Menonitas Cruceños

Los Menonitas Cruceños

A pocos kilómetros de la capital departamental, hacia las brechas del Sur o en las fértiles planicies, trasponiendo el Río Grande, asoman a las carreteras y caminos vecinales las miles de hectáreas desboscadas con salvaje eficiencia por los puritanos y conservadores miembros de esta antigua secta protestante, comúnmente llamados menonitas.

También se los encuentra cerca de San José de Chiquitos o en las inmediaciones de la chaqueña población de Charagua, donde la cobertura vegetal de los bosques secos cruceños ha dado paso a inmensos campos de soya, sorgo y maíz, sembrados por unos agricultores tradicionales venidos de Canadá, Belize, México o Paraguay, en busca de la última frontera de tierras vírgenes como las nuestras. Los menonitas llegaron al Oriente de Bolivia hace más de cincuenta años para desarrollar una agricultura extensiva, sin fertilizantes y con dos cosechas anuales, aprovechando la todavía pródiga fertilidad del suelo recién desboscado, que sin embargo debe ser bien manejada para perdurar.

Las colonias menonitas de Santa Cruz, con sus casitas de muñecas, sus impecables iglesias nórdicas, sus ingeniosas maestranzas y sus escuelitas dispersas por el campo cruceño, transformado por sus tractores en pampas cultivadas más parecidas al Medio-oeste norteamericano, permanecen aislados del mundanal ruido, absortos en sus tradiciones, en su ancestral vocación agrícola de productores natos, su austeridad proberbial y su antibelicismo a ultranza.

Santa Cruz es el único departamento de Bolivia en el que se han establecido los menonitas, lo suficientemente lejos de las ciudades para no sentir demasiado la atracción urbana y lo bastante cerca para proveerse de los servicios que ofrece la urbe y para comercializar allí sus productos.

Lo más destacado de la colonización menonita desde el punto de vista agropecuario es la estabilización de una granja agrícola diversificada que abastece en buena medida las necesidades del grupo, produciendo importantes excedentes comercializables. Ademàs, la tradición eminentemente agrícola de la secta ha significado un buen aporte tecnológico para este tipo de explotaciones. Finalmente, los menonitas han incorporado algunos cultivos hasta hace poco ausentes en nuestro medio, contribuyendo a paliar su escasez y llegando a generar excedentes exportables.

Las colonias menonitas se establecieron en Bolivia desde 1954 conformando una veintena de prósperas colonias donde cultivan miles de hectáreas para producir un gran porcentaje del trigo boliviano, llegando a ser líderes en la producción de maíz, soya y sorgo. Actualmente poseen ganado para producir leche, queso y mantequilla, que comercializan ampliamente en el mercado cruceño y nacional.

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