Los Medici: La Mecha De La Libertad

La cúpula medieval que se cernía sobre Europa necesitaba explotar. Sin embargo, hacía falta quien le diera mecha a este sentimiento que se expandía por la población occidental. La mecha fueron los mecenas Medici, y el fuego fue el arte.

En aquellos tiempos, en la ciudad protagonista del renacimiento, Florencia, ésta era gobernada por mecenas. Los Medici, que comenzaron como comerciantes poderosos, dieron su salto a la gloria al colocar en el papado a un amigo cercano que ellos financiaron. Y, luego, al convertirse su empresa en el banco papal y eclesiástico, sus fondos e influencias se alzaron. Sin embargo, el cabeza de los Medici, Cósimo, no sólo era ambicioso y sediento de poder: tenía un acentuado gusto por el arte, lo que lo demostró al descubrir y alzar a la fama universal y eterna a numerosos y talentosos artistas. Por ejemplo, al financiar a Brunelleschi para construir la revolucionaria y majestuosa cúpula de la catedral de San Lorenzo y otras obras, se ganaron la popularidad de la ciudadanía en la disputa por el gobierno de Florencia. Sus posesiones de talentos se alargan mucho, pues fueron los que llevaron a la historia a los ilustres del renacimiento. Lorenzo, nieto de Cósimo, fue quien descubrió a Botticelli y a Leonardo da Vinci. Además, los Medici llegaron a adquirir al hombre universal: Miguel Ángel.

Los Medici materializaron el fuego del renacimiento, logrando no sólo instaurar un arte más moderna y los cambios radicales y atrevidos que esto conllevaba, sino creando un imperio de influencias y negocios a través de toda la Europa, produciendo tres papas y gobernando Florencia con apego.

El gobierno de los Medici también tuvo momentos difíciles: después de la muerte de Lorenzo y así culminando la edad de oro del renacimiento, por una serie de sucesos y personajes Florencia se vio sumida por un momento en un encerramiento religioso, donde los Medici se vieron exiliados por meses y Miguel Ángel esculpió David. Volvieron con apoyo papal y un ejército para recuperarse. Ayudó el hecho de que darían dos papas a la cristiandad.

Aunque el renacimiento significó el fin de la monarquía absoluta, los dirigentes de esta familia, irónicamente, ejercieron un poder totalitario, siendo reyes sin título para la ciudad. A costa de mantenerse en el poder, tuvieron conflictos con otras familias poderosas de Florencia y estuvieron a punto de ser atacados por el papa.

La religión era la humanidad hasta el renacimiento. Y cuando el conocimiento llegó al mundo occidental y el arte inculcó un nuevo pensamiento en la población, la religión no se fue. En primer lugar, el arte religioso no paró repentinamente, y, en realidad nunca cesó completamente. Se seguían haciendo catedrales imponentes y pinturas de vírgenes y Jesús. La mente humana tenía espacio para otras cosas, y se centró en otras cosas, abrazó por primera vez en mucho tiempo a la ciencia, movieron sus paradigmas

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