Ley Contra La Delincuencia Organizada

El libro llamado “La Columna de Hierro”, escrito por Taylor Caldwell, y en el cual el principal protagonista es Marco Tulio Cicerón, dicho libro se divide en cuatro etapas a lo largo de todo su contenido: la primer sección es “Infancia y juventud”; la cual se centra principalmente en su vida en la isla de Arpinum, y en sus años de estudiante en Roma. La segunda etapa es “El abogado” en la cual se relatan sus casos más importantes; en la tercer parte “El político” podemos leer los puestos políticos más importantes que ocupó Marco Tulio Cicerón en Roma y en otras provincias cercanas a ella; en la cuarta y última parte de este libro conocida como “El héroe” se relatan los sucesos más importantes que dieron lugar a que Marco Tulio Cicerón salvara lo que él consideraba más importante, que eran las leyes y su Patria.

Por medio de la lectura de este texto nos podemos dar cuenta de la nobleza de este personaje tan importante, llamado por muchos como el “mejor abogado de todos los tiempos” caracterizado por ser un hombre justo, incorruptible, amante de las leyes y de su Patria. Nunca se rindió ante las circunstancias negativas y enemigos que se le presentaban, pues el luchaba valerosamente por sus causas, aún si éstas pudieran causarle la muerte, Marco jamás se dio por vencido.

Así como gran amigo, padre, esposo, abogado y político, Marco Tulio Cicerón es un hombre digno de admirarse, y tal como lo predijeron las personas cercanas a él “su nombre jamás sería borrado de la historia, siempre sería recordado, aunque en su época no hayan logrado apreciarle ni reconocerle, sin duda en el futuro la gente lo recordaría con respeto y honraría su memoria”.

"El poder y la ley no son sinónimos. La verdad es que con frecuencia se encuentran en irreductible oposición. Existe la Ley de Dios, de la cual proceden todas las leyes equitativas de los hombres y a la cual deben éstos ajustarse si no quieren morir en la opresión, el caos y la desesperación. Divorciado de la Ley eterna e inmutable de Dios, establecida mucho antes de la fundición de los soles, el poder del hombre es perverso, no importa con qué nobles palabras sea empleado o los motivos aducidos cuando se imponga.

Los hombres de buena voluntad, atentos por tanto a la Ley dictada por Dios, se opondrán a los gobiernos regidos por los hombres y si desean sobrevivir como nación, destruirán al gobierno que intente administrar justicia según el capricho o el poder de jueces venales".

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