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Liberalismo


Enviado por   •  19 de Febrero de 2014  •  2.540 Palabras (11 Páginas)  •  239 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Antes de empezar este ensayoa nos vimos en la imperante necesidad de definir primeramente que es el liberalismo, el cual es llamado también individualismo, es una doctrina, que exaltando la bondad natural de la persona humana (del individuo), afirma en consecuencia la bondad de su conducta libre y autónoma, y establece por lo tanto el derecho a la libertad como el derecho más fundamental del hombre. El Liberalismo es, pues, una exaltación del "individuo" y una glorificación de la "libertad humana", cuyos límites ensancha más allá de lo debido; más aún, naturalmente, dada la bondad natural de la persona humana no le reconoce límite alguno.

El liberalismo como su nombre lo dice es la libertad del individuo, logrando que la tierra pueda cambiar, produciendo un mayor desarrollo económico en la vida del hombre, en esta monografía conoceremos como se desarrolló el liberalismo en la época antigua y si aún existe el liberalismo en nuestros días.

Se podría decir que el liberalismo se distingue de otras tendencias políticas que solo busca beneficiar a una sola clase, constituida por empresario, capitalistas, marginando al resto de la población, pero el liberalismo siempre se ha interesado por el bienestar de todos, pero muchos opinan que el liberalismo beneficia a un reducido número de personas, pero eso aún no se ha comprobado, es por ello que analizaremos las diferencias o similitudes del liberalismo a lo que vivimos en la actualidad.

OBJETIVOS

Conocer si existen similitudes o diferencias entre el liberalismo y la época actual

Comparar como se encuentra nuestra sociedad desde la época antigua hasta la actualidad

Conocer los orígenes del liberalismo

Saber cuál es la verdadera esencia del liberalismo

DESARROLLO

La historia del liberalismo se remonta al pensamiento de Aristóteles; en los siglos XVIII y primera parte del XIX, encontrándose también sus orígenes en los estoicos quienes defendieron la idea de que las personas estaban protegidas por unos derechos naturales anteriores a la polis, es decir, al Estado.

El liberalismo es una teoría que se interesa exclusivamente por la actividad terrenal del hombre. Procura, en última estancia, el progreso externo, el bienestar material y no se ocupa directamente, desde luego, de sus necesidades espirituales. No promete al hombre felicidad y contento; simplemente la satisfacción de aquellos deseos que, a través del mundo externo, cabe atender. Mucho se ha criticado al liberalismo por esta actitud puramente externa y materialista. El hombre no solo vive para vivir y comer y beber. Hay necesidades humanas por encima de tener casa, ropa, comida. Las mayores riquezas no dan al hombre felicidad, pues dejan el alma insatisfecha y vacía. El gran fallo del liberalismo consistió, pues, en su despreocupación por las más nobles y profundas aspiraciones humanas.

Se acusa al liberalismo de ser racionalista, se dice que los liberales pretenden ordenarlo todo de un modo lógico, olvidando los sentimientos y las irracionalidades. No niega el liberalismo que las gentes proceden, a veces, de modo irracional. Si los hombres actuaran siempre racionalmente, resultaría superfluo el exhortarles a proceder de acuerdo con los dictados de la razón.

Por supuesto, que en el mundo haya pobreza y estrechez no constituye un argumento válido contra el liberalismo, pese a lo que pueda pensar el embotado lector medio de revistas y periódicos. Esa penuria y esa necesidad son, precisamente, las lacras que el liberalismo quiere suprimir, proponiendo, al efecto, los únicos remedios realmente eficaces. Quien crea conocer otro camino, que lo demuestre. Lo inaceptable es eludir la demostración vociferando que a los liberales no les importa el bien común y que tan sólo les preocupa el bienestar de los ricos.

En nuestra época actual se usa mucho el término neoliberal, el cual carece de sentido, no tienen ningún contenido, el neoliberalismo es solo un invento de cierto tipo de personas dedicados a los medios de comunicación, por lo que se puede deducir que el neoliberalismo no existe.

La esencia del liberalismo se basa en un modo de entender la naturaleza humana y una propuesta para conseguir que las personas alcancen el más alto nivel de prosperidad potencial que posean (de acuerdo con los valores, actitudes y conocimientos que tengan), junto al mayor grado de libertad posible, en el seno de una sociedad que ha reducido al mínimo los inevitables conflictos. Al mismo tiempo, el liberalismo descansa en dos actitudes vitales que conforman su talante: la tolerancia y la confianza en la fuerza de la razón.

En fin, cuando se hace mención de la actualidad del liberalismo no se hace mención únicamente a una técnica de gestión económica. Es obvio que la crisis económica ha podido tener como consecuencia una consideración de que el papel del Estado en la vida económica debía ser menor o más discreto; así mismo que frente a una ampliación de las responsabilidades económicas del Estado de otros tiempos, ahora se tiende a reducirlas. En realidad, los que practicaron una política económica y social democrática fueron no tan sólo los partidos que en su día respondían a estos parámetros ideológicos, sino también a muchos otros. Pero el fenómeno de la actualidad del liberalismo es mucho más amplio que la existencia de una determinada política en un terreno sectorial concreto.

En la actualidad del liberalismo es grande no por las razones a las que se ha aludido en los párrafos anteriores, sino porque se trata de una recuperación de los principios fundamentales en los que se basa un tipo de sociedad, la europea occidental, después de un período en el que ha parecido convertirse en hipercrítica de los mismos. En efecto, a la hora de hablar de la actualidad del liberalismo hay que tener en cuenta que en un porcentaje muy elevado deriva de una situación reactiva.

por tanto, no se puede decir que la actualidad del liberalismo dependa de un «endurecimiento» de las políticas económicas, ni de la emergencia del conservadurismo. Lo que sucede, en definitiva, es que si el Estado ha sido criticado es sencillamente porque también de esta manera nació el liberalismo como ideario. Dahrendorff ha señalado, con razón, que el Estado es acusado con frecuencia de ser un «inepto costoso», acumulando, en esta frase, por tanto, dos motivos de repudio. Jean Erareis Revel ha señalado que el mal de nuestro tiempo no es el Estado, sino el estatismo, es decir, no el conjunto de instituciones que los humanos

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