Mitología Griega y Azteca
Enviado por BACH5 • 25 de Abril de 2017 • Ensayo • 4.572 Palabras (19 Páginas) • 356 Visitas
MITOLOGIA AZTECA- MITOLOGIA COMPARADA
CONTACTO O ARQUETIPO.
EXPLICACION.
Antes que nada, quiero decir que no soy un erudito y si escribo este pequeño ensayo, es con la intención de despertar polémica e inquietud, para que los verdaderos expertos den opinión y marquen rumbos firmes y certeros, para que se pueda tener una verdadera perspectiva del autentico pensamiento del antiguo pueblo Azteca. Para que podamos deshacernos y sacudirnos por fin de antiquísimos traumas que no nos dejan avanzar como nación ni como un pueblo orgulloso de su pasado, y para que cualquiera que sea ajeno a nosotros, no nos salga con que nos conquistaron para civilizarnos, que éramos unos salvajes con taparrabos y una sarta de verdaderas estupideces. Lo principal es tratar de comprender y no de justificar; porque actuaban así. Pero ¿cuales eran las causas de su comportamiento? Que a primera vista no comprendemos cabalmente, ¿Cuál era en definitiva su punto de vista, su filosofía ante la vida y sobre todo ante la muerte?... porque es verdad popular, que la historia la hacen los vencedores y aquí parecería que siempre jugamos el papel de los vencidos, o ¿así nos lo han hecho creer?
México 20017.
INTRODUCCION.
Cuando estudiamos el glorioso mundo Azteca, admiramos sus pirámides, su magnifica y bien planeada ciudad, sus grandes y valerosos guerreros o la magnificencia de su ultimo emperador Moctezuma. Pero también tenemos enormes e inexplicables dudas, como el hecho de que un puñado de soldados españoles (aproximadamente 700) dominara a un pueblo que vivía de y para la guerra, con una población de aproximadamente 250000 personas; pero tal ves la mas grande y enojosa pregunta, radica en ¿porque un pueblo obviamente desarrollado culturalmente, practicaran los sacrificios humanos? Como lo dijera el propio Cortes a Moctezuma
“Sr. Moctezuma: no sé yo cómo un tan gran señor y sabio varón como vuestra realeza, pueda practicar estos horribles actos” (Bernal XCII, PAG.174)
¿La respuesta podría surgir de la incomprensible mitología Azteca? la que nos parece tan ajena a nuestro pensamiento actual.
Cuando vemos la iconografía Azteca o las esculturas de sus ídolos lo vemos literalmente sin pies ni cabeza, al menos no humanizadas, como en los casos de Jesús y todos los santos cristianos. Sin embargo nos dicen tanto y tan profundamente, que con un poco de estudio de ellas entendemos que son hermosas representaciones simbólicas y si queremos entender, tendremos que referirnos irremediablemente a la mitología.
Es curioso que pocos, pero muy pocos hayan comentado a lo largo de tantos años de las tremendas “coincidencias” que existen entre las mitologías: Griega/Romana y Azteca. Y eso que asombrosamente ya Fray Bartolomé de las Casas decía: “Los indígenas tenían uso de razón tanto como los Griegos y los Romanos” ¡claro que desde otro aspecto, que era el de darle la categoría de seres humanos con uso de razón!
Empecemos por un fundamental argumento mitológico:
El nacimiento virginal.
Desde la prehistoria el mito del nacimiento Virginal esta presente, y si nos ponemos estrictos, la propia creación de la vida, es virginal, ya que no interviene mas que la voluntad divina para tal efecto. Pero la que nos interesa en este momento es en la que la diosa madre tiene un hijo sin la intervención del hombre
En una de las versiones mitologícas Romanas se dice que Marte, Dios de la guerra, nació virginalmente de Juno. En la mitología Griega parece que no hay mención de esta tradición!! Aquí Ares es Marte.
Ovidio es el que nos documenta:
“Juno, se encontraba envidiosa de que Júpiter tuviera a Minerva sólo (del famoso dolor de cabeza). La historia dice que Júpiter tubo un día un fuerte dolor de cabeza, y fue tanta su desesperación que ordeno a Vulcano que le diera un hachazo para abrirle el cráneo, y de el broto Minerva, la diosa de la sabiduría. Por eso Juno quiso tener un hijo ella sola; Juno salió del Olimpo a buscar como lograr este prodigio y fue buscando respuestas, hasta que se topo con Flora, la diosa de la naturaleza y las flores; esta le indico que flor le ayudaría para este fin, le dijo que fuera a los campos Oleneos de Acaya, así se embarazo y tuvo a Marte. (Ovidio, Los Fastos V,555)
Aquí es donde podemos comparar esta asombrosa transferencia: con el mito de Coatlicue y el nacimiento virginal de Huitzilopochtli!!!!
