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Narrativa Del General Francisco Cárdenas


Enviado por   •  27 de Junio de 2014  •  2.220 Palabras (9 Páginas)  •  572 Visitas

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A continuación les contaré la historia de un hombre que tal vez por sus malas decisiones, cometió errores a tal grado que tuvieron grandes repercusiones cambiando el rumbo de la historia de México, al asesinar en 1913 al presidente de México Francisco I. Madero; les habló del general FRANCISCO CECILIO CÁRDENAS

EL INICIO:

Esta historia inicia en la Palma municipio de Sahuayo en el año 1878, cuando el señor Melitón Cárdenas y su señora Juana Sucilla tuvieron a un varón siendo éste el sexto hijo y más pequeño de la familia, al cual pusieron por nombre Francisco Cecilio; este chamaco fue muy vago e inquieto en toda su niñez, constantemente recibían quejas de su escuela; era de esos típico niños que le sacaba las canas verdes a su pobre madre; al morir su padre su hermano mayor Aureliano se queda a cargo de él, tomando el papel de padre.

Al llegar a su adolescencia cuando tenía 17 años se le ocurrió salirse de su casa y aventurarse en la ciudad de México; ahí anduvo de un lugar a otro sin rumbo fijo, hasta que tres años después tuvo la gran idea de irse Apan para entrar a la milicia, ahí siguió con su mal comportamiento ya que al prestar su servicio en la 3ra. Compañía del 5to. Campamento rural, lo metieron preso por seis días por haberse peleado con un compañero de su clase Alberto F. García; aprovechando que pertenecía a la milicia también abusaba de sus subordinados así que de nuevo lo metieron preso por quince días más por abuso de autoridad así fue registrado en su expediente.

Cinco años más adelante queda totalmente integrado a los cuerpos rurales porfiristas; poco tiempo después fue ascendido a sargento segundo, haciéndose de varios bienes; como confiaba y amaba a su hermano mayor viéndolo como su padre lo deja a cargo para que administrara sus bienes en las Palmas ya que él vivía en la Cd. de México en donde se había comprado una casa; pero no dejaba de visitar las Palmas en donde asistía a los grandes festejos y comidas que organizaban los más acaudalados con los que empezaba a relacionarse.

Por su lealtad al gobierno porfirista fue designado como mayor de rurales, poniéndolo a cargo de la Hacienda de Don Ignacio de la Torre y Mier quien es yerno del mismo presidente de aquel entonces Don Porfirio Díaz, fue así como iba ganándose la confianza de los más allegados al presidente.

Al llegar la revolución en contra del presidente Porfirio Díaz, Francisco Cárdenas no lo abandono y le siguió siendo fiel, así que fue uno de los opositores de la revolución maderista.

En el año del 1910 estuvo peleando en la revolución y al estar en combate mató al magonista Santana Rodríguez. Francisco Cárdenas nunca se dio por vencido sin embargo en 1911 cayó en manos de los maderistas y fue reportado como protector de los inconformes con el régimen maderista; un año después combatió en contra del orozquista Benito Canales, de ahí surgió un corrido en donde le hacen mención de la acción de traición.

LA TRAGEDIA:

Antes de este suceso ya no se había oído hablar mucho de Francisco Cárdenas. No fue hasta que el 22 de febrero del 1913, cuenta el mismo Cárdenas, se presentó en su hotel, un ayudante de la comandancia militar, ordenándole se presentara inmediatamente con el general coronel Blanquet, con quien él tenía buenas relaciones; al llegar al despacho de éste, le dice que la nación necesita de sus servicios, que era que matara al Sr. Madero. La manera tan tosca de pedírselo, lo saco de onda, pero no pudo negarse y aun así manifestó que esas cosas en la Capital solían salir mal; pero Blanquet no desistió así que lo convenció diciéndole que los ministros ya se había puesto de acuerdo y lo llevo ante su presencia, al Ministerio de Guerra, en donde se encontraban presentes Manuel Mondragón, Félix Díaz y Cecilio Ocón. Al llegar con ellos Mondragón habló en privado con él y elogiándolo le hizo ver la importancia de que participara con ellos; diciéndole, “Mayor esos servicios solo se pueden encomendar a gente de toda confianza y usted sabe que son pocos en los que se puede depositar una confianza absoluta”; estas palabras hicieron sentirse alagado a Cárdenas, sin embargo aún tenía sus dudas por la responsabilidad que esto conlleva, al preguntar cuál sería el lugar del fusilamiento, Ocón le hizo ver que él tenía que hacerlo pasar como un asalto, en el que los tres prisioneros Francisco I. Madero, Pino Suárez, y Felipe Ángeles, perdieran la vida accidentalmente; aun así él siguió insistiendo que era muy riesgoso.

Mondragón –No se haga de remilgos, que no ha de ser la primera vez que se despache a un hombre.

Cárdenas –sí, mi general, pero no de ese tamaño

Félix Díaz en un tono burlón –Pues bastante chaparrito es

Cárdenas acepta llevar a cabo la orden pero pide hablar con el presidente, que después de haber tomado prisionero a Francisco I. Madero, toma el poder Victoriano Huerta, para que sea él quien confirme la orden; Blanquet acepta llevarlo a su presencia aunque un poco malhumorado; una vez estando frente al presidente pide le confirme la orden, Huerta se encontraba comiendo en ese momento, y después de ofrecerle una copa de coñac le dice –“El consejo de Ministros ha tomado esa resolución en bien de la patria”, también le hace ver que él es el único en el que pueden confiar para que lleve a cabo el acto; a Cárdenas no le queda otra más que obedecer órdenes; por último pregunta si deben morir los tres; Huerta le responde –Bueno, pues que se quede Ángeles, pero a los otros dos hay que matarlos hoy mismo sin falta.

Cárdenas entiende que el que se tiene que hacer cargo de matar a Madero es él, así que pide el apoyo del cabo Rafael Pimienta para que sea el que se haga cargo del Vicepresidente; desde ese momento se hace acompañar por él en todo tiempo dirigiéndose a la Hacienda de su antiguo jefe Torre y Mier, ahí le pide a uno de los empleados que mande traer dos carros de una agencia inglesa de renta de autos; cerca de las ocho de la noche el chofer de la agencia recibe la orden de presentarse en Palacio Nacional y ponerse a la orden de un mayor llamado Francisco Cárdenas.

Cárdenas antes de hacerle conocer a Rafael Pimienta cuál sería su comisión, le invita unas copas en una cantina, La Esquina que se encuentra en el costado norte de Palacio Nacional en donde lo pone ebrio y así le confiesa lo que están a punto de realizar, Pimienta se asombra pero aun así no dice ni una palabra.

Mientras esto sucedía Huerta

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