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Movimientos Sociales En Argentina


Enviado por   •  21 de Agosto de 2014  •  4.887 Palabras (20 Páginas)  •  341 Visitas

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Movimientos sociales en Argentina.

Supra afirmamos que los movimientos sociales en América Latina y en Argentina en particular dan cuenta de que existen posibilidades de validez conjunta de los núcleos centrales de las corrientes europea y estadounidense de estudios sobre éstos.

Tomaremos como muestra el movimiento de derechos humanos que constituye a nuestro entender el ejemplo por antonomasia en el caso argentino de un nuevo movimiento social y que, a su vez, a través de los años, ha oficiado, y aún oficia, de modelo para otros. Las acciones de los organismos de derechos humanos en la dictadura y la continuidad en la búsqueda de familiares realizada por el movimiento de derechos humanos se instalaron en la memoria colectiva y constituyeron modelos de acción en los actores sociales. Las marchas promovidas por la vida y la búsqueda de verdad y justicia marcaron un hito que sirvió como estrategia de demanda por parte de los actores sociales ante situaciones similares (Di Marco, Palomino 2003).

Tenemos en mira los vastos estudios realizados por Jelin al respecto (2003; 2005). La autora argentina describe las características y la dinámica del movimiento de derechos humanos en Argentina, distingue dentro de él los modos de acción de cada uno de los organismos históricos (con sus diversos grados de institucionalización) y sus orígenes; las cualidades de los individuos que los componen (con la central distinción entre organismos de familiares o “afectados” directamente por la represión de la dictadura militar y organismos de “solidaridad de no afectados”, con más componentes ideológicos o profesionales); los recursos que poseen; el grado de confrontación que llevan adelante (tanto durante la dictadura 1976-1983, como a partir del 10 de diciembre de 1983); analiza en qué medida estas estrategias de confrontación, en diferentes grados, resultan útiles o no al conjunto, etc1.

1 Los organismos que son el núcleo del movimiento de derechos humanos a partir de la dictadura y en los primeros años de la democracia, tienen una dinámica compleja y entrecruzada, lo mismo que los individuos que forman parte de ellos (o de más de uno). En este artículo se simplifican diferencias cuyos matices son muy bien analizados por Jelin, por lo que recomendamos su lectura.

Dentro del movimiento de derechos humanos, los lazos de solidaridad de los individuos que los componen, manifestados en acciones de protesta novedosas y originales y/o realizadas en contextos, como las dictaduras militares, en que otras formas de protesta pública eran casi inexistentes, expresaron demandas o nuevas o con un componente performativo original. Tal vez el ejemplo más claro es la irrupción de las Madres de Plazas de Mayo en abril de 1977 con rondas en torno a la pirámide de esta plaza –porque caminando no hay reunión expresamente prohibida– y en silencio (otro rasgo distintivo), expresando una demanda fundamentalmente ética en contra del sistema, y apropiándose de un escenario tradicional de la política argentina, pero sin un objetivo formalmente político (en el sentido de no poseer aspiraciones de acceder al poder). Por otra parte, la organización es fuertemente horizontal y en red, entendemos que esto se da, en parte, para no perder la uniformidad del lazo originario de la solidaridad: la condición de madres de desaparecidos; y en parte también por las propias condiciones en que las acciones tienen lugar, que exigen estrategias flexibles, improvisadas e imaginativas.

Sin embargo, esto no excluye la consecución, vinculación y reunión en torno del movimiento de derechos humanos de un conjunto de recursos con componentes técnicos necesarios también. En la caracterización que hace Jelin y el análisis de los modos de acción de los ocho organismos históricos puede verse esta diversidad, desde las partes del movimiento más novedosas, con lazos de solidaridad más fuertes, pero también más informales, como las Madres, a otras orientadas a conseguir recursos para desarrollar acciones en otros planos. Entre estas últimas se destaca la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos –APDH–, que concentró buena parte de la recepción de denuncias y realizó presentaciones judiciales colectivas en función de ellas, y el Centro de Estudios Legales y Sociales –CELS–, que patrocinó casos individuales desde su creación en 1980 (Jelin, 2005). En este sentido y pese a la prácticamente inexistente respuesta del poder judicial a los reclamos sobre la localización de desaparecidos (hábeas corpus), el movimiento de derechos humanos procuró siempre activar el sistema judicial, con la asistencia jurídica de parte de los organismos o de miembros de éstos. De la misma manera, se organizó frente a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en 1979. Por ello, el movimiento de derechos humanos, desde su irrupción con fuerza durante la última dictadura militar, sirve de ejemplo no sólo de la expresión de demandas originales por parte de actores novedosos y con un alto contenido performativo, sino también de que éstas tienen en miras las oportunidades y restricciones existentes en el ámbito en donde la acciones tienen lugar, a la vez que los recursos disponibles.

La política y lo político.

Al aparecer los estudios sobre nuevos movimientos sociales y sobre su experiencia en la Argentina en el marco de un gobierno autoritario, fue la notable generación de “nuevas formas” de participación “al costado” de las instituciones tradicionales.

En este sentido, las investigaciones de Tilly se han esforzado por destacar el lugar de los procesos políticos en el análisis de la conformación de un movimiento social: destacando el papel del territorio y de ciertas instituciones locales como favorecedoras del surgimiento de algunos movimientos sociales. Estos enfoques han dado lugar a numerosas investigaciones empíricas que con el tiempo se han centrado en el estudio de la dinámica organizacional de los movimientos sociales, en un intento de explicar y predecir a través de las estructuras organizativas y los procesos históricos las condiciones de posibilidades de surgimiento de movimientos sociales; comparando la relación entre las estructuras y los tipos de movimientos y estableciendo comparaciones entre el tipo de estructura y de cultura organizativa en un país determinado.

La prohibición de la política durante la dictadura dio lugar a la irrupción de lo político en un sentido más amplio (aunque vedado en sus manifestaciones públicas por el terrorismo de estado). En esta definición, “nuevas formas de hacer política” remite a la idea de construcción por fuera de las estructuras tradicionales de acción política (fundamentalmente partidos y sindicatos cuyas actividades no sólo estaban prohibidas

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