Manifestaciones de oposición al Gobierno de Menem
Enviado por terelosada • 4 de Agosto de 2017 • Informe • 1.626 Palabras (7 Páginas) • 226 Visitas
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Manifestaciones de oposición al Gobierno de Menem Sindicalistas, docentes, desocupados, jubilados y más 26/11/2013 Malena Castillo, Agustina Núñez, Lucía Pesado, Carolina Romero y Juan Sebastián Romio |
Introducción[pic 2][pic 3]
En este trabajo nos proponemos exponer las manifestaciones de oposición al Gobierno del ex-presidente Carlos Saúl Menem. Consideramos que para entender por qué fue un gobierno tan criticado, es necesario conocer un poco mejor las políticas, sobre todo las económicas que fue tomando durante sus diez años en el poder.
Antes que nada, queremos ubicarnos en el frio 8 de julio de 1989, día en el que Raúl Alfonsín entregó las insignias de mando a su sucesor, seis meses antes de la fecha establecida. Era la primera vez en 50 años que un presidente democrático, elegido en las urnas, se lo daba a otro elegido por igual sistema.
En el momento en que Carlos Saúl Menem asumió el gobierno, el país no se encontraba en su mejor momento. Alfonsín había tenido que adelantar la entrega 3 semanas atrás debido a los numerosos conflictos internos y las fuertes presiones que recibía de diversos sectores, A las corridas cambiarias del pasado verano, se habían sumado saqueos a supermercados y comercios en el Gran Buenos Aires y Rosario; y la inflación había llegado al %200 en junio, alcanzando el %3000 anual.
Por un lado estaban lo que veían al riojano como una esperanza. Por otro se encontraban quienes esperaban un futuro de angustia opresiva y temor. Nosotros nos vamos a centrar en quiénes se opusieron a este gobierno y de qué maneras lo hicieron.
Desarrollo
Como explicamos en la introducción, el gobierno de Alfonsín termina en 1989 en medio de una incontrolable hiperinflación.
La campaña del candidato peronista que había triunfado en las internas, Carlos Saúl Menem, contaba con el apoyo de la CGT. El nuevo presidente, abogado nacido el 2 de junio de 1930 en Anilla, La Rioja y fiel militante peronista, se presentaba como un enigma. Tenía un discurso populista en el que prometía “salariazo” y “revolución productiva” a los tradicionales votantes peronistas y la recuperación de las Islas Malvinas a “Sangre y fuego” a los fervorosos nacionalistas. Proponía también, entre otras cosas, la moratoria de la deuda externa.
Al llegar al poder (1989) Menem produce un sorpresivo viraje político. Las primeras medidas económicas que tomó el nuevo presidente fueron el aumento de un %500 en el precio de la nafta y de un %350 en el de los servicios públicos; mientras que el salario aumentó apenas un %130, y tras lo cual se dispuso un período de congelamiento de precios durante 90 días. Estas políticas, en su conjunto, estaban muy lejos del anunciado salariazo.
Otra de sus políticas neoliberales incluyó la privatización de empresas. Por ejemplo, el 31 de diciembre de 1990, mediante el Decreto 2.778, el Poder Ejecutivo Nacional transformó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad del Estado en YPF S.A. Esto generó grandes conflictos y hasta el surgimiento de un nuevo movimiento: el Movimiento Piquetero. Esta surge de la necesidad vital de la clase trabajadora de luchar contra el desempleo. Nace, más específicamente, en la localidad de Cutral-Có Neuquén, cuyos habitantes sufrieron, tras la privatización de YPF, innumerables despidos, lo cual aumentó a cifras catastróficas la tasa de desocupación. La situación desembocó en grandes puebladas y cortes de rutas por parte de los desocupados. Se puso en evidencia la deficiencia del sistema democrático que le garantiza al trabajador el derecho a explotar a los trabajadores y a los despidos, pero no le garantizan el derecho de trabajo al resto de la población. El piquete, como acción colectiva de ocupados y desocupados unidos por su cualidad de trabajadores, buscaba entonces hacer prevalecer sus derechos por sobre los de la burguesía. Este movimiento se fue extendiendo, y para 1996 cobró importancia a nivel nacional, a tal punto que fue duramente reprimido por el gobierno.[pic 4]
Por otro lado y aprovechándose del alto porcentaje de desocupación, el gobierno tomó medidas que perjudicaban a los trabajadores, como topes a las indemnizaciones por accidentes, modalidades de trabajo libres de indemnización y sin ningún tipo de cobertura médica, regulación y prohibición de huelgas; entre otras y todo para lograr el establishment económico que pedían los organismos internacionales para llevar a cabo la privatización de empresas.
Esto produce un enorme debate en el interior de la CGT, afectada en su tradicional papel de "columna vertebral" del peronismo. La CGT, entonces, se divide en cuatro grandes grupos: [pic 5]
- Los que proponen apoyar a Menem y sus políticas neoliberales (menemistas, como Barrionuevo).
- Los que proponen negociar sin enfrentarlo abiertamente (los gordos: Comercios, bancarios, etc.).
- Los que proponen enfrentarlo sin romper la CGT (el Movimiento de Trabajadores Argentinos - Moyano).
- Los que proponen enfrentarlo formando una nueva central sindical. Estos últimos de tendencia peronista-cristianos, luego se separan de la CGT y forman la Central de Trabajadores de la Argentina.
Como consecuencia de estos enfrentamientos resultó un sindicalismo dividido: De un lado estaba el sector ultra-oficialista (los super-amigos), integrado por gremialistas favorecidos por el nuevo rumbo, ubicados en la C.G.T de San Martín; del otro, los gremios golpeados por el modelo, que formaron la C.G.T. Azopardo, liderada por Ubaldini, a la que se aisló al no estar reconocida por el Estado.
En 1992, surge la CTA, que estaba conformada por los dos gremios más perjudicados por la implementación de las políticas públicas neoliberales, los estatales (Asociación de los Trabajadores del Estado), muchos de ellos trabajadores de la salud, y los docentes (Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina). Ambos grupos altamente damnificados por las reformas del Estado.
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