Veamos lo que nos dice Torquemada en su Monarquia Indiana:
“Junto a la ciudad de Tulla (que aunque ahora es pueblo pequeño, era muy grande en su paganismo y gentilidad) hay una sierra, que se llama Coatepec, que quiere decir en el cerro de la culebra; en éste hacía su morada una mujer llamada Coatlycue, que quiere decir faldellín de la culebra, la cual fue madre de muchas gentes. en especial de unos indios llamados centzunhuitznahua. y una mujer. cuyo nombre era Coyolxa].lhqui. Esta mujer, según mentira de los antiguos, era muy devota y cuidadosa en el servicio de sus dioses, y con esta devoción se ocupaba ordinariamente en barrer y limpiar los lugares sagrados de aquella sierra. Aconteció, pues, un día, que estando barriendo, como acostumbraba, vio bajar por el aire una pelota pequeña, hecha de plumas, a manera de ovillo hecho de hilado, que se le vinp a las manos, la cual tomó y metió entre las nahuas o faldellín y la carne, debajo de la faja que le ceñía el cuerpo (porque siempre traen fajado este género de vestido). no imaginando ningún misterio ni fin de aquel caso. Acabó de barrer y buscó la pelota de pluma. para ver de qué podría aprovecharla en servicio de sus dioses, y no la halló. Quedó de esto admirada y mucho más de conoceren sí, que desde aquel punto se había hecho preñada. Fuese a su casa con este cuidado, la barriga comenzó a crecer y ella a no poder disimular ni encubrir su preñado. Los hijos que fiaban mucho de la virtud de su madre y creían ser muy honesta, viendo acto contrario a su opinión y previniendo la afrenta que de semejante caso podía venirles de los que la conocian, determinaron de matarla, porque con su muerte se atajase el parto y pagase la madre que creían ser adúltera. Este consejo fue de todos, en el cual la que más clamaba, e incitaba, era Coyolxauhqui (porque es muy propio de mujeres acriminar en otras la culpa de que ellas son notadas y quieren repentina y acelerada venganza, en 10 que con amor propio apetecen para sí misericordia). Aunque es verdad que estos centzunhuitznahuas determinaron de matar a la madre, no luego se resolvieron en darle muerte, o porque temían el caso o porque se condolían de poner las manos y ofender las entrañas en que anduvieron y así dilataron su ejecución; y como en todos los consejos que constan de muchos, nunca falta o quien haga traición y declare el secreto o que sea aficionado de la parte contra quien se trata, así en ésta hubo un hijo que se lo avisó y certificó la determinación de matarla. La mujer, que no se hallaba culpada, sentía el daño y lloraba su poca defensa, porque le parecia cosa grave hacerles creer que sin acto, ni ayuntamiento de varón, pudiese haber acaecido su preñado. En medio de estas cuitas y aflicciones, dicen los que lo cuentan, que oyó una voz que parecía salir de su mismo vientre y entrañas que le dijo: madre mía, no te congojes ni recibas pena, que yo lo remediaré y te libraré con mucha gloria tuya y estimación mía. y a esta sazón venían todos los conjurados (vencidos de su pasión y olvidados del honor materno) a ejecutar su intento y muy armados, para si hallasen alguna resistencia oponerse a ella; venía delante Coyolxauhqui, su hija, como capitán y caudillo de este matricidio; y puestos a vista de la madre, parió repentinamente, de cuyo parto nació Huitzilupuchtli, el cual traía en la mano izquierda una rodela, que llaman tehuehueli, y en la derecha un dardo o vara larga de color azul, y su rostro todo rayado del mismo color, en la frente un gran penacho de plumas verdes, la pierna izquierda delgada y emplumada y pintados y rayados ambos muslos de azul y los brazos. Ésta fue la forma con que apareció en este parto y nacimiento el demonio. Hizo aparecer allí luego una forma de culebra hecha de teas (que llamaron Xiuhcoatl) y mandó a Un soldado, llamado Tochancalquí, que la encendiese y Con este apercibimiento aguardaron a los enemigos que ya venían con grandes voces a dar la muerte a su madre y a todos los que se la defendiesen. Salióles al encuentro Huitzilupuchtli, y sin aguardarles razones, mandó a Tochancalqui que con la culebra encendida abrasase a Coyolxauhqui como a la más culpada en el consejo y traición, lo cual hecho (de que luego murió) fue Huitzilupuchtli contra los demás; ya pocos golpes conocieron la ventaja que les hacia y la fuerza y peso de su brazo, con lo cual le cobraron muchísimo temor y comenzaron a retirarse, sólo con intento más de defenderse que de ofender; pero no les valió ni muchos ruegos que le hicieron, pidiéndole de merced la vida, porque no hallaban remedio para salvarla; finalmente los mató y entró en sus casas y las saqueó y hizo a su madre señora de los despojos. De este caso tan prodigioso tomaron asombro los que lo supieron y llamáronle Tetzahuitl, que quiere decir espanto o asombro; y de aquí tomaron ocasión de recibirle por dios, por conocer que habían nacido de madre y no de padre. A éste tuvieron por el gran dios de sus batallas, porque decían haberle hallado muy favorable en ellas. Y no hace disonancia creer que éste fue aquel antiguo Marte, conocido de otras naciones y festejado por dios de las guerras, el cual llamaron Marte”
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