Los grabadores de la KGB

Los grabadores de la KGB, eran utilizados en operaciones secretas de espionaje, además, eran indispensables para los agentes ya que los utilizaban para capturar información, grabar conversaciones secretamente y recolectar evidencia incriminatoria de sospechosos o enemigos.  en el museo, se encuentra en exposición el MI-51, el cual fue el más pequeño del mundo con 17 x 11 x 3.5 cm, entraba en un bolsillo, utilizaba baterías capaces de grabar 2 horas.

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Otros de los elementos fundamentales utilizados por la KGB y que se muestras en el museo son las máquinas de cifrado, con estas se aseguraban que los mensajes que enviaban no puedan ser capturados por un enemigo, pero en el caso que lo intercepten, solo el receptor es el que puede entender el mensaje. La mejor de la época de la Guerra Fría fue la Fialka, el ejemplar que se ve en la visita, fue uno de los pocos recuperados posterior al colapso de la Unión Soviética, ya que muchas fueron retiradas y luego desarmadas.

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Las radios espías, las usaban para poder comunicarse con los controladores o poder enviar información que tenían un carácter de urgencia. Estas tenían un tamaño demasiado reducido con el que podían ser transportadas en maletas y escondidas con facilidad. La radio más famosa de la KGB, era la del espía William Fisher, y esa es la que actualmente se encuentra en exhibición en el museo. Otro de los objetos utilizados fueron los buscadores de dirección, con los que captaban las señales de las radios enemigas y así las podían destruir, estas eran prácticas y se podían llevar debajo de la ropa.

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Los teléfonos seguros utilizados por los miembros de la organización, aseguraban una comunicación segura entre dos personas sin riesgo de que un tercero intervenga la conversación.

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