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Mesoamerica


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  13.901 Palabras (56 Páginas)  •  279 Visitas

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Mesoamérica

Reporte de lectura

Origen del Relato de la Creación del Cosmos y el Principio de los Reinos

Enrique Florescano

Resumen

Muchos siglos atrás, cuando surgió el Estado en Mesoamérica, nació el relato que narraba la creación del cosmos, de los seres humanos y la fundación del reino. Esta sucesión de portentos culminaba con la recordación de las hazañas cometidas por el grupo étnico, relatadas en forma de anales o de crónica. Los episodios centrales de esta narración eran la aparición de la tierra fértil, el nacimiento de los seres humanos de una cueva en el interior de la tierra, la fundación del reino y el registro de los hechos notables realizados por los gobernantes.

El canon histórico que surgió entonces unió los orígenes del reino con la me¬moria del grupo étnico y para transmitir ese pasado puso en juego diversos artefactos memoriosos: el códice, el mito, los cantos, el calendario y los ritos que periódicamente recordaban esos acontecimientos fundadores.

Los orígenes del relato de la fundación del reino

El desciframiento de la escritura maya dio a conocer el texto más antiguo de la época clásica que narra la creación del cosmos, la fundación del reino y el origen divino de los go-bernantes, a quienes el relato hace descender de los dioses creadores. Este texto grandioso, grabado en el centro cere¬monial de Palenque en los templos de la Cruz, la Cruz Foliada y del Sol, el año 692, relata la creación de la actual era del mundo por el Primer Padre y la Primera Madre, la pareja de dioses creadores. En otros testimonios mayas de la época clásica el Primer Padre es equivalente al dios del maíz, Hun Nal Ye.

El texto cosmogónico de Palenque relata que los dioses primero crearon el cielo, la tierra, el inframundo y los cua¬tro rincones del cosmos, y más tarde fundaron el reino terrestre. Luego enumera los nombres de los sucesivos gobernantes, investidos de un halo divino porque descien¬den de los dioses protectores de Palenque. En esta narra¬ción los acontecimientos sobrenaturales y los humanos están fechados en días, meses y años precisos y se ubican en un territorio delimitado: el reino de Palenque.

El Códice Nuttall [...] utiliza un marco doble para presentar la historia. Los acontecimientos individuales están localizados en el espacio por el uso de signos de lugar y en el tiempo por el uso de signos calendáricos. La historia mixteca, tal como ha llegado hasta nosotros, fusiona dos dimensiones del pasado. Los textos forman una serie de acontecimientos calificados por lugar y tiempo. Los acontecimientos son el sustento de la historia, y el lugar y el tiempo sus calificadores. En los monumentos olmecas de La Venta, la ciudad más antigua de Mesoamérica, se puede leer, grabado en imágenes o envuelto en símbolos, un relato primigenio sobre la creación del cosmos y el principio de los reinos.

En contraste con las pequeñas aldeas anteriores, La Venta fue planeada como una ciudad en cuya parte central se levantaron edificios y plazas de un tamaño nunca visto antes. Era la capital del primer Estado mesoamericano gobernado por un linaje que se transmitía el poder de manera hereditaria. Esta nueva organización política tenía un territorio propio y símbolos que divulgaron el momento glorioso de la fundación del reino, la antigüedad del linaje real, las conquistas sobre los pueblos vecinos y la fuerza que emanaba de esa creación original. La gran pirámide que se levantaba en la plaza central (Fig. 1) y las estelas y monumentos que la rodeaban celebraban ese momento fundador y lo presentaban como el origen del pueblo olmeca. Desde entonces, las banderas y emblemas del Estado, así como la figura del gobernante, su cetro, la diadema real y el trono, se convirtieron en representaciones del reino: Asimismo, la designación del heredero al trono y la asunción del mando vinieron a ser ritos prominentes del calendario político y acontecimientos imprescindibles la crónica del reino.

Figura I. Reconstrucción del centro ceremonial de La Venta, con la representación de la montaña primordial, la plaza hundida, las ofrendas enterradas y las estelas o árboles de piedra con la efigie de sus dioses y gobernantes.

En el área olmeca aparecen por primera vez, amalgamados en fórmulas visua¬les poderosas, los conceptos de Estado territorial, identidad étnica y poder político integrados a la figura del gobernante. En las estelas que entonces se multiplican, en los relieves en piedra, en las hachas ceremoniales y en la escultura y la cerá¬mica, la imagen del soberano se eterniza en su triple papel de cabeza del reino, capitán de los ejércitos y supremo sacer¬dote que mantiene una comunicación privilegiada con los dioses y los ancestros fundadores (Figs. 2. 3 y 4). La arqui¬tectura y los monumentos del centro ceremonial sacralizaron los emblemas del reino y la efigie del soberano, quien apa¬rece en estas imágenes como compendio de los rasgos étnicos del grupo. La presencia ubicua de los dioses en la ciudad, las aldeas y los campos de cultivo señala que el te¬rritorio es un lugar sagrado, bendecido por las fuerzas de la fertilidad. La ciudad donde se concentra el poder político y la riqueza social es asimismo el ombligo del cosmos, emblema del reino y residencia de los dioses.

Figura 2. Efigie de un gobernante olmeca, representado con un cetro o bastón ceremonial en sus manos, y un alto tocado con la imagen de los dioses protectores. Estela 2 de La Venta. Dibujo basado en Covarrubias, 1961: 74.

Entre los símbolos que mas se difundieron entonces destacan los relacionados con la planta del maíz y la fertilidad. Las representaciones del maíz proliferan en sus ciudades bajo la forma de símbolos de fertilidad, abundancia, plenitud, riqueza y vitalidad cósmicos.

Figura 3. Pintura de estilo Olmeca donde se ve a un personaje vestido con una capa de plumas y una máscara de ave, sentado en un trono que tie ne la forma de un monstruo de la tierra. La imagen simboliza la relación del gobernante con las fuerzas celestes y las terrenas. Dibujo basado en Joralemon. 1976: fig. 10. L.

Figura 4. Figura de un gobernante olmeca que lleva en su mano izquierda un punzón ceremo¬nial para el derramamiento de la sangre en los ritos de sacrificio. Ostenta un alto tocado, en cuya punta sobresale la cabeza del dios del maíz.

Varios objetos tallados en piedras de jade representan la superficie terrestre o el territorio del reino mediante cuatro semillas de maíz colocadas en las cuatro esquinas del cosmos. La parte central de este espacio la ocupa la figura del dios del maíz o del soberano (Fig. 5).

Figura 5. A) y B). Hachas de jade con figuras del dios del maíz representado

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