Los orígenes del totalitarismo

 [pic 1]Hildebrando Martínez Higuita

Censura e ideología

Maestría en Comunicación y Medios

Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá

Los orígenes del totalitarismo

Texto de: Hanna Arendt

El nacionalsocialismo y el bolchevismo representan las ideologías políticas que establecieron los dos regímenes totalitarios referidos por Hannah Arendt en el siglo XX. La política basada en la violencia y la coerción confrontó a la humanidad con las normativas impuestas por estos regímenes. Es evidente que las problemáticas humanas no solo se centraban en la consolidación del poder a través de la violencia y la coerción, sino también en eliminar toda oposición e ideas que no estuvieran en conformidad con los totalitarismos. La raza, en el nacionalsocialismo, y el materialismo histórico, en el bolchevismo, influyeron en la adopción de nuevas lógicas en el discurso de los nuevos gobiernos y regímenes basados en el poder total y en una política de la muerte.

Los nuevos partidos políticos llevaron a cabo estrategias para movilizar a las masas y a las figuras del poder socio-político hacia la ambición y sumisión en el período de entreguerras. La Primera Guerra Mundial y la Revolución bolchevique mezclaron un cúmulo de sentimientos y emociones colectivas que auguraban una nueva época de oportunidades y un sobresaliente nuevo orden mundial al que pertenecía el continente europeo. Por eso, es fundamental dejar en claro las concepciones de los partidos políticos como artífices de los totalitarismos europeos y de toda su constitución ideológica y filosófica.

El marxismo, el nacionalismo y los panmovimientos, dinamizaron la función configurativa de los nuevos partidos políticos de los Estados totalitarios y los cambios territoriales, demográficos y geográficos que determinaron las dos guerras mundiales.

Para comprender y analizar el origen de estos dos partidos políticos es necesario abordar cada uno de ellos. Aunque los totalitarismos hayan sido equivalentes en sus ejecuciones políticas y militares, sus ideologías estaban muy distantes, ya que las ideas políticas provenían de otras necesidades e intereses colectivos de estas naciones.

Alemania buscó una unificación que la redujera a una nación relevante y nacionalista para esclarecer identidades propias que introdujeran sentidos y emociones a partir de los partidos políticos y la unión colectiva de sus adeptos. El espíritu nacionalista que invadió a Alemania después de la Primera Guerra Mundial implementó ideas que iban más allá de lo político y lo social. Cuando Adolfo Hitler llegó a la cancillería del Reich, comenzó una nueva era para la nación alemana y para todos aquellos que habitaban en ella.

Es preciso definir que con el auge del partido nacionalsocialista y sus ideas antisemitas, anticomunistas, racistas, biológicas y nacionalistas se construyeron nuevos discursos y un nuevo régimen en la nación alemana. La refulgencia del nuevo canciller alemán obtuvo una gran acogida de fanatismo y orgullo entre el colectivo y la presunción de deidad e idolatría que propuso a partir de su famoso texto "Mi lucha" y su publicidad antes de llegar al poder. Pero sus opositores no pensaban lo mismo, pues los judíos, comunistas y otros grupos étnicos veían una gran amenaza en el nuevo gobierno alemán y en sus futuras políticas frente a la oposición.

El nacionalsocialismo alemán y todo lo que se ha escrito sobre él evidencian la gran catástrofe de muerte y soberbia que vino con la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, el bolchevismo en la Rusia Soviética, con Stalin a la cabeza, hizo que el terror y el totalitarismo no sólo se viviera en tierras germanas, sino también en el legado del socialismo y del comunismo que había dejado Vladimir Lenin, aunque con otras variables utilizadas por Joseph Stalin.

Con el Partido Bolchevique en el poder después de la Revolución de octubre en 1917, se estableció un nuevo sistema político y económico en la Rusia zarista caída. El bolchevismo surgió en medio de las agitaciones de obreros y campesinos inconformes con los manejos políticos y administrativos del Estado zarista y las desigualdades y pobrezas que sufría la población. Todo esto inspiró nuevos rumbos políticos e históricos que desembocaron en una nueva revolución social.

Las teorías de Marx y Engels inspiraron la nueva nación soviética y la elección de la dictadura del proletariado como nueva forma de gobierno y justicia social. La igualdad de derechos entre todo el colectivo ruso reivindicaba estas teorías científicas que solidificaron el nuevo partido político y el nuevo Estado socialista que proclamaba una ideología de corte científico y social basada en el materialismo histórico. La revolución instauró un nuevo ideal de nación y sociedad que enaltecía al pueblo y a los trabajadores que por tantos años fueron sometidos a la lucha de clases, abolida con la llegada del socialismo. La importancia del Partido Bolchevique se extendió a todas las esferas de la sociedad y dinamizó el poder militar y proletario característico del nuevo totalitarismo.

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