¿Para donde va Sonora? PARTE I

¿Para dónde va Sonora?

PARTE I

La política:

El principal proceso que marcó la década en el campo de la política comprendido entre 1990 – 1999 fue una transición errática e improvisada, de un régimen autoritario de partido hegemónico a uno democrático que no termina de consolidarse. Incluso el registro de ese proceso muestra altos costos. Tal transición ocasiono una ola desestabilizadora caracterizada por la violencia: aparición de focos guerrilleros, atmósfera de polarización, forcejeos que afectaban instituciones además de riesgos no previstos en el orden público, de los cuales los caciques se enriquecían a base de expansionismo. Esa situación de carácter bronco está caracterizada por la pérdida del poder del Estado y la sociedad política en su conjunto. Dentro de los fallos en el Estado destaca la inseguridad, el crimen organizado y la deficiencia con la cual se trataron estos casos. Dícese durante la lectura que se requiere una transición guiada por un pacto que estructure salidas políticas pacíficas. Haciendo un rencuentro existen procesos electorales de lo más accidentados, que prevalecen aun, pero que en aquel entonces fueron desconcertantes. Un partido predominante se ve amenazado por uno de oposición y de aquí en adelante se percibe un ambiente accidentado en el cual surgen muchos casos irregulares, violentos  y poco sutiles que tenían la finalidad de desacreditar a la competencia electoral. De pronto te encuentras con que ese conflicto existente entre partidos deja pérdidas monetarias exorbitantes en plazos muy cortos. Prevalece una posición en la que los políticos electos cambian de partido sin pagar costo alguno. Queda de más decir que la confianza del ciudadano se ve fragmentada. Algunos consideran que esos problemas se dan a raíz de la interpretación errónea que se le da a la democracia, se le considera la solución a todo, cuando la realidad es que se necesita más que eso. Algunos optan por aprovechar la situación de frustración ciudadana pero se han encargado tanto en procesos sucios que el gran problema de México no es la ingobernabilidad si no la desconfianza.

La economía:

 Pasa algo parecido con la economía, se apostaba por una transformación pero resulto contraproducente. Surge la inquietud de convertir al Estado de agropecuario a industrial, como es de esperar, sin la preparación adecuada se da pie a situaciones tales como la desaparición de créditos agrícolas. Crecían las ciudades, aumentaban los empleos en la industria pero en el campo, la mano de obra disminuyo. Se agrega un nuevo factor en la ecuación, la participación activa de las mujeres en la economía. Sin embargo no había un mejoramiento, la economía estaba segmentada. La minería y las inversiones de importaciones no lograban vincularse con el resto de la economía. Tomando en cuenta la situación del dólar y el abandono de Sonora al sector agrícola, que hasta el momento había sido el motor y la razón del éxito económico, ahora estaba en quiebra y perdía protagonismo. Importante mencionar el crecimiento de economía informal y la disminución del sector paraestatal. Tales situaciones se dan durante un cambio a modelo de importaciones. El periodo de 1981 y 1999 se caracteriza como un periodo de estancamiento de la economía Mexicana y de la acentuación de las desigualdades sociales internas. Además, los disminuidos recursos naturales de la entidad y su sobreexplotación llevan a limitar el desarrollo.

La sociedad:

La sociedad y la cultura tuvieron en Sonora durante los años noventa como algunas de sus características

El paso de la comunidad a la sociedad

La comunidad se reconocía en unas caricaturas hechas a costillas de algunos de sus miembros más representativos y que permitía una catarsis colectiva.  Las relaciones personales, cara a cara, donde buena parte de la gente se conoce por su nombre y hasta por su apodo.

• ¿Ciérrate sésamo? Virtudes y defectos de las ONG

Las organizaciones no gubernamentales debutaron en los noventas en la entidad, abrieron espacios para la protección de manifestaciones de inconformidad de ciudadanos por organismos partidistas. Trajeron esperanza para un mejor manejo de ciertas problemáticas. Sin embargo, no escapan a clasificaciones y al paso del tiempo ciertas organizaciones corren el riesgo de asumir características de cacicazgos, ausencia de asambleas abiertas carencia de mecanismos de rendición de cuentas, distanciamiento entre los líderes y los integrantes de base etc…

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