Interiorización del fútbol desde una perspectiva yanomami
Enviado por vickylizalde • 17 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.233 Palabras (5 Páginas) • 235 Visitas
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Centro de Ciencias Sociales y Humanidades
Licenciatura en Antropología. Departamento de Historia
Integración de habilidades lectoras
La interiorización del fútbol
desde una perspectiva yanomami
Victoria Castañeda Lizalde
Código: 216270989
Guadalajara, Jalisco. 14 de noviembre del 2016
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Introducción
El presente ensayo tiene como objetivo explicar cómo la práctica del fútbol, transportada y difundida entre las comunidades yanomamis, se ve transformada en aspectos tales como su ejecución, sus medios, sus objetivos y sus significados.
Desarrollo
El texto de Acuña Delgado; Estructura y función del fútbol entre los yanomami del Alto Orinoco, a través de bastas descripciones y ejemplos obtenidos mediante un impresionante trabajo de campo, deja entrever el matiz tan particular que el fútbol adquiere en la comunidad de los yanomamis, donde además de ser el deporte lucrativo que tanto se mercantiliza alrededor del mundo, adquiere todo tipo de dimensiones; desde religiosas hasta familiares, marcadas por factores como el género, la edad, las relaciones de poder y la interiorización de prácticas culturales propias de occidente.
De acuerdo a estas características y según el propio autor del artículo, el fútbol puede ser visto como un hecho social total. Este término, propuesto por Marcel Mauss y desarrollado en su Ensayo sobre el don, se aplica con la intensión de tratar de explicar las realidades en su totalidad, o sea, en sus dimensiones tanto económicas, religiosas, sociales o hasta jurídicas; la explicación de estos hechos no puede reducirse a uno solo de esos aspectos, al mismo tiempo que uno se lleva a la comprensión de otros. Como consecuencia, cuando se ve a este deporte como una práctica de identificación colectiva, según el autor Fernando Carrión, “se rompen con las fronteras de su origen como actividad de ocio circunscrita a un territorio y a un segmento social para convertirse en [precisamente] una institución total.”[1]
Los yanomami, siendo un pueblo que si bien da un lugar importante a este deporte, no pueden comparar de manera frontal lo que hacen de él con el significado que éste tiene en las sociedades modernas avanzadas. No es extraño a nosotros el tinte de etnocentrismo que la civilización occidental lleva cargando prácticamente desde 1492. Occidente ha conquistado gran parte del mundo, no sólo militar y políticamente, sino también culturalmente.
El autor Santiago Flores Álvarez-Ossorio en su artículo Fútbol y manipulación social, explica que “(…) el fútbol evolucionó de forma paralela a la sociedad de masas y al desarrollo de la civilización del siglo XX. En países considerados más civilizados, donde la gente tiene tiempo de ocio, este deporte está más desarrollado que en otros envueltos en conflictos bélicos.”[2] De esta manera se observa la relación entre el proceso civilizador y el desarrollo social. Tal vez esta pueda ser una de respuesta al por qué de los matices tan nobles y distintos que se le imprime entre los yanomami, sin embargo, considero que no es explicación suficiente.
El término que me permitiré emplear para explicar este fenómeno es el de interiorización, empleado por el investigador de la UNAM, Gilberto Giménez, en su conferencia La cultura como identidad y la identidad como cultura.
De acuerdo a lo que presenta este autor, “(…) Las culturas están cambiando continuamente por innovación, por extraversión, por transferencia de significados, por fabricación de autenticidad o por «modernización», pero esto no significa automáticamente que sus portadores también cambien de identidad.”[3] Esta idea lleva a reflexionar sobre cómo la identidad de los yanomamis, vista desde el fútbol se presenta como una apropiación de ciertas características culturales propias de nuestro entorno social; este autor considera que la primera función de la identidad es “(…) marcar fronteras entre nosotros y «los otros»”,[4] por lo que la identidad no debe ser vista desde el lado subjetivo de la cultura misma, sino como la cultura interiorizada en forma específica, distintiva y contrastiva por los actores sociales en relación de otros actores.
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