Parte 1 la columna de hierro

La columna de hierro, obra literaria que narra la vida de Marco Tulio Cicerón un fascinante político, abogado, orador, filósofo y escritor.

PARTE I: INFANCIA Y JUVENTUD

Todo comienza cuando Marco Tulio Cicerón se encontraba enfermo y su doctor lo curaría con grasa de buitre el cual había costado dos sestercios y este preocupado pregunto qué había dicho la señora Helvia sobre eso, Helvia era su esposa, una mujer muy ahorrativa que no le gustaba tratar con comerciantes y tener todo en orden sobre todo con los gastos de la casa, esta acaba de entrar a la adolescencia pues solo tenía dieciséis años.

Marco Tulio (padre) llego a visitar a su hijo quien se mostraba muy enfermo ante él, a pesar de que la grasa de buitre ya comenzaba a surtir efectos. El padre al entrar a la habitación percibió un desagradable olor y pregunto que era a lo que contestaron que era grasa de buitre, y dijo que era muy cara y eficaz, capaz de resucitar a un muerto, así  que tenía que ir con Helvia quien se encontraba a punto de dar a luz, pero este decía que su esposa no lo necesitaba que ella era una mujer muy fuerte pero su padre insistió en que su presencia la confortaría mucho. A pesar del dolor y el ambiente que se vivía en la habitación no dejaba de llevar la contabilidad y se percató de que hacían falta dos sestercios y no descansaría hasta encontrarlos, Helvia comenzó a sentir los dolores cada vez más intensos y con un poco más de esfuerzo y contusión nació el niño un tres de enero del año 648 de la fundación de roma, a quien llamaron Marco Tulio Cicerón, hijo de Helvia y Marco Tulio Cicerón, la familia Cicerón no vivía propiamente en Roma, vivía en Arpinum, donde la mayoría de las personas eran esclavos y no libres, pero gozaban de las franquicias de Roma, era una familia libre y muy bien acomodada, y por esta razón veían a Marco Tulio como el gran salvador de los hombres ya que con su llegada ellos esperaban que las cosas cambiaran. El abuelo y Tulio habían nacido en la isla del río junto a Ampirum.

Para evitar confusiones llamaron a Marco Tulio Cicerón I, como el abuelo, a Marco Tulio Cicerón II como Tulio y Marco Tulio Cicerón III como Marco

Cuatro años después nació Quinto Cicerón hermano de Marco, esta vez Helvia no dio a luz con tanta facilidad como antes, Quinto era en apariencia muy robusto, un soldado en miniatura y el abuelo que estaba desilusionado con marco por sus modales reservados y suaves, se regocijó en él, al igual que Helvia aunque hubiera preferido una niña.

Tulio decidió que Marco debía recibir una mejor educación, así que viajo a Antiquioquia, la ciudad en la cual había recibido la enseñanza de Arquias, el poeta e intelectual griego y convenció al maestro para que lo acompañara a la isla familiar para que enseñara a su hijo mayor, quien al poco tiempo se dio cuenta que el padre no había exagerado cuando le hablo de la gran capacidad de asimilación que tenía su hijo y de su carácter cariñosos, marco aprendió muy rápido el griego como si fuera su lengua nativa. Un día durante sus clases marco pregunto a su maestro que era la ley de Dios y este le conto acerca de los judíos quienes creían conocerla y moisés quien libero a su pueblo de Egipto llevándose la corona de los faraones, decía que los judíos estaban en espera de un salvador y creían en la vida eterna.

Debido a lo enfermo que se encontraba tulio decidieron mudarse durante los inviernos a Roma, donde conocieron a Cayo Julio Cesar quien tenía la edad de quinto, hijo de Cayo Julio Cesar y Aurelia, julio iba a la escuela de pilón donde asistiría marco y quinto aunque a Tulio no le agradaba la idea mucho menos después de conocer a julio cesar, en ese entonces se decía  que era una falta de respeto que los niños le hablaran primero a los adultos por ese motivo a tulio le parecía un niño muy mal educado. Estuvieron instalados en roma hasta antes de la primavera donde marco asistió a la escuela de pilón donde conoció a Lucio Catilina a quien de cierto modo llego a odiarlo, este era magnifico en todo de un muy buen aspecto físico y una seductora voz.  Al regresar a la isla Arquias continuo dándole clases y no solo a él sino también a Quinto, lo cual le agradaba a tulio después de conocer al pequeño Julio Cesar  decía que no quería que quinto tuviera ese comportamiento.

Unos años después conoció a Noë Ben Joel, hijo de un rico corredor de comercio judío quien le conto a marco historias como la de la manzana, la historia de Caín y Abel y le hablo sobre la llegada del Mesías.

Marco estaba por cumplir catorce años y entraría a la adolescencia, entonces dijo a su familia que al entrar en ella deseaba ponerse al patrocinio de palas atenea.

Un día mientras caminaba en las orillas de su isla se encontró con Livia Curio una encantadora y hermosa joven quien se encontraba prometida con Lucio Catilina lo cual no fue nada agradable para marco pues consideraba que él no merecía una chica como Livia, además que se había enamorado de ella pero paso mucho tiempo para que pudieran volverá encontrarse, hasta llego a pensar que solo la había soñado ya que a veces no diferenciaba bien entre la realidad y sus sueños,  estaba fastidiado por las historias de amor; le preguntaba a Arquías el por qué los hombres se dejaban arrastrar por la locura, hasta llegar a convertirse locos y en poco menos que en bestias, le comentaba Arquías que las poesías más grandiosas surgían de los corazones enamorados; pero Marco no le creía. En una ocasión caminaba  y se volvió a encontrar con ella, él no esperaba verla, mientras que ella le dice que porque no la había visto todas las ocasiones que visitaba el bosque ya que ella lo veía cada vez que pasaba por ahí La edad promedio para casarse era a los 14 años; Livia Curio a esta edad ya estaba comprometida con Lucio el cruel; Marco le decía que no se casara con él porque era un patán y la iba hacer sufrir, que él la amaba y no le gustaría verla sufrir, pero Livia tenía sus tutores que eran de familia renombrada en Roma, no podía dejar así a su prometido y eso era lo que a Marco lo desesperaba porque se sentía entre la espada y la pared, decidió hablar con su madre y contarle la historia para que le ayudara a estar con Livia pero su madre se negó le dijo que no le convenía y además que si ya estaba comprometida era mejor que se olvidara de ella pero Marco aferrado al amor que sentía por Livia decía que moriría de pena si no la conseguía. Los hombres no mueran de amor. Esos se dice en las poesías; pero la vida tienen poco de poética. Se juró a sí mismo que nunca olvidaría a Livia, ni se iba a resignar a perderla así de fácil.

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