Nacionalismo artistico.

Erick Alonso Ochoa
6ºB Bachillerato

Nacionalismo Artístico Mexicano

No era sorpresa que después de que la Nueva España se rebelara y buscara independizarse del reino español para formar una nación independiente, se quisiera devolver todos aquellos valores que alguna vez fueron enseñados, a la par de la búsqueda de identidad nacional a través de las actividades y la cultura general vigente en ese entonces. Construir un nuevo país significa, entre otras cosas, reconocer todo aquello que nos define social y culturalmente para darlo a conocer, aunque si algo es más importante aún, nos sirve para conocernos a nosotros mismos.

México, mundialmente reconocido por poseer un tesoro artístico y cultural inmenso, pasó por un proceso largo para formar la identidad que ahora conocemos. A pesar de ser una nación nueva a comparación de otras, son tantas las cosas que podemos resaltar de ella que hacen única la manera de vivir en el país.

En cuanto al arte, están muy en claro todos los elementos que la construyen, los cuales están apegados a las virtudes que el pueblo posee, a los valores que el pueblo formó con cada aspecto cultural que desarrollaba y que hacían a las personas vivir a México de mil maneras. Esto, se debe en gran parte al movimiento nacionalista que se desató con el objetivo de crear un arte sumamente esencial, un arte propio que trascendiera las barreras geográficas y, más importantes aún, las barreras sociales, mentales y sentimentales.

El origen más puro del nacionalismo mexicano se estableció con base en fiestas populares, bailes tradicionales, vestimentas típicas, discursos oficialistas, canciones y corridos, entre otros elementos que día a día México iba creando y compartiendo con su gente. Son las cosas pequeñas, las que impulsaron el sentido de pertenencia a una nación con un legado inmenso, desde la sensación que la actitud del pueblo causaba en uno, hasta los mil colores y formas que se podían encontrar en los pequeños negocios, puestos y casas del país.

La identidad nacional, además de incluir valores cívicos y religiosos, con su interminable lista de milagros, vírgenes y santos, incorporaría otros elementos como las fiestas, el baile, la música, los atuendos, las novelas y las crónicas costumbristas. Todo esto con el fin de reivindicar aquello “verdaderamente mexicano”, lo cual es muy difícil de explicar, pues una vez algo le gusta al mexicano y lo adhiere a su vida común, ya es muy mexicano.

Así como el nacionalismo fue formándose con los rasgos culturales que se encontraban en las miles de casas, calles y personas, otra gran parte fue hecha gracias a artistas mexicanos, aquellos con el poder de comunicar e inspirar al resto de la población y que seguramente también fundaron su visión estética a su entorno, pero era su deber expresar lo verdaderamente mexicano de una manera extraordinaria.

La modernización de la sociedad mexicana tuvo un desenvolvimiento rápido a través del arte y los medios masivos de comunicación como el cartel, la radio, la televisión e inicialmente el cine. Las primeras películas mexicanas estaban basadas en retratos de la vida rural de México, los calendarios tenían imágenes paisajistas (Popocatepetl e Iztaccihuatl) con reminiscencias indígenas de la civilización azteca o de los pueblos nativos.

Como expresión del arte y nacionalismo se creó un movimiento sumamente importante que daría un impulso enorme al nacionalismo artístico: el muralismo mexicano durante la primera mitad del siglo XX, decorando grandes espacios en edificios públicos con escenas de libertad, igualdad, crítica social y con temática indigenista. Los muralistas tenían siempre una clara noción de la función de su arte en la sociedad y este valor impresionó a todos los pintores del mundo. Los murales señalaron la reaparición del arte mexicano en el mundo artístico y definió de nuevo el papel del arte en la sociedad. El muralismo fue representado principalmente por David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, y José Clemente Orozco.

...