Louis Kahn y la importancia de la arquitectura

LOUIS KAHN Y LA IMPORTANCIA DE LA ARQUITECTURA

Louis Isadore Kahn, su nombre original era Itze-Leib Schmuilowsky, quien nació en Kuressaare en la isla de Saaremaa en Estonia el 20 de febrero de 1901, con descendencia de una familia judía; quienes más adelante se trasladaron a los Estados Unidos. Louis Kahn creció en Filadelfia y obtuvo la nacionalidad norteamericana en 1914. Estudió en la escuela central y en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania, donde se graduó como arquitecto en la Universidad de esa misma ciudad. Luego de trabajar en diferentes despachos de arquitectura, fundó su propio despacho en 1935. En paralelo también se dedicó a la crítica del diseño y a la docencia en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale y en la Escuela de Diseño en la Universidad de Pensilvania.

El estadounidense de origen estonio Louis Kahn, se le considera como uno de los grandes maestros de la arquitectura del siglo XX. Influenciado por las antiguas ruinas, tiende a la monumentalidad y monolitismo, creando así obras con una singularidad arcaica y una fuerza simbólica universales.

Una de sus obras como la de Salk Institute para los estudios biológicos en la Jolla California culminó en 1965, este es un proyecto de perfecta interrelación entre estética y funcionabilidad, Kant lo denominó como una pieza mística donde la espiritualidad de la arquitectura alcanza una nueva etapa, este fue probablemente el proyecto más exitoso económicamente hablando para Louis Kant, el misticismo se aprecia notoriamente en la plaza central de este proyecto, donde está se divide en dos partes iguales por medio de un pequeño canal de agua que cae en forma de cascada y que proyecta cada una de las edificaciones en un espejo virtual, el movimiento que se percibe en su diseño permite que la luz viaje durante todas las horas del día dentro de él, ofreciendo a la vez en cada una de sus ventanas y espacios de circulación una vista impresionante del océano Pacífico, para Kant, cada textura que brotaba de las edificaciones representaba la reacción vital expresada por la misma obra al respirar o al comenzar su vida.

Otra de sus obras más representativas es el Museo de Arte kimbell en Fort Worth Texas, aquí podemos observar a Louis en el desarrollo de la obra donde compartía y motivaba a los trabajadores que intervenían en la misma, ya que para él cada uno de ellos era parte fundamental del desarrollo y del resultado final de sus proyectos, la consecutiva volumetría y el extremo de la estructura en sus techos se proyecta hacia una cascada y espejo de agua; donde se parte la edificación en dos para participar en el diseño a un pequeño bosque en medio de estas, los lineamientos geométricos y pureza de formas en sus plazas nos producen una sensación de paz y tranquilidad, en estas cúpulas se encuentran las salas de exhibición, las cuales fueron planificadas sigilosamente para que internamente la luz viajara por la estructura del techo gracias a las incisiones que produjo en la parte superior de ellas y en la parte superior de sus paredes para aprovechar la luz natural y el movimiento que se genera a diferentes horas del día. Según Louis Khan las obras no deben de encontrarse solo dentro de cuatro paredes y un techo, sino que debe existir un entendimiento no solo del diseño en el espacio creado, sino de los elementos naturales que se pueden integrar en beneficio de las mismas obras en este caso la luz solar, se asegura que así como en una obra de arte sus creadores dejan plasmadas sus huellas y su técnica en la arquitectura perdurará también por siglos la huella y la técnica de cada una de las personas que intervinieron en el proceso de su construcción y de las mentes que la crearon, en sí la arquitectura la compone como piezas de arte la misma gente que la habita.

Aunque llegó a tener deudas por más de medio millón de dólares y sabiendo de que estaba en bancarrota se tomaba todo el tiempo para realizar proyectos de caridad este es el caso del convento de las hermanas dominicas, el consulado de los Estados Unidos en ronda, el proyecto del City Tower, el desarrollo de la Marina de vértigo, la torre de oficinas de Kansas City, el Roosevelt Memorial de la ciudad de Nueva York, el Palacio del Congreso de Venecia, el desarrollo del Museo de Arte en Teherán Irán y probablemente las muestras que más le dolieron por su descendencia judía, la sinagoga en Filadelfia y el proyecto de la sinagoga Hurva de Jerusalén, quizás la obra caritativa más importante que ofreció y que se proyectó desarrollar en la zona sagrada de la ciudad, la cual no se llegó a realizar ya que las autoridades judías prefirieron preservar las ruinas existentes.

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