Monasterio del Carmen de la Asunción - Cuenca/Ecuador

UNIVERSIDAD DE CUENCA

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CÁTEDRA:         Teoría Historia 2

TEMA:                 Trabajo Grupal: Monasterio del Carmen

NOMBRES:        Pamela Calle – Jorge Fernández

FECHA:                 19/11/2018

Monasterio del Carmen de la Asunción

Fue fundado en Cuenca el 1 de agosto de 1682 por la Madre Catalina de Jesús y Mariana Guerrero de Salazar Caso y Paredes. Quienes vinieron desde Quito del convento San José (fundado por Santa Mariana de Jesús).

Es importante mencionar el contexto en el que se vivía por esta época en Ecuador. Aproximadamente en el siglo XVI, después de la llegada de Colón a América; España comienza a tener control y mucha influencia sobre las colonias ecuatorianas. Por lo que a partir de ello se implantan los movimientos culturales europeos en Ecuador, y se los adaptan al lugar. De esta manera cuando Europa comienza a extender el estilo barroco y el renacimiento entre los siglos XV al XVIII, Ecuador es influenciado y esto se evidencia en sus edificaciones; principalmente en Quito.

La construcción del monasterio se dio en honor a la Virgen del Carmen en la advocación de la Asunción, de allí proviene su nombre y es por ello que las madres fomentan la devoción y culto a la Virgen. En Cuenca sería el primer monasterio con hábito carmelitano, caracterizándose por ser monjas de claustro y el espíritu generoso. Esta sería la primera comunidad de monjas de Santa Teresa, que inicio la vida claustral en Cuenca el día 15 de agosto del año 1682, en la festividad de la Asunción y fue cuando se puso clausura y comenzó la vida íntima y oculta de la Santa Regla Carmelitana, porque por más de cincuenta años, las monjas Carmelitas vivieron acomodadas en las casas que preparo y dono en la esquina de la Plaza Mayor el Bachiller Don Pedro Pérez Hurtado de Tapia que era párroco de San Sebastián. Quien dio las casas de su morada para que se adapten a las necesidades de un Convento. Gracias a la ayuda económica de toda la Comunidad se pudo construir un nuevo Monasterio hacia comienzos del siglo XVII y una iglesia grande a finales del XVIII y comienzos del XIX. (Arízaga, et al., 1986 p. 48-49-62).

Con el paso del tiempo la comunidad de las Carmelitas fue aumentando en la ciudad de Cuenca y sintió la necesidad de ampliar sus predios para tener más celdas y se aumentó a veintiuna permaneciendo este número de celdas hasta la actualidad.

También se ampliaron oficinas comunes y construyeron ermitas donde retirarse en Adviento y Cuaresma, de las cuales se conocen más de diez, cumpliendo una tradición que es centenaria en la Orden Reformada del Carmelo.
Así fue como las madres gestionaron para adquirir una cuadra de solar que estaba contigua, porque de esta forma completaban una manzana de terreno, con cien varas por lado, que es lo que hemos conocido hasta que debieron vender desde el año 1970, algunos lotes de la periferia, por fuerza mayor se han estrechado tras la nueva muralla de ladrillo, con cinco metros de altura para quedar aisladas del ruido y movimiento comercial que ahora es grande en el sector (Arízaga, et al., 1986 p.26-27-34).

Está ubicado en el corazón de la ciudad, en el centro histórico; lugar que hasta la actualidad es bastante bueno. Esquinado a la plaza mayor, que hoy se llama Abdón Calderón y con otro frente a una plazoleta, ahora destinada a la venta de plantas y flores. También está cerca a la Iglesia de la Compañía de Jesús, que lamentablemente cayó en ruinas y luego el Obispo Cuencano, Dr. Don Miguel León y Garrido construyó en el lugar la grandiosa catedral de "La Inmaculada".

El monasterio es muy rico en cultura, significado y estructura. Los más de trecientos años que tiene de creación no han sido en vano, y gracias al buen cuidado y preocupación que le tienen las madres se ha mantenido en buen estado hasta el momento.

Su forma estructural es característica, ya que a imitación de los claustros quiteños fue construido en torno a un jardín; en cuyo centro está la pila de alabastro, siendo una estructura algo renacentista. También tiene algo de estilo barroco, tiene una portada tallada en mármol con este estilo, así como las columnas salomónicas que enmarcan la puerta y las imágenes de San Pedro y San Pablo; y un conjunto de escultura. [pic 2]

En el interior de la Iglesia se puede observar el retablo colonial de corte neoclásico y el púlpito cubierto de pan de oro y espejos. Además, cuenta con un frontis de cuatro columnas de piedra talladas en forma de espiral y sobre éstas un alto relieve de la patrona del convento. También es llamativo el cielo raso con sus pinturas murales y en la parte posterior, el coro completamente cubierto con una malla, que tenía la finalidad de cubrir a las religiosas de claustro (carmelitas del convento contiguo) que ingresaban a cantar en él durante servicios especiales.

En la actualidad el monasterio sigue en funcionamiento y está en buenas condiciones, pero como ya se relató un poco de su historia ha tenido sus modificaciones. Aparte de ello las carmelitas han conservado documentos, esculturas, libros, pinturas en murales, etc., desde la época colonial, que son de las mejores muestras conservadas de la ciudad, e incluso del país.

Entre estas muestras culturales, existen imágenes del Niño Jesús (de quien las carmelitas tienen una devoción especial). Y En la sala del “Nacimiento Permanente”, hay un centenar de figuras, que constituyen una excelente muestra de la escultura colonial cuencana. También, en el parte del coro bajo que da al presbiterio, existe una curiosa efigie del Niño Dios que entre sus manos tiene los clavos y la corona de espinas (escultura del artista Miguel Vélez).

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