PASAJE DEL RENTISMO AL CONOCIMIENTO

PASAJE DEL RENTISMO AL CONOCIMIENTO

        Las pasadas generaciones todavía no pueden creer que ya estemos viviendo en un mundo nuevo, aunque esto no signifique que sea mejor. No pueden ni siquiera imaginarse la diferencia que existe entre el mundo que les tocó vivir a ellos, a sus antepasados con el presente.

        El gran muro de Berlín fue derribado. Anteriormente, el mundo se dividía entre los países capitalistas y los comunistas, gran parte del mundo se centraba en economías de mercado y por otra parte, economías centralizadas; con el paso de los días, estas economías centralizadas pasaron a ser de mercados. Más hacia nuestros confines en Latinoamérica, se profundizan los híbridos que existían en dirección a aperturas económicas y privatización de empresas de los gobiernos, no siendo esto aplicable en nuestro país exactamente. El que la economía de mercado esté teniendo mayor influencia en la actualidad, de ninguna manera significa que nos orientemos hacia sociedades dirigistas a sociedades liberales, sino que este tipo de economía se aparta de las lógicas no económicas que se había impuesto. Desde esta perspectiva, la pugna por ejercer mayor influencia sobre los demás países, ya no es entre Estados Unidos de América y Rusia, como mayores potencias mundiales, sino que entran en juego, otras fuerzas económicas que hacen aún más difícil la competencia; de la guerra armamentista a la guerra económica de hoy, sin duda que ha sido una ganancia para toda la humanidad, puesto que no es lo mismo verse invadidos por soldados, que verse invadidos por productos bien elaborados y a precios competitivos.

        En relación con esto,  ante esta nueva competencia de capacidad para producir, circular y utilizar conocimientos para producir algún bien y/o servicio, por consecuente el proceso de toma de decisiones constituye el arma más eficaz. Tanto así que reduce significativamente la importancia relativa de los recursos naturales y de energía en el desarrollo económico y social de las naciones. Esto quiere decir que el fin de las armas, la apertura de mercados y el inminente avance de la globalización, ha llevado a reestructurar la inversión en investigación y desarrollo en muchos países.

        En algún momento el Reino Unido fue una potencia mundial cuando pudo combinar la posesión de recursos naturales con la tecnología. Estados Unidos también tuvo su éxito económico solo con el hecho de poseer un amplio territorio, con importantes extensiones aptas para el cultivo y abundantes materias primas bien situadas. En nuestro país, la ventaja comparativa hace algunos años, fue una función de la dotación de recursos naturales y de las proporciones de los factores. A luz de esto, se montaron fábricas de aluminio en Guayana, allí se encontraban los yacimientos de bauxita y el río Caroní con su enorme potencial hidroeléctrico. Obviamente que los países obtuvieron mayores ingresos, al aprovechar la dotación de recursos y enriquecerse aún más. Esto les permitió satisfacer sus necesidades con el ahorro obtenido, el cual pudo ser invertido en la creación de otras fábricas con mayor capital y por ende mejores tecnologías y mejores empleos sustentados en la productividad.

        La nueva producción de bienes y/o servicios se ve caracterizada por la creación de series de productos más pequeñas cuyo ciclo de vida es más corto, dado que el consumidor está dispuesto a pagar algo más por un nuevo producto que tiene mayor calidad. Entonces se tiene que producir para exigentes segmentos de mercados, con series limitadas de productos adaptados a sus cambiantes necesidades. Esto trajo como consecuencia que la inversión en capital humano y desarrollo de nuevas tecnologías constituyen el fundamento de las nuevas ventajas competitivas que han alterado el equilibrio económico en todo el mundo.

        Es muy importante destacar también que ha nacido una gran conciencia ecológica mundial, que ayudada por la revolución de la ciencia de los materiales, ha posibilitado que la economía en el mundo pueda producir la misma cantidad de bienes utilizando cada vez menos recursos naturales. Como consecuencia de esto, se viene  abajo su demanda y por ende sus precios, lo que ocasiona que haya una caída drástica en los ingresos de aquellos países que basaron su estrategia de desarrollo, en detrimento de los recursos naturales. En la medida en la que vayan profundizando  este tipo de revoluciones científicas, habrá reducción de uso industrial sobre los recursos naturales, lo que reducirá los mercados, y los proveedores se verán obligados a vender más barato. En otras palabras, las ventajas competitivas derivadas del desarrollo de la materia gris y de las capacidades para producir, circular y utilizar los conocimientos han desplazado las ventajas  comparativas heredadas de la naturaleza. La fuerza del desarrollo económico y de la calidad de vida la constituye, en la actualidad, la inversión creciente y sostenida en el desarrollo del capital intelectual de las organizaciones, en la creación de capacidades científicas y tecnológicas y en la creación de poderosos medios teleinformáticos para difundir información y el conocimiento.

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