Otra Cultura En Tierra Bajas De Suramerica
Enviado por mnts98 • 7 de Abril de 2014 • 304 Palabras (2 Páginas) • 8.289 Visitas
Otras Culturas En tierras bajas de Suramérica.
Hace más de una siglo hubo en Venezuela investigadores de los pueblos tupi y guaraní, ente ellos el larense Lisandro Alvarado y el merideño tulio Febres cordero. Ellos quisieron demostrar que esos pueblos y el Caribe provenían de un tronco común.
En el siglo XX un equipo coordinado por la doctora Carmen helena pares se ocupó de comparar la cultura por esos pueblos; los resultados están publicados en tres tomos por la universidad central de Venezuela: “Huellas Ka-tu-gua” (1995).
El lugar de lo posible
“los katugua habitaban las costas, llanuras y selvas cercanas a rio y mares, donde encontraban refugio y sustentó para celebrar la vida yuca moriche y agua eran los tres elementos fundamentales de su entorno”
La extensión del espacio geográfico donde Vivian los Karive-tupi-guar (katugua),ocupaba “más de las dos terceras partes del territorio continental e insular de Suramérica”, espacio que hoy corresponde parcialmente a Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay, argentina, Bolivia, ecuador, Colombia y casi todas las islas del mar caribe.
Entre los karive, tupi y guaraní hubo unidad cultural, que no es lo mismo que uniformidad cultural. No fue uniforme, pues cada etnia conservo particulares culturales, pero dentro de esa diversidad cultural hubo muchos elementos comunes; por ejemplo, la vivienda: la churuata, también llamada ett, fue semejante en las tres culturas.
La vivienda de los katugua era y es la churuata o ett. Un caserío de 20 o 30 churuatas se construía alrededor de una plaza circular.
Una churuata tenía capacidad para alojar más de 100 personas, se construía mediante el trabajo colectivo de hombres y mujeres que iban a habitar, para construir el techo cónico clavaban dos tallos altos que, a modo de pilares, serian el principal del soporte del techo. Luego loas cuarto pilares más bajos se clavaban en los cuatro puntos cardinales (norte-sur-este-osete); para sujetarlos los amarraban con juncos
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