Los Yanomami

El hombre es incapaz de vivir en cualquier esfera de la naturaleza realmente natural y original. Por lo tanto, debe transformar el mundo con su actividad en algo en lo que pueda desenvolverse. La naturaleza transformada por el hombre es la cultura, y así es como el mundo cultural es el mundo humano, elaborado por él mismo. Cultura hace referencia a una manera de vivir el mundo e interpretarlo. La cultura en su sentido etnográfico amplio, es ese todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad. Toda esta construcción tiene como fin organizar nuestra vida, dotándola de un sentido. Partiendo de que todos los grupos humanos creamos algún tipo de conectividad, incluso los grupos más primitivos se agrupan, crean y modelan su realidad con procesos sociales que aportan significados y dotan de sentido sus vidas. No es menos para los Yanomami.

Los Yanomami son un heterogéneo grupo de unas 200 comunidades que integran la etnia indígena más grande situada en la selva del Norte de la Amazonia. Se asientan en el Alto Orinoco y se extienden hasta la Guayana y el Brasil. Bajo el epónimo de “ser humano”, los Yanomami han mantenido varios aspectos de su cultura tradicional siendo objeto de estudio de muchos antropólogos.

Vive el antropólogo durante algunos meses o años entre un pueblo primitivo, y lo hace tan íntimamente como puede, llegando a hablar su lengua, a pensar de acuerdo con sus categorías conceptuales y a juzgar con sus valores(…), pero busca algo más que comprender el pensamiento y los valores de un pueblo primitivo y trasladarlos a su propia cultura; busca también descubrir el orden estructural de la sociedad, los patrones que, una vez establecidos, le permiten verla como un todo (…)y descubrir en una sociedad nativa lo que el nativo no puede explicarle, pretendiendo revelarle los patrones estructurales de una sociedad. Una vez aislados los compara con patrones de otras sociedades.

E. EVANS-PRITCHARD: Ensayos de antropología social.

Los Yanomami se agrupan en grandes conjuntos familiares que constituyen aldeas plurifamiliares. Dentro de cada aldea, todo grupo doméstico habita una casa comunal llamada yano o shabono. Su forma circular permite la realización de actividades conjuntas como rituales o fiestas en la zona central, dando cabida incluso a 4.000 personas. Y es que, no existe el yanomami solitario o aislado, ni tan siquiera con su familia. Los Yanomami viven en grandes grupos formados por la agrupación de varias familias que habitan la aldea constituyendo un clan. Por tanto, se organizan como familias extensas y no nucleares ya que, normalmente, dentro de una misma casa viven, a parte de los cónyuges y los hijos, más miembros de la familia. La identidad del clan es muy fuerte y repercute en la cuestión familiar, tanto que a la hora de presentarse dicen “ese es mi grupo y yo soy parte de él”. Cualquiera que esté fuera de la aldea es considerado un extraño, y por tanto, una posible amenaza. Respecto al parentesco y las relaciones de alianza, se supone que la sangre, el fluido más importante que sustenta y define la vida, varía según la filiación. Por las venas de cada hijo corre, según se cree, una sangre que procede de la madre y del padre. En consecuencia, los parientes “consanguíneos” se distinguen de los parientes relacionados sólo por el matrimonio. Las alianzas de los Yanomamis entre primos cruzados ocasionan estos vínculos consanguíneos que refuerzan la red del clan con parientes enlazados consanguíneamente.

Esquema:

=

X X X X

X = primos cruzados

En las sociedades organizadas en bandas, todos los adultos tienen normalmente libre acceso a los ríos, plantas y animales, y al suelo y subsuelo. En la medida en que estos factores son básicos para la obtención de energía y materiales que sustentan la vida, son “propiedad” colectiva. Las unidades domésticas y políticas en este tipo de agrupaciones se mantienen en orden sin ningún tipo de gobierno gracias al entramado de relaciones de alianza entre los individuos. En la medida en que se puede afirmar que exista algún liderazgo político en este tipo de sociedades, éste es detentado por “cabecillas”. El cabecilla, a diferencia de los especialistas de nivel estatal como rey o presidente, es una figura relativamente carente de poder, incapaz exigir obediencia a sus órdenes. Además, debe ser personalmente respetado, de lo contrario, la gente se alejará de él o dejará de prestarle atención.

El modelo cultural de los Yanomami se rige por un sistema de infraestructura cazadora-recolectora.

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