donde nació, que fue el río Tormes. A los ocho años, su padre, Tomé González, fue acusado de robo y obligado a servir a un caballero en contra de los moros. Durante esta expedición perdió su vida. Él vivía en Salamanca.

Lázaro y su madre, Antona Pérez, se fueron a vivir a la ciudad donde ella le cocinaba a los estudiantes y les lavaba la ropa a los mozos de caballos del comendador de la Magdalena. Ella comenzó a tener relaciones con un mozo llamado Zaide, y Lázaro aceptó la relación entre ellos porque notó que él traía mejor comida a la casa. Luego, nació el hermano por parte de madre de Lázaro, pero la felicidad les duró muy poco, porque Zaide robó y fue capturado y azotado.

En un mesón, su madre conoce a un mendigo ciego, al que le pareció que Lázaro le servía como guía. Su madre le dio permiso y Lázaro partió junto al ciego, comenzando así su primera aventura, en la que, al igual que las demás, tiene que buscar la comida para poder saciar el hambre y sobrevivir.

Resultó que el ciego era muy avaro y tenía a Lázaro casi sin comer, por lo que recurre a toda suerte de trampas para comer y beber algo más de lo que éste le permitía. Por ejemplo, como a Lázaro le encantaba el vino, hizo debajo de la jarra del ciego un agujero que tapó con cera, con la excusa del frío se metía entre sus piernas y cuando esta se derretía con el calor de la lumbre se bebía el pequeño chorro que caía. Pero cuando el ciego se dio cuenta lo castigó brutalmente.

Se narran otras dos anécdotas, una con un racimo de uvas y otra con una longaniza. La relación de ambos, terminó una noche en la que llovía mucho, Lázaro engañó al ciego diciéndole que para cruzar un río tenía que saltar con todas sus fuerzas, éste le obedeció y se dio de frente contra un pilar. Antes de que se recuperara, Lázaro ya se había ido.

Con el ciego, Lázaro aprende a ser desconfiado. Este aprendizaje se inicia con el golpe en la cabeza que su amo le da contra el toro de piedra. El ciego parece ser el mismo diablo por su astucia y descubre los ardides del niño, quien debe pagar muy caro por ello. Lecciones y golpes. Así se debe resumir el tiempo que Lazaro vive con su primer amo. Y el chico aprende la lección: así lo demuestra en el golpe final que le da al ciego, el que cierra el Tratado Primero. La venganza se ha consumado.

TRATADO SEGUNDO

Tras dejar al ciego Lázaro comienza a mendigar y dio con un clérigo que necesitaba un ayudante para dar la misa, así que se quedó con él. Pero éste era muy avaro y lo trataba muy mal, sólo comía bien cuando iban a algún entierro. Llegó el momento en el que Lázaro se cansó, y decidió robarle al clérigo el pan de la misa para poder comer. Para poder conseguir el pan, el sacó una copia de la llave del baúl dónde estaba el pan, y lo saco una noche, y se lo comió. Lázaro se lo comía y ponía la excusa de que los ratones entraban por los agujeros. Al poco tiempo el clérigo puso trampas, pero como el pan seguía desapareciendo empezó a sospechar de una culebra que anteriormente había estado rondando por allí.

Lázaro, temiendo que le descubriese, se metía la llave en la boca, pero una noche se le atravesó y empezó a silbar como una culebra. Su amo, asustado pegó un garrotazo donde estaba el silbido, fue a buscar una luz y descubrió que le había dado a Lázaro en la cabeza y que este tenía la llave en la boca. Así que cuando se recuperó el clérigo lo despidió de su trabajo y lo hecho de allí.

TRATADO TERCERO

Lázaro llegó a Toledo, donde, por quince días, vivió de limosnas. Un día, se encontró con un escudero y al ver su vestidura, Lázaro accede sin objeción, pero, tras llegar a una casa oscura, lóbrega y triste, que es donde se aloja, se da cuenta de que en realidad se halla en la total miseria y que pretende disimular su situación.

Para poder comer, Lázaro tuvo que mendigar, y darle parte de lo que recibía al escudero. Un día el gobierno de esa área prohibió el mendigar por las calles, y Lázaro, por suerte,

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