Museo Memoria Y Tolerancia

Documentar y cuestionar, pero sobre todo crear un compromiso que lleve a la acción del visitante con su entorno social, es el objetivo del Museo Memoria y Tolerancia, espacio que promueve los valores de la tolerancia y la diversidad a través de un recorrido histórico que ejemplifica la intolerancia a la que ha llegado el hombre.

El recinto, de más de 2,800 m2, está dividido en dos áreas permanentes denominadas Memoria y Tolerancia. La primera está dedicada a la memoria histórica de atrocidades provocadas por la intolerancia, como los genocidios por motivos raciales, religiosos o nacionales: el Holocausto, la Masacre de Srebrenica en la Ex Yugoslavia y Ruanda, además de otros crímenes de lesa humanidad, como el de Guatemala o Camboya. También, expone lo que ocurre en Darfur, reconocido ya por varias instancias internacionales como una “alerta de genocidio”.

La recreación de un gueto con escaleras y pasillos de madera, el vagón de un tren que desde Alemania transportaba judíos a los campos de concentración de Polonia, los uniformes de las víctimas del Holocausto y sus testimonios, así como las figuras de cristal con forma de gotas de agua colgadas del techo, que representan las lágrimas de las víctimas de los genocidios, nos recuerdan la importancia de la tolerancia, el otro gran tema que trata el museo.

Tolerancia, sección que comprende 20 salas, aborda de manera interactiva y audiovisual el tema. Esta área es un espacio didáctico para la reflexión, pues ejemplifica la intolerancia a partir de la vida diaria, hasta llegar a las cuestiones públicas. En el recorrido, recomendado para mayores de 15 años, el espectador se confronta y cuestiona su conducta, ya que con ejemplos cotidianos identifica la discriminación, estereotipos y prejuicios, que además son alimentados por los medios de comunicación y frases de uso común.

Un museo con características peculiares

Ocupado por la educación y fomento de la tolerancia y el respeto a la diversidad en los menores, el museo, en colaboración con Plaza Sésamo, creó Panwapa, un espacio didáctico e interactivo en el que los niños de 4 a 10 años participan en talleres y actividades divertidas, como cantos y juegos, mientras se forman en estos valores.

El museo está comprometido con la transformación hacia una cultura de la tolerancia, y esto lo refleja con la calidad de sus contenidos, pues además de la exposición permanente, también hay un área de exposiciones temporales que lo complementan. Actualmente, por ejemplo, se exhibe “Tíbet. Recuerdos de la patria perdida”, muestra, que contó con la presencia del Dalai Lama, y que repasa la identidad cultural e histórica, así como los crímenes de carácter étnico y cultural que ha sufrido a lo largo de los últimos 61 años este pueblo.

El cambio se logra por medio de la información

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