Leyes Generales De La Economía
Enviado por Rasoland • 5 de Octubre de 2014 • 1.403 Palabras (6 Páginas) • 311 Visitas
Distinción entre relaciones sociales y técnicas y reificación.
Combinadas con las fuerzas productivas, las relaciones de producción constituyen un modo de producción históricamente específico. Karl Marx contrasta las relaciones sociales de producción con las técnicas; en el primer caso son las personas (sujetos) las que están relacionadas, mientras que en el segundo, la relación es entre sujetos y objetos en el mundo físico que ambos habitan (dichos objetos son, lo que Marx llama medios de producción o de trabajo.
Sin embargo, Marx agrega que con el crecimiento de la economía de mercado, esta distinción se vuelve oscura y se distorsiona. En el capitalismo se definen, simbolizan y manipulan las relaciones entre objetos, producidos por sujetos (personas), abstrayéndose de las relaciones sociales y técnicas subyacentes. Marx dice que esto conduce a la reificación (alienación en el modo de producción capitalista) de las relaciones económicas, y ve en el fetichismo de la mercancía un ejemplo primario.
Referencias en «Relaciones de producción.
Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.
A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.
En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.
Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución.
La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos.
Fetichismo de la mercancía
El fetichismo de la mercancía es un concepto creado por Karl Marx en su obra El Capital que designa el fenómeno social/psicológico donde, en una sociedad productora de mercancías, éstas aparentan tener una voluntad independiente de sus productores, es decir, fantasmagórica.1
El resultado del fetichismo es la apariencia de una relación directa entre las cosas y no entre las personas, lo cual significa que las cosas (en este caso, las mercancías) asumirían el papel subjetivo que corresponde a las personas (en este caso, los productores de mercancías).
En una sociedad productora de mercancías y servicios, el intercambio de las mismas es la única manera en que los diferentes productores aislados se relacionan entre sí. De esta manera, el valor de las mercancías es determinado de manera independiente de los productores individuales, y cada productor debe producir su mercancía en términos de la satisfacción de necesidades ajenas. De esto resulta que la mercancía misma (o el mercado) parece determinar la voluntad del productor y no al revés.
Marx afirma que el fetichismo de la mercancía es algo intrínseco a las sociedades productoras de mercancías, ya que en ellas el proceso de producción se autonomiza de la voluntad del ser humano.
LEY DE LA DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO:
Ley económica objetiva del socialismo; expresa las relaciones
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