PENSAMIENTO ADMINISTRATIVO PÚBLICO SIGLOS XVI - XVII

La Administración Pública ha evolucionado en los últimos siglos debido a la necesidad de organizar las acciones del poder del Estado y la administración del mismo, así como la sociedad se ha transformado en sus diferentes aspectos el pensamiento administrativo público también ha logrado atravesar la historia y posicionar sus diferentes teorías e ideologías, unas con grandes aciertos, transformando mentes y sociedades y otras que han quedado en su época pero que de igual manera aportaron para el desarrollo de nuevas propuestas.

Dos de esas teorías y en las que nace la administración pública son el Cameralismo y las ciencas de la Policía, ambas, como parte del Estado absolutista creado en Alemania en los siglos XVI y XVII y de las cuales es Estado Colombiano de estos siglos, el Reino de la Nueva Granada, toma como guía sin aportar grandes novedades. El Cameralismo plantea una administración que beneficiara a los ciudadanos y al Estado por medio de estrategias y métodos que generaran una adecuada recolección, administración y distribución de los recursos, fundamentados tales métodos en el mercantilismo; en los siglos en mención la cámara era la base de la administración pública, específicamente en Austria y Prusia, allí se gestionaban los ingresos patrimoniales del príncipe y los ingresos del Estado. Esta corriente ideológica, en la que se crea un mecanismo de favorecimiento de los ciudadanos, se puede considerar como el primer momento del pensamiento administrativo público y, además, como la base de otras corrientes como la ciencia de la policía.

La ciencia de la policía se remite al siglo XIV, en esta el Estado es llamado ciudad; etimológicamente Policía viene del griego polis, lo cuál significa comunidad o ciudad organizada con un fin; de manera que si la cámara era el núcleo del estado la Policía sería la acción del mismo. Esta teoría se logra consolidar como una ciencia que plantea administración del Estado ligada a la justica, el ejército y la hacienda; se refiere entonces a la felicidad de los hombres y vela, según Delamare, por once cosas fundamentales: la religión, la moralidad, la salud, los abastecimientos, la infraestructura, la seguridad pública, las artes y las ciencias, las fábricas, el comercio, la servidumbre y los labradores y los pobres. Esta ciencia buscaba reglamentar todos los espacios públicos y privados de las personas con el objeto de lograr una ciudad organizada, lo que es un gran aporte al pensamiento administrativo público, desde el punto de vista que permite establecer relaciones en la sociedad en conjunto con la acción del Estado. Sin embargo, esta ciencia tiende a desaparecer a mediados del s. XIX debido al desarrollo de ciencias como la biopolítica y la ciencia administrativa.

Paralelamente en el Reino de Nueva Granada, surgieron algunos trabajos como el de Castillo de Bobadilla, un funcionario de los reyes

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