Los Mayas
nohemyclaros5 de Abril de 2015
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Los Mayas
.Los vestigios más antiguos que se conocen de Copán datan de aproximadamente el año 1400 antes de Cristo y son los restos de una vivienda con esquinas redondeadas. En esta humilde construcción han sido encontrados algunos artefactos y utensilios que revelan relaciones diversas con otras áreas al Sur y el Oeste, aunque no con las tierras mayas del Norte. Estos indicios arqueológicos, junto con otros, han dado lugar a una discusión acerca de la afiliación étnica y cultural de los moradores originales del Valle de Copán, pues es posible que sus primeros habitantes no hayan sido mayas, si bien convivieron con estos. Sí se conoce en cambio que mantenían intercambio de bienes con las sociedades del centro de Honduras y de la parte baja de Centroamérica, y ese contacto entre diferentes grupos humanos debe haber servido para estimular el desarrollo cultural de Copán.
Del llamado período Preclásico Medio (años 900-300 a. C.) los vestigios hallados son más cuantiosos y sofisticados. El arqueólogo William Fash encontró, en 1991, depósitos extensos consistentes en plataformas de construcción para múltiples viviendas con muros de piedras. Dentro de ellas había numerosos y sofisticados entierros que implicaban un desarrollo cultural más complejo que el de la etapa anterior. Las vasijas de cerámica que acompañaban a estos entierros indican que Copán tenía vínculos con la cultura Olmeca, que para entonces florecía en el Sur de México.
Al final del Preclásico (300 a. C.-100 d. C), cuando el área maya tiene su primer gran auge cultural, Copán parece quedarse atrás en la historia, pues los restos arqueológicos de esa época son escasos. Las causas de este fenómeno son tema de amplia discusión pero muchos piensan que se trata principalmente de un problema de muestreo: puede ocurrir que los sitios de esta época estén en un lugar diferente o que hayan sido destruidos por fenómenos naturales, por ejemplo la erosión del río.
En todo caso, el Preclásico de Copán es un misterio cautivador para los arqueólogos. En él están plasmados los orígenes de esta maravillosa ciudad de la periferia sureste del mundo maya e incluso, con lo poco que sabemos, hay claras huellas de la existencia de un puesto fronterizo, con objetos de intercambio, que revela rutas comerciales hacia sitios muy distantes así como los pininos de una sociedad destinada para la grandeza.
Más adelante (en el Protoclásico), los objetos portátiles (vasijas, ollas, otros), particularmente de cerámica, muestran que Copán continuó sus contactos hacia el Sur y el Este, así como un fuerte tráfico con los mayas de las tierras altas de Guatemala, al Oeste. En cuanto a la arquitectura, aparecen numerosas construcciones que luego serán reconocidas como el núcleo urbano de la ciudad: las zonas de las Sepulturas, el Grupo Principal, el Bosque y el pueblo moderno. En ese tiempo las edificaciones se hacen más numerosas y aparecen las primeras con piedra de cantera, revestimientos de estuco y tamaños monumentales. Copán va creciendo y se empieza a sentir el fervor del esplendor clásico.
Lo que llamamos Período Clásico arranca cerca del año 400 después de Cristo, y los vestigios hallados marcan una entrega a la imponente tradición maya que surge con vigor al oriente de Copán. Es posible que estos lleguen con el primer gobernador dinástico del sitio, K'inich Yax K'uk' Mo'.
K'inich Yax K'uk Mo' (Fundador de Copan)
Luce probable que K'inich Yax K'uk Mo' haya llegado a Copán como representante de otra sociedad más compleja y con avanzado estado de organización social y política, interesada en extender sus nexos políticos y comerciales al Este. Aquí se encontró con una comunidad fragmentada y bélica, y en la que diversos jefes o caciques peleaban por sus parcelas territoriales.
Por estar ubicada en el margen del territorio maya, Copán tenía acceso a antiguas rutas de comercio con los ricos y variados recursos del centro de Honduras y de la costa del Pacífico de El Salvador, y disponía de cacao, algodón, obsidiana, plumas de aves exóticas y muchos otros productos.
A través de alianzas políticas que quizás incluyeron el matrimonio con una dama local de muy alto rango, tal como ha deducido el científico Robert Sharer, y quizás con el respaldo del poderío militar de una nación relacionada con Teotihuacán, K'inichYax K'uk Mo' trajo estabilidad, paz y prosperidad a la región. Su llegada marcó el inicio de una dinastía real que prosperó a corto plazo y que se convirtió en actor estelar del mundo maya. Las investigaciones arqueológicas en los asentamientos poblacionales del valle de Copán muestran que el crecimiento de la ciudad fue paulatino. La aglutinación de diversas familias y clanes en una sociedad unificada bajo el mando de un solo linaje real, cerca del año 400 después de Cristo, coincidió también con la introducción de la escritura jeroglífica y un desarrollo sin precedente en la construcción de edificios monumentales cargados con íconos complejos. La ciudad aumentó progresivamente en tamaño y diversidad durante los siguientes cuatro siglos, formando en el proceso un Estado que llegó a controlar un vasto territorio.
Los arqueólogos han estudiado los antiguos asentamientos del pequeño valle fluvial de Copán, así como su ecología y la calidad de sus recursos naturales. Ello ha permitido a William Sanders y su equipo de la Universidad Estatal de Pennsylvania conocer el antiguo uso y el potencial agrícola del valle, descubriendo que en las décadas finales Copán no era autosuficiente y que dependía de la importación de alimentos desde regiones vecinas. Confirman asimismo que Copán alcanzó en sus años finales una alta densidad poblacional, pues en los 24 km2 de planicie que circundan al Grupo Principal han sido ubicados los restos de tres mil 450 edificios; y de ellos más de mil concentrados en un núcleo urbano de un kilómetro cuadrado, alrededor de la Acrópolis. Más allá, llegando hasta los límites geográficos naturales de lo que fue el área de influencia de Copán, Sanders llegó a contar hasta 1425 otros sitios arqueológicos con cuatro mil 507 edificios. Estos datos permiten estimar que durante el siglo octavo de nuestra era, en el momento de mayor ocupación, Copán fue una ciudad poblada por más de 27 mil 500 habitantes.
Fastuosa Ciudad de Copan
Los investigadores han estudiado desde la sencilla morada de un campesino a los palacios de los gobernantes, revelando cuatro tipos de vivienda para igual cantidad de clases sociales: a) asentamientos humildes de bahareque en áreas rurales, asociadas con campesinos; b) asentamientos más formales con construcciones en piedra, de familias de gente común; c) viviendas más complejas de piedra y con patios múltiples, para la nobleza inferior (quizás mercaderes, artesanos y guerreros), y d), la nobleza superior (adscrita a la corte real) con palacios ricamente ataviados, grandes y extensos. A su vez, en el Barrio de las Sepulturas, al noreste del Grupo Principal, se ha excavado y restaurado 18 conjuntos residenciales que comprenden cerca de cien edificios con más de 200 cuartos. El grupo arquitertonico de la clase acaudalada (9N-8) revela una arquitectura compleja y sofisticada, incluyendo 11 patios rodeados por cerca de 50 edificios con casi cien cuartos. El edificio más destacado (9N-82) tenía sus fachadas ricamente ataviadas con esculturas y en su interior había una exquisita banca esculpida que hoy es exhibida en el Museo de Copán Ruinas.
Esta fue elaborada en el año 781 de nuestra era y dedicada a un noble que formaba parte de la corte del gobernante Yax Pasah ("Primer Amanecer" o "Madrugada"). En las habitaciones próximas a la cámara principal de este palacio probablemente vivían las esposas y la prole del regio personaje.
Los otros edificios residenciales construidos alrededor de patios rectangulares más pequeños y contiguos al del gran señor quizás fueron ocupados por los hijos mayores del noble, sus familias y servidumbre
Una de estas construcciones contenía indumentaria vinculada al juego de pelota y posiblemente servía como sede para un equipo de deportistas al servicio del jefe del conjunto residencial. Otro grupo de edificios indica haber sido habitado por un clan étnico diferente, al parecer vinculado por su arquitectura, prácticas funerarias y objetos portátiles al centro de Honduras, aspecto que enfatiza la condición fronteriza de Copán. La presencia de fragmentos de concha, agujas, perforadores y taladros en los pisos de los patios entre edificios implica que este grupo se especializaba en manufactura de ornamentos de concha y fabricación de tejidos, artículos de cuero o cestas. Es posible entonces que haya sido un equipo de artesanos adscritos a la corte de un gran señor maya.
También se ha encontrado grandes cantidades de "basureros" (depósitos diarios) con desechos cotidianos de sus ocupantes: ollas, jarras, platos y sartenes de cerámica usados para almacenar, preparar y servir alimentos; piedras de moler con sus respectivas manos, para procesar maíz y otras especies vegetales propias para preparación de tortillas, tamales y otros alimentos; hojas de obsidiana o vidrio volcánico, utilizadas como instrumentos cortantes de comida (destace de animales, por ej.) y, ocasionalmente, restos de esos alimentos (maíz, frijoles, jutes, espinas de pescado, huesos de animales como venado cola blanca, tepezcuinte, jabalí o chancho de monte, cusuco o armadillo y chachalaca).
La historiadora de arte Barbara Fash ha observado que la mayor cantidad de escultura tallada en Copán no está
